lunes, 28 de abril de 2014

Valencia 0-1 At. Madrid (J35) - Esto va en serio

 En una salida dificilísima, la primera por tierras horchateras, el Atleti demostró que esta temporada la raza que manda es la Sioux. Coleccionando la cabellera valencianista se da un paso crucial para la liga. ESTE ERA EL PARTIDO. Aquí estaba la primera asa de la copa. El Valencia, jugando en casa, y consciente de que podría joder a quien los había eliminado en Copa y Europa League recientemente, no "se dejó" en ningún momento. Totalmente comprensible y loable, aunque si hubiésemos pinchado se habrían llevado una ración de odio irracional por mi parte entre pecho y espalda. Demostraron con su alineación y el ambiente que este partido les importaba. No fueron ni mucho menos un murciélago con piel de cordero. Afortunadamente este año sale casi todo, y cuando no es una cosa es otra. Esta vez fueron dos capitanes con nombres cuya pomposidad es inversamente proporcional a su compromiso con este club. Grandes pase lo que pase. Gabi y Raúl. Se sufrió hasta el final, como debe ser si se quieren hacer grandes cosas. Diego Costa se empeñó por dos veces (me preocupa), en fallar lo que no suele. Permitió a Guaita enjugar con creces su error de cálculo en el primer gol. Pudo pasar cualquier cosa, pero el Atleti minimiza los errores y opaca los posibles aciertos del rival. Muestra de ello fue la intervención de Juanfran cerca del final. De cojones esa falta. Había que hacerla y punto. Alderweireld dará la talla de lateral, eso espero. 

El árbitro pitó y el estrés en ese antro de cubatas a tres euros (o 3'50 si hablamos de Beefeater), dejó paso a un puño agitado y contenido, que aún no se ha ganado nada. Esos borregos soltando bilis con tufo a ginebra o whisky en función de ser del Madrí o del Barzelona pusieron la vista en otro lado y uno se alegraba mientras tanto de no parecerse a ellos. El Atlético consiguió volver a ganar en liga en Mestalla tras once añazos. La última vez fue Aguilera quien nos dio el triunfo. Más de una década... En esa temporada la Real Sociedad estuvo apunto de dar la campanada, y mi amigo estuvo conmigo viendo el partido decisivo, como ayer tarde. Al año siguiente, el Valencia CF fue el último equipo terrenal en ganar la liga. La situación a estas alturas es casi inmejorable, y la gente tiene ganas de una alternativa a lo de siempre. Esos mecánicos béticos, esos amigos o conocidos del Athletic, y gente tanto ajena como aneja al fútbol, de todas las edades y credos, se deshacen en elogios hacia este grupo de superhombres. O en su defecto, desean que los nuestros ganen el campeonato. Incluso algunos aficionados light del Real Madrid o Barcelona... Sea como sea, cuando piropean al Atleti es como si me lo hicieran a mí, así que últimamente uno liga bastante, cuando menos falta le hace. 

miércoles, 23 de abril de 2014

At. Madrid 0-0 Chelsea - Bloqueo continental

A primeros del siglo XIX, Napoleón Bonaparte utilizó esa maniobra para tratar de aislar económicamente a Gran Bretaña. Así pretendía arruinarla para posteriormente derrotarla en el campo de batalla. Si uno es retorcido como yo, puede buscar similitudes entre lo de ayer en el Calderón y esa estratagema. El Chelsea impuso un Mouro que recordaba a un bus londinense de dos pisos. Es una propuesta como otra cualquiera, ya veremos si les sale bien. Para mí es un buen resultado para este equipo, más acostumbrado a aprovechar espacios que a atacar todo el rato como ayer. Simeone, el mejor entrenador del mundo, intentó con Diego y luego con Arda (muy bien los dos), encontrar esa brecha entre tanto gigantón guiri. Eso sí, grandes y altos serían, pero a rato recordaban a rumiantes de lo que les gustaba el césped supervisado por Xavi Hernández.  El otro fútbol, con el que se asocia al Atlético de Madrid. Ahora que si "hemos probado nuestra propia medicina", que si "eso es lo que hace el Atleti otros partidos"... Yo creo que no llega tanto, pero me la suda. El equipo ayer hizo un partido serio, sin fisuras, y todos somos conscientes de sus limitaciones a la hora de romper defensas. Si el balón parado es una de las bazas del otro equipo, que además tenía un físico fortísimo, no es tan fácil. Quizá la pega sea que el Atleti no llegó a exigir en demasía a Schwarzer, recordado enseguida por ser el portero del Fulham en la Europa League de Hamburgo. Se dice que en el descanso de esa final estuvo entrenando centros, pero esa noche de poco le sirvió. Lo cierto es que ayer no se echaron de menos a Cech ni a Courtois si no hubiera jugado (grande la afición cantándole cuando el checo se lesionó). Porque para lo que hicieron los ingleses... Torres dio un porculo importante, pero estaba tan solo que a veces pensaría que aún jugaba en el Atleti porque solo vería rojiblancos a su alrededor. 

Uno no quiso, el otro no pudo. Pero creo que ambos quedan contentos para la vuelta, y los atléticos contentos con ver a su equipo hacer recular hasta el paroxismo a un equipo que en la última década es una referencia en Europa. Allí será muy distinto, para bien o para mal. Perdemos a Gabi, que protestó una acción siendo el capitán pero vio amarilla. Lástima que él falte pero aún así confío en la férrea disciplina de estos soldados, que tendrán que desembarcar en el Támesis para abordar un mítico campo como es Stamford Bridge, de amargo recuerdo en nuestra única visita. Por cierto, ¿recuerdan esa mierda del Bloqueo continental, que mencionaba al principio? Al final no salió bien, y en la batalla de Trafalgar los franchutes perdieron su "eliminatoria". Ojalá esta el desenlace sea idéntico y solo cambien las nacionalidades. El Atleti tendrá que ganar, pero no ese cabo gaditano, sino en la ciudad de Trafalgar Square. Y ya está, que antes está, Valencia. Mestalla espera con un asa de la liga.


martes, 22 de abril de 2014

At. Madrid - Chelsea (pre-previa por matar el tiempo)

10:24 Hay cosas que no cambian, como la música del tiempo de en Televisión Española. Por desgracia sus comentaristas tampoco creo que lo hagan esta noche. 22 de abril de 2014. Un día como otro cualquiera para la inmensa mayoría, pero una fecha ansiada desde hace un par de semanas. El mantra "final a final" le ayuda a uno a no mirar más allá de lo inmediato, pero este partido se intuía desde la lejanía sin necesidad de forzar la vista. En estos tiempos de Semana Santa y posterior síndrome postvacional (quien pueda tenerlo), sigo sin saber si es la procesión o la profesión la que va por dentro. En cualquier caso, uno hoy apenas puede dejar de pensar en el partido, imaginándose variopintos escenarios y a la vez ninguno. Calculando mentalmente cuántas horas van faltando. Sopesando si compensa tomarse eso tan en serio. ¿Merece la pena? Por supuesto que sí.

11:04 Con cargo de conciencia y culpable por procrastinación galopante, uno mira de reojo la prensa digital, tira de estadísticas, sigue rituales absurdos. ¿Qué les voy a contar yo a estas alturas de la película? Por ejemplo, me siento arrepentido por haber clicado antes la noticia de las declaraciones de Mourinho que las de Simeone, así que como el enlace no carga: plan B. Paso de leer lo que diga el portughéz. Yo lo que sé es que Eto'o, un cabrón en potencia a la hora de marcar al Atleti, no estará. También sé que Courtois finalmente sí, y aunque se infrinja el código de caballeros, mejor pedir perdón que pedir permiso. Pero si hubiese tenido que jugar Dani Aranzubía pues al toro y punto. Por otro lado está Torres: me parece ridículo que se piense que él va a marcarle algún gol a su equipo (el ex sobra aquí). Pero, ¿acaso no ha pasado otras veces en la historia? Muchos nombres propios, y dos equipos históricos en sus países. El Chelsea con la fama de la última década, y el Atlético de Madrid con una trayectoria más homogéneamente exitosa. Como me podría enrollar más que una persiana, solo me ciño a la Copa de Europa: el Chelsea FC juega su ¡séptima semifinal! en once años. No es moco de pavo. Mientras, los nuestros se enfrentan a su cuarto envite por alcanzar la final, datando la última del año 74. Experiencia reciente, que es lo que más cuenta, de eso sí que tenemos. No temo el peso de las camisetas, porque ambas son equiparables. Además, como muestra de lo que es capaz de hacer el Atleti motivado, la Supercopa Europea de 2012. Pero esta vez los ingleses serán más disciplinados, será músculo contra músculo. Y ahí puede ganar cualquiera.

16:16 Hoy se ha producido una casualidad que me ha fortalecido. Me he vuelto a topar con un compañero de trabajo (mejor dicho, un jefe de otros compañeros) y que además fue mi profesor en la facultad. Cada vez que nos cruzamos desde hace años surge el mismo tema: el Atleti. Esta vez, sin caer en la cuenta, comenzamos hablar de las bondades de este equipo del Cholo. De que pase lo que pase esto es muy grande. Pero lo bueno vino cuando este señor, me dice con total solemnidad: "Esta noche con lo perro que es Mourinho no sé, pero yo estoy convencido de que ganamos la liga". Ustedes dirán que exagero, pero noté un subidón de optimismo bárbaro. Si él lo dice, que tiene más tiros pegados que yo y otras veces ha sido comedido y realista, ¿quién soy yo para decirle que mejor "partido a partido"? Recuerdo que hace no tanto tiempo, el trasfondo de esas cortas conversaciones de pasillo era de un cariz mucho más pesimista y escéptico. Cómo hemos cambiado diegopaulatinamente...

17:35 Uno ahora se pregunta si le dará tiempo a llegar a casa de sus padres a soltar bártulos, mandar un cántico absurdo y exacerbado al grupo de mensajería donde hay un sobrino atlético que se motivará y otro madridista que se reirá con razón. Por si fuera poco, visita al doctor por problemas que le plantean a uno retirarse del fútbol sala underground de una puta vez. Para terminar, recoger la bufanda o algo identificativo de mi equipo, dejar el coche en el taller, colocar el recambio de espejo retrovisor en el vehículo que mañana usaré para el trabajo proporcionado por terceros, e ir al puto kebab a eso de las 20:20 con el rictus serio y la mandíbula apretada para no reír de nervios al ver llegar al sobrino siempre tarde. Porque ahí empieza realmente la previa. Dos carapollas y un destino, ver al Atleti esta noche con la certeza de que es muy grande. Eso sí, cuánto de grande es, ya es otra historia, puede que con hache mayúscula.


sábado, 19 de abril de 2014

At. Madrid 2-0 Elche (J34) - Números rojiblancos

Se empieza a notar la presión a estas alturas. La escarcha se atrinchera entre las barbas descuidadas de la tropa. El viento sopla con una fuerza que uno cree caerse a cada movimiento. Los oídos zumban y solo quedan víveres para unas cuantos partidos más. Las guerras se ganan con soldados cansados. Ya habrá tiempo para chuparnos las pollas. De momento, el que más y el que menos perdió unos cuantos meses de vida con el desgaste mental de este partido. Se atragantó especialmente la primera parte, donde la franja de la camiseta del Elche formaba una zanja imposible de atravesar. Por si esto fuera poco, vimos a un rival que no se andaba con chiquitas arriba y que de no ser por Tibu (26 partidos sin encajar) nos habría pintado la cara. Buen partido de los ilicitanos, a los que espero volver a ver el próximo año a pesar del duro calendario que les queda. Además los entrena un gran y agradecido técnico como es Fran Escribá. Que yo recuerde, de la parte baja de la tabla es el equipo que más nos los ha puesto de pajarita junto al Levante, al que aún hay que rendir visita. 

La segunda parte, sin experimentos arriba, fue de acoso y derribo, más a empujones que a puñetazos. Así llegó un penalty light, por no decir Zero (unas veces dan otras quitan). El 9, señalaba con su mano Cholo para que lo tirara Villa: se equivocó. Espero que lo fallase porque la pena era dudosa (aunque cuanto más lo veo más me parece penalty), porque si no me empiezan a preocupar los fallos en esta faceta... Tras ese punto de inflexión, nuestro Almirante quemó las naves agotando pronto todos los cambios en una medida poco común. Como suele ser habitual, acertó. Con Raúl García todo es más fácil. Y luego fue Sosa quien culminó su buena actuación con un centro al segundo palo, (el 2) como bien indicó Simeone. El argentino se la jugó al rojiblanco par y allí anduvo Miranda alé alé alé para cruzar la pelota al primer palo. Últimamente me encantan las celebraciones en los goles. Aquí se cuece algo grande... Y una vez más, recurso de platino el del balón parado. Un arma tan lícita como otra cualquiera. Más valerosa si cabe porque el rival es consciente de que va a ser atacado de antemano. En este baile de dígitos el Atleti anotó el segundo con un tanto sobre la bocina, esta vez sí fue penal. Don Diego se reconcilió con los once metros y sumó su gol 27 en liga. Nótese que esta temporada es la más goleadora de la historia del club con 109 tantos y subiendo. 

El de hoy fue un sufrimiento extraño, una zozobra de más a menos. Porque el equipo, al contrario de otras ocasiones, ha mejorado con el paso de los minutos hasta arrinconar a un noble Elche. Una muestra de lo poco que va quedando para el desenlace liguero es que este ha sido el penúltimo partido en casa. Las finales no se juegan se ganan, y ya solo quedan tres. Próximamente entre levantinos (VCF y Levante) seguirá el juego. Pero antes, como viene siendo habitual, nos despedimos teloneando una nueva noche para la historia. Llueva, nieve o truene, ojalá el próximo martes vuelva a ser martes santo. Con Courtois o Aranzubía, con o sin Arda, apretaremos todos juntos para terminar relatando otro cantar de gesta.

GUAPO

lunes, 14 de abril de 2014

Getafe 0-2 At. Madrid (J33) - Final a final

Un rival en puestos de descenso es de lo peor que uno se puede encontrar a estas alturas. Era una salida difícil como la que más. En Getafe nada menos. En campo que siempre recordaré por el no ascenso del año 2001. Ese mismo año ellos descendieron de categoría, y lo que son las cosas, luego volvieron a primera e incluso me hicieron aplaudir con su actual entrenador marcando goles en Munich. Eso sí, por mucho que uno los mire al trasluz, el Getafe es un equipo que respira al compás del otro lado de la capital (que me perdonen los injustamente aludidos). Se presentó allí el Atleti y fue a por el partido. Resbalándole las protestas y marrullerías rivales, que cuando las hacen los nuestros lo son y cuando no, son meras artimañas. Fútbol al fin y al cabo. Sin mariconadas. Entonces cuando los miles de aficionados rojiblancos concentrados en el fondo donde atacaba el Atleti se maldecían de no ver un gol en esa portería, llegó el tanto de Godín. El Cacique uruguayo sabe de qué va esto y acudió raudo y veloz con los suyos, que esta vez no habían hecho muchos kilómetros pero estaban igual o más entregados que nunca. A lo mejor para otros pasó inadvertida, pero sin duda ha sido una de las celebraciones más emotivas que recuerdo. 

En la segunda parte no tengo otra cosa que hacer que volver cuando el Atleti acababa de fallar un penalty, sin saber nada de la expulsión. El portero azulón se resarció con creces de su error en el primer tanto. Me volví a incorporar más tarde (reservar billetes para Old Trafford y Anfield es lo que tiene), mientras iba por la calle temía escuchar un grito de gol, porque con total seguridad no sería de los nuestros. Si bien la excepción que confirmaba la regla había llegado en el almuerzo, donde no sólo conocí a un familiar político colchonero, sino que había una gorra que sabe dios si provenía de un antibarsa o no había puesto ahí encima, porque la foto del chulopiscinas con el balón de oro cantaba por sí sola. Ni un berrido por el camino. Y tuve puntería porque recuperé el contacto cibernético en otro momento clave. Salta la notificación del 0-2. Misión cumplida. 

Lo que no esperaba es el mensaje de la lesión de Diego Costa. Al principio me lo tomé a a cachondeo, pero un atlético en ese momento no soltaría esa burrada ni de broma. La foto era de repelús. Pero conforme iba llegando a casa con el cuerpo cortado y flojera en las piernas, absurdos pensamientos me asaltaron: "Si no está DC pues a seguir con lo que haya. Hasta el final.","Este tío se va a recuperar pronto". Quizá lo blanquecino que se intuía en esa horrible brecha era un desconchón del poste.  Y coño, por muy mala que sea esa herida, al final no había fractura. No era tan negro como me lo habían pintado. Donde quiero llegar, sin tener en cuenta el desenlace positivo, es al optimismo moderado que me proporcionan las victorias de este equipo. Cada vez queda menos para algo grande. Piensen en aquel junio de 2001 en segunda, destiérrenlo de su cabeza e inmediatamente valoren aún más lo que se está haciendo este año. De nada. Tras este triunfo llegan las ansiadas últimas cinco jornadas. Para darle de qué hablar a la prensa a modo de pelota de tenis que se le lanza a un perro, Simeone ha cambiado el discurso, pasando de DEFCON 2 a DEFCON 1. De Partido a Partido a Final a Final. Últimamente el Cholo es el que me bautiza las crónicas y todo. Un líder para todo. Mientras los demás no se quieran dar cuenta de que la clave son la fe y los cojones vamos bien.

jueves, 10 de abril de 2014

At. Madrid 1-0 Barcelona - Semieternos

La noche deliró como un pájaro en llamas. Aunque no dé a la gloria la Puerta de Toledo. Yo me bajo en Pirámides. Yo me voy al Calderón, aunque sea a través de una pantalla plana. Todos los atléticos haciendo fuerza desde el mundo... Y lo lograron. Con una superioridad numérica flagrante, porque cada vez tengo menos claro lo de que la afición no juega. Ayer el público convirtió un estadio que de por sí impone en una marmita en ebullición. Yo no estuve porque el rival era el Barça y ese espíritu Champions no tendría la misma esencia europea, y también, lo reconozco para escarnio público, pensaba que la eliminatoria iba a estar encarrilada para ellos en la ida, cual buen cagón/fatalista/realista que soy. Como si el Atlético de Madrid supiera de certezas... Bueno, actualmente sí hay una: este equipo es un equipo de los cuatro mejores de Europa. Gracias, pase lo que pase, por esta cuarta semifinal europea, la primera que yo presencio. 


Qué comienzo. Qué aguante de la situación cuando la cosa se complicó. Y por último, qué manera de terminar el partido. Pero más allá del qué, yo me quedo con el cómo. Un gen competitivo inusitado y cada vez menos sorprendente. Como si de un ejército de disciplinados norcoreanos que adoran a su líder, pero un líder de verdad, todos dieron lo mejor de sí. De no haber sido así no hubiera sido posible. No olvidemos que se trataba de uno de los dos o tres mejores clubes del mundo, que había estado en semis seis veces seguidas antes. Que cuenta en sus filas con el mejor jugador del mundo. Y para más inri, con las bajas de Diego Costa y Arda, ahí es nada. El mejor indicador de la gran noche de ayer fue que apenas me vinieron a la cabeza sus ausencias en todo el partido.  Se mantuvo el suspense hasta el final, pero afortunadamente las ocasiones marradas y sus "nos vamos a acordar de haber fallado eso" correspondientes cayeron en saco roto. Y además de por el resultado en cuestión, es que fue totalmente merecido. Por méritos propios: con unos jugadores entregados, con un público que es una extensión de su entrenador, sin una sola ayuda arbitral, con el césped cortado... 


Tras esta hazaña, al alcance de muy pocos, ni un alma por la calle por estos lares. Solo un atlético que emitió un "ayrgh" a modo de saludo de complicidad. "Hay que seguir" le contesté. No es que esto no serviría de nada de no ganar un título, pero mientras haya opciones hay que seguir peleando, sin bajones de euforia. Solo quiero puntos de inflexión positivos. Eso sí, me dio tentación de traerme la camiseta al trabajo, pero puede que no fuera una buena idea porque no sé si mi jefe es del Madrid o del Barsa. Ojalá dentro de unos años esa pregunta no sea tan bipolar y obvia. Cosas como la de anoche ayudan a ello. Si no, siempre quedará la vieja guardia. 

YO NO compré ese periódico madridista
¿Y hoy, día 10 de abril? Felicitaciones, las más impersonales veladas de antibarcelonismo y malicia madridistas, otras llenas de respeto, y silencio de los que ahora están fuera y ningunearon al Atleti al principio de la liga. Humiltat y valors lo llaman. Pero seamos francos, yo al revés no los felicitaría. Curiosamente hoy me crucé con uno de los primeros hombres del Barsa que conocí, el presidente de mi antiguo equipo de fútbol sala, por él si que no me alegro. Dejo ya de contar mi vida con sosez (pero es que sin esa mierda no sería mi blog, sino un blog más, que los hay y muy buenos de nuestro equipo). La peor crónica de la historia en uno de los partidos más memorables. Cosas del Atleti. Lo escribo solo para dejar constancia, casi sin ganas, vacío, orgulloso de este equipo más allá de los resultados. Son un ejemplo para todos. Ahora falta lo más difícil, que es el próximo partido. Hoy ya hasta os hablo de "tú". Llamadme agorero pero yo ya estoy pensando, más que en el sorteo, en el domingo a las 19:00.

domingo, 6 de abril de 2014

At. Madrid 1-0 Villarreal (J32) - Raúl selección


Pasan las jornadas y ahí sigue la obra, sólida como El Dolmen de Menga. Este Atleti aguanta más que submarino debajo de un grifo (nunca mejor dicho dado el rival de este sábado). No lo pude ver, apenas pude estar en contacto con el resultado, pero  ¿qué importa a estas alturas de campeonato? Si ya estoy como loco... Esta vez continuaba acentuándose el más difícil todavía, debido a las bajas en todas las líneas excepto en la portería. Más mérito si cabe. Aunque no es menos cierto que el Villarreal, donde Óliver Torres disfruta de una beca Séneca, también venía mermado. Aunque si les digo la verdad, si juega Toby Alderweireld en la zaga, a mí plim. Eso sí, incluso conocedor del resultado, a mí también me puso el culo prieto ese despeje que apunto estuvo de colarse. Brrr... ¿Y el gol? Les juro que no tuve ni que preguntar de quién había sido. Me habría jugado al menos dos euros a que era él. Raúl García rules again. Si no fuera por ti macho...

Cada vez hay más niebla, cada vez más espinos mientras la pendiente se hace más resbaladiza. Los indicadores no se sabe si dicen izquierda (Barcaca) o derecha (Mandril). Solo las cabras montesas parecen saber dónde está la meta, pero el equipo sigue firme el itinerario, a pesar de ir con la cantimplora en reserva. Aún queda un puñado de partidos para soñar. Encuentros con un Calderón abarrotado. Días del Cholo levantando los brazos en plan psycho jaleando a la grada. Encuentros fuera de casa donde cada rival querrá hacer el partido de su vida se juegue algo o no. Y antes de eso, una noche que puede pasar a los anales y vaginales de la historia el próximo miércoles. Adéu.


miércoles, 2 de abril de 2014

Barcelona 1-1 At. Madrid - El espíritu de Glasgow

Casi cuarenta años después, y salvando las distancias, lo primero que me vino a la mente tras el pitido final fue la batalla de Glasgow. Por supuesto no había ni nacido, pero toda persona a la que se le llene la boca diciendo que es del Atleti y no tenga menos de doce años debería conocer este encuentro. A partir de aquí doy por hecho que saben por dónde van los tiros. El Atlético ayer también lo supo. Los nuestros dieron una vez más un tratado de competitividad. En territorio nacional sí, pero bajo los focos esta vez del público europeo y del resto del mundo. Era la Copa de Europa. Díganselo a mis murciélagos en el estómago las horas previas, y al caminar hacia el lugar de encuentro resoplando con la cabeza alta y la camiseta desremetida bajo la chaqueta. y al cambio horario primaveral que junto con la mejora de clima asocio a partidos grandes, de esos en los que se deciden títulos. No hay nada que reprochar y mucho que agradecer al equipo, que sacó un resultado formidable y supo morir con las botas puestas. Sin escudarse en la temprana lesión de su principal valedor, el Atleti del Cholo plantó la bandera marino y oro (le acabaremos cogiendo cariño) sobre el Camp Nou, y nos hizo disfrutar de sufrimiento lo que duró el partido. 

Tuvo ocasiones para adelantarse antes, y sin embargo, cuando parecía que no iba a llegar, llegó y de qué manera. El lanzamiento de Diego Ribas es  de lo mejor que he visto en mi vida. Al final iba a ser que sí, que un Diego era el terror culerdo. Los rusos, japoneses y demás turistas que habían pagado el dineral por una entrada alucinaban pepinillos cuando el brasilero "gafe", con ese precioso número que es el 26 (el mismo que llevaba yo ayer), traspasaba el balón por la hipotenusa de la escuadra. Imposible para el buen portero que es Pinto. A partir de ahí comenzó a faltar fuelle, y llegó el consecuente gol de la Neymara, como era de esperar: perfil anotador contra el Atleti de manual. No se descompuso en demasía el glorioso, que aguantó con estoicismo y sin pólvora el asedio final. Courtois se erigió una vez más en superhéroe. Si tienes un tío que te marca la diferencia así en la portería, la vida es más fácil. Pero sería injusto irme sin valorar en general el esfuerzo realizado por todos (Tiago, Gabi, Filipe...). Encomiable, legendario, puede sonar derrotista más que realista, pero sea cual sea el desenlace, este Atleti para siempre estará presente ya. Como los que sacaron aquel empate en Escocia, aunque luego un tal Schwarzenbeck nos jodiera en la final.


Piénsenlo: tener a cero gran parte del partido al Barsa, con Messi missing, minimizando a Iniesta y por si fuera poco asomándonos con peligro arriba. A mucha gente se le llena la boca diciendo que el Barça no es el mismo de antes, pero que me capen si no está entre los tres mejores del mundo. Mucho mérito tiene esto. Pero para poco serviría si no rematamos la faena en casa tras obtener este gran resultado que todos hubiésemos firmado. Aunque antes de eso, me preocupa más el próximo partido de liga: sin Gabi y Diego Costa, que ni me atrevo a mirar la prensa para no saber cuánto tiempo estará lesionado. Chip cambiado. A por el Villarreal. Vuelve pronto, Lagarto.