jueves, 7 de enero de 2021

Estopa

"Y si los dioses supieran que un tío del barrio les supera, 
[...]
si te descuidas, boberas,
vete pidendo ayudita a los druidas del parque,
si te pasas de listo no te enteras, 
si te pasas de tonto tantangaooo"

Al saber del emparejamiento con el Cornellá lo primero que me vino a la chorla fue la pegadiza canción "El Blade" del dúo barcelonés que titula hoy. Estopa también repartió nuestro verdiblanco rival, que merecidamente pasó de ronda entre un descalabro tras otro de los nuestros. Quizá anduvieron privando en alguno de los garitos de la canción, porque el cuadro humilde del duelo, aún jugando su partido y haciéndolo bien, necesitaba una dosis extra de alineación de astros, a la que nosotros contribuimos con confianzas desde el inicio. El once que saltó al césped artificial debería haber sido suficiente para pasar pero, ¿Qué cojones es eso de que ni siquiera viajen los pesos pesados? Giménez se confía también, se lesiona por el orgullo herido de ver que un "inferior" le gana el duelo, falta y gol. Ya lo decían en la retransmisión: el balón parado iguala las categorías... Discutible hasta cierto punto, pero no hoy. No sé qué coño pasa que nos la cuelan demasiado por arriba, joder. Al menos últimamente algo de daño hacemos en el de ataque, pero nos rematan en balón muerto mucho desde hace varios años ya. 1-0. Minuto 7. Encima las que tú tienes para bajarlos a la tierra no entran, y esto se convierte en una irritante carrera contra el tiempo en la que todos fuimos Savic y su desesperación. ¿Que no es suficiente ventaja? El pobre Ricard se vuelve tan torpe como El Langui (se parecen y todo) y es expulsado para, ahí sí que sí, ponérnoslo no ya en alemán, sino en mandarín. Pero a quién voy yo a culpar, si este deporte con su marcador corto nos tiene siempre preparadas estas maravillosas desgracias... 

Lo que menos me gustó de esta vergüenza fue la falta de ocasiones y la frustración que todos sufrimos por el exceso de faltas. De nuevo, olé por el UE Cornellá, debemos de superar ese escollo. ¿Tú qué harías? ¿Veis? Tengo que elogiarlos a cada lloriqueo, no lo puedo remediar. Me siento como una mierda mencionado ese apartado. Este tipo de partidos tienen ese componente de sucio odio al rival que nos martiriza. Los maldices por sus constantes pérdidas de tiempo, por sus calambres y lesiones típicas con salida en falso de los minutos postreros, pero por otro lado piensas: "¿Qué coño quieres que hagan los chavales?" Es una sensación similar a cuando el de un curso más pequeño te tocaba los cojones: si le pegas te puede llegar un hermano grande a devolvértela o también te pueden decir que te metas con uno de tu edad. En resumen, no habría ni que haber dejado que se plantearan la posibilidad de que podían ganar para evitar caer en esos dilemas. Fácil, ¿eh? Porque además el rival sí que tenía claro lo que tenía que hacer y no era nada cojo. Se agarraron a todo lo que tenían a su mano (y más que se pudieron llevar si hubiese habido VAR con el brazo de Ricard antes del gol). Eso además descarta la posible condescendencia arbitral, porque cuando estamos en la mierda en estos escenarios pensamos que el árbitro cree que es es divertido ver al grande en apuros así que no, no es jodida excusa válida. Encima los muy mamones se destapaban con excelentes jugadas de vez en cuando para terminar de exasperarnos. Lo dicho, una tortura de tarde noche en la que la única alegría fue el debut de los chavales San Román y sobre todo Mario Soriano. ¿Qué será de Grbic y Saponjic ahora?...

...¿No esperábamos esta emboscada? ¿Tenía sentido tanta confianza ante este rival, que estuvo apunto de ascender a segunda? ¿Precisamente nosotros, con la herida copera reciente, joder? Esto se convierte en tendencia peligrosa. La de la Cultu fue perdonable porque ahí fallamos un montón de ocasiones, ¿pero ésta? Casi que la equiparo a la eliminatoria a doble partido perdida con el Albacete. Otros tenían ya sus Alcorcones o Toledos, sus Noveldas y Figueres. Nosotros con retraso pero ya tenemos nuestros propias derrotas inopinadas para no ser menos. El atenuante del buen momento en liga no es más que una excusa de las que surgen al abrazar la almohada al borde del llanto. Qué liga ni pollas! El año que viene quiero otro duelo como este, pero ojalá tarden en repetirse porque será que habremos seguido como un tren en el campeonato doméstico y jugaremos la Supercopa a 4 cual patricios. Pero lo que es ahora, desde luego los muchachos se han esforzado en hacerme querer olvidar la Navidad, que esta vez estaba disfrutando de forma un tanto cursi para mi estándar, por el niño pequeño y tal. En esta ocasión menos mal que tenía el documental de Fernando Torres para aliviarme las penas, que me encantó porque me ha hecho entender muchas cosas de su primera marcha. Me encanta que hable tanta gente del entorno y del gran fútbol, menos el representante ese cuando critica al Cholo por no poner a El Niño. En general una muy recomendable pieza...

...Pero poco duró el buen sabor de boca, enseguida me volvió la canción de Estopa al tarro para alegremente recordarme la humillación sufrida: 
"Siempre sabes donde las dan y tu las tomas pero eso sí aquí en K.O.rnelláaa"

lunes, 4 de enero de 2021

Los dos abismos

Antes que nada pido perdón, porque mi arrogancia desde el gol de Marcos Llorente estuvo apunto de salir cara. Me confié, y por eso se fueron al limbo varias ocasiones para rematar este catártico encuentro. Tengo parte de culpa, como todos los que también lo diérais por hecho, en el exceso de confianza que reconoció Giménez en rueda de prensa. Aunque sé que no pero sí, me creo el centro del universo de mi Atleti, a muchos también os pasará. Estoy tan enfermo de él que es un ejercicio de devoción absoluta y no megalomanía, otra explicación no tendría en alguien tan humilde como yo, que por no agobiar se lleva un rapapolvo de no una, sino dos churreras en la mañana del partido. Hoy mismo he respondido con actos en un ámbito en el que mis acciones sí tienen repercusión, o al menos dejan paz mental, dando una mala reseña en google. Pero volvamos al plano adimensional que nos ocupa, a esta personificación que sufro, cábalas, gafes y contragafes mediante, me posee a veces. Una superstición fruto del miedo a que se evapore mi ilusión, que estrangula el sin sentido de que afecte en alguna medida el hecho de que yo diera por sentado el triunfo antes de tiempo... Y encima teniendo razón. Porque con los jugadores que esta vez aún aguantaban sobre el tablero, yo tenía fe en mi torre Koke, mi alfil João y en mi caballo Suárez para ganar esta partida, y eso que enfrente había peones experimentados como Laguardia (te expulsaron porque envidian tu barba) o el infravalorado Pacheco. Sí, he visto The Queen's Gambit, quería dejar huella, como lo ha hecho en mi, pero no puedo hacer más referencias a ella sin hacer más el ridículo, al menos no la recomiendo como hace la gente, yo solo recomiendo que no seáis tan hedonistas como yo y desconfiéis del triunfo, que veáis una trampa a cada vuelta de esquina, solo así construiremos la meta a la que queremos llegar.

Pero retrotraigámonos concretamente a la segunda parte, a esa rigurosísima expulsión fruto del VARiable, que miedo me da cómo nos puede afectar en el futuro ese caprichoso artefacto, y que se convirtió en el chupito de Thunderbitch que necesitaba el equipo vitoriano para ir arriba con todo. También ayudó que ellos metieron a sus dos delanteros titulares. Y por último que Felipe hizo corto y quitó las telarañas, y seguro que algún cacho de escarcha, de la escuadra derecha de Jan. Era un mazazo se mirase por donde se mirase. Encima era hasta justo dado el desarrollo del partido... Un patinazo en el hielo babazorro, otra trampa  como escarmiento divino al error arbitral, como en aquella jornada 1 de la 2015/16, donde el bobo ese de Manu García nos dio la noche con su golazo... Si queremos tener esa sensación de decepción, que en el fondo es un gustazo porque quiere decir que estamos bien arriba, más nos vale a todos, os maldeciré si no lo hacéis, desconfiar de todo, apoyar mentalmente al equipo, tener humildad y no hacer ni caso a los putos que nos felicitan por adelantado. De esa forma luego llegarán alegrías como la de esta ocasión, no siempre sera así, cuando los de arriba conectaron para arrancar un triunfo de obligado cumplimiento por el propio nivel de exigencia. Porque a estas alturas, nunca mejor dicho, existen dos precipicios, uno te proyecta a la ilusión más celestial, a un vértigo que te hincha el pecho y el otro nos espera atrás para descabalgarnos de un sueño que absolutamente nadie esperaba. Pero basta por hoy de precauciones. Ahora vuelta a la trinchera con la esperanza intacta, qué digo intacta, reforzada tras este sobresalto con final feliz, mira que levante la mano el que no se acojonó con que anulaba el gol por fuera de juego de Félix...