lunes, 19 de marzo de 2018

Porcelana

Sigo sin terminar mi mierda de artículo sobre el Lokomotiv, al que ya hemos eliminado y todo. Para colmo, Filipe no se volverá a vestir de corto hasta que lo hagamos nosotros mismos en nuestra casa. Precisamente se lesionó el día en que yo tras un año inactivo volvía a jugar una pachanguilla. Se queda sin mundial y es algo que me jode aún más que no tenerlo en el Atleti, ya que era su último billete para un evento así... Por cierto, de laterales ya andábamos escasos de por sí, pero esto podría haber pasado en otra parte del campo y tras la limpieza de medios en invierno la directiva hubiera quedado aún peor que de costumbre.

En esas salió el Atleti con la equipación futurista, y no lo hizo nada mal. Hizo méritos para ir por delante, y se puso con un penalty más falso que la agresión de Vitolo. Para penal el que le hicieron a mi niño en el parque de bolas... Asenjo miró para el lado contrario, a diferencia de cuando salió al césped con la camiseta de Filipe Luis. Ese gesto hace que le tenga menos de la tirria injustificada quizá que le tengo al palentino. Por desgracia paulatinamente los amarillos, o groguets, como está ahora de moda llamarles, comenzaron a acogotarnos. De ahí al final la tónica no cambió. La mía fue una bebida energética del Supersol, el copazo fue el día antes. El que sí cambió fue Simeone. Su sustitución de Gabi por Griezmann y el empate ipso facto de Ünal (¿hay un descuento en delanteros turcos o qué?) caricaturizó lo que fue el Atleti este encuentro. Y del 2-1 mejor no hablar, ya habló el locutor por la radio. Yo ya había cogido el coche sin hacer presión por ver el final del partido, de hecho, no es por vacilar, pero me lo olía. Mientras todos miraban la cara del francés en el banquillo, a mí se me quedó grabada la de Oblak. Cara que no podré ver en mi viaje a Madrid de semana santa, porque jugamos demasiado tarde, así que otra vez será.

Una vez más caída en el Madrigal, y yo me quedo con la sinceridad del Cholo. Desde la irascible atalaya de la derrota es fácil echar bilis. A mí también me gustaría que el equipo fuera más echao palante en ciertos momentos. No me vale la teoría de la manta corta de Tim para justificarlo, pero también es cierto que enfrente había un gran rival, y que apenas nos inquietaron más allá de pisar campo contrario. Que eso no se confunda con que merecieron ganar, porque donde otras veces fuimos una placa de acero, se vio una figura de porcelana, cara y fea. A partir de ahora los jueves serán los nuevos domingos más que nunca, si bien la segunda plaza es un logro del que estaría infinitamente orgulloso, máxime con quien viene por detrás. Pero lo que está claro es que nuestro bread and butter es más europeo que nacional. Además me queda la bala del Antequera, que se agarra a la lucha por la liguilla nuevamente: goles postreros con equipos amarillos como rivales, pero en este caso en el bando adecuado. Encima, queda algo que por mis huevos tengo que darle más cancha: el fútbol femenino. Que la liga está pérdida!? y un coño! Nunca mejor dicho.

viernes, 9 de marzo de 2018

A la carta

Ni lío con rusos descerebrados, ni sobresaltos durante el partido... todo fue positivo y transcurrió a su debido tiempo, algo que sabemos no es en absoluto fácil. Cualquier atlético humilde hubiera pedido al genio tener este desenlace para el partido. Y el rival... supongo que será también por el parón invernal, pero lo cierto es que el Lokomotiv, para ser el líder de la liga rusa y haberse deshecho con solvencia del Niza, estuvo escandalosamente inapente, y más desbordados que yo en el trabajo. Solo cierto orden defensivo y nuestra clásica falta de profundidad les impidieron salir más calentitos. Manuel Fernandes, un pelotero de cuidao, era lo único que les quedaba, y los nuestros le secaron hasta el sudor. Porque más allá del bajo tono moscovita el Atleti mostró que va en serio a por esta competición. Faltaría más tras el último enfrentamiento con Messi. La insistencia de fogueo se tornó en un gran gol de Saúl. Esos disparos del torocampista son bitcoins en nuestra dificultad para crear ocasiones, aunque con Diego Costa la vida en más fácil en ese plano. Por eso en la segunda parte se hizo aún más patente la diferencia entrambos en forma de gol del varano brasileño-hispano. La sed de gol del doble 9 quedó saciada tras el cabreo que se pilló el otro día contra el Lega. En mi opinión estos son más goles sicológicos que los que se meten antes del descanso, porque no tienes el entretiempo para recomponerte. Entonces comenzó una nueva edición de Juanfran Unchained. Fue un no parar del alicantino, que cerca del final puso el broche anhelado (remate de Koke mediante) para hacer total justicia con el marcador y permitirnos hacer alguna foto en la nieve de Moscú el próximo jueves. Si no, ya les obsequiaré yo con un articulillo al respecto para cumplir la tradición de stalkear la historia del rival. 


A la larga quizá nos aburriríamos, pero este tipo de partidos tan plácidos no creo que sean malos para la salud. Mas allá de los goles, volvió Lucas (franco-hispano?), y Giménez lo hizo hace tiempo para quedarse. Encima, tras la pena de Moyá, Oblak le dio la alternativa a Axel Werner, que con ese nombre de jugador de Oliver y Benji lo mismo es hasta bueno. Los cuartos están más cerca que nunca. Yo ya curioseo descaradamente cómo les va a los rivales, pero como diría Rocky... one step, one round, one punch at a time.