jueves, 28 de septiembre de 2023

Bienvenidos al club de los olvidados

Pocos equipos de las grandes ligas del continente pueden ser considerados un histórico, uno de los tres grandes de su liga, tener una Copa de Europa en su haber, pero con suerte pertenecer al tercer escalafón del fútbol europeo actual. Hoy vamos a Holanda. Que sí, Países Bajos, orillas del río Mosa, pero por ende Holanda Meriodional también, concretamente a la sureña Rotterdam (tan del sur que su bandera es como la de mi Andalucía, pero sin el Hércules y las columnas). Una ciudad industrial reconstruida tras sufrir los estragos de la Segunda Guerra Mundial, y que espero visitar si alguna vez desbloqueo mi viaje al Benelux. A pesar del sufijo "noord", al sur de la misma existe el distrito que da nombre a este club, que no es otro que el Feyenoord Rotterdam, tal cual, sin FC ni leches, por mucho que en sus comienzos, allá por 1908, se denominara Wilhelmina, por una iglesia protestante que había por la zona. Como iremos leyendo, unos crían la fama y otros cardan la lana, siendo nuestros futuros rivales de la Champions 23/24 los pioneros en varios logros y luego toda la pompa se la lleva el Ajax (con el que disputa De Klassieker), algo el PSV (con el que disputa De Kraker) y del Feyenoord solo nos acordamos los románticos que realmente sabemos la historia de esto.

Es uno de los clubes que nunca descendió de categoría, pero el único que nunca lo hizo contando todas los formatos previos a lo que desde 1956 es la Eredivisie. No obstante, antes de formarse esa liga, ya tenían 5 entorchados nacionales previos. Los sesenta y los setenta fueron sus años dorados, y esto empieza fuerte, porque en 1970, de la mano del austriaco y archilaureado Ernst Happel, derrotan al Celtic (rival en el grupo de este Champions 2024), y que ya había ganado antes en Lisboa su propia orejotas años antes, y se proclaman campeones venciendo a los escoceses en Milán. El chiste se cuenta solo... Se la llevaron en la prórroga por 2-1 con goles del capi Rinus... Israël y el sueco Ove Kindvall. Y sí, por el Celtic aún bandeaba el famoso Jimmy Johnstone. También es imperdonable para la miscelánea el nombre del colegiado de esa gran final: Concetto Lo Bello. Simplemente sublime. Seguimos... ganan la Intercontinental a Estudiantes de La Plata rematando en casa el empate en Argentina de la ida. En la vuelta en la mítica bañera (De Kuip), los argentos se enfurruñaron y lo pagaron rompiéndole las gafas al bueno de Joop van Daele, autor del gol que le valió sus lentes sean pieza de museo. En 1974 ganan la UEFA al ganar en el global por 4-2 al Tottenham. En dicho año se disputó un icónico mundial, paradigma del nuevo fútbol total, del que el Feyenoord era también abanderado, de hecho fue el club que aportó más jugadores al plantel neerlandés, del que todos nos acordamos incluso más que de la ganadora Alemania. Eso es así. 

Y es que el Feyenoord es según algunos estudios recientes el club más popular del país. También fue el equipo donde Cruyff se retiró, y no precisamente de vacaciones estuvo, ya que consiguieron un doblete en 1984. Ya que estamos con jugadores, quien tiene más apariciones en De Trots van Zuit (el orgullo del sur), es un gran extremo de esa época dorada llamado Coen Moulijn, por delante del defensa finalista de aquel mágico 74 Wim Jansen. Me ha costado cotejar ese dato, por cierto, pero me fío más de la wikipedia en inglés que de transfermarkt, no sé por qué. Por otro lado, el máximo anotador histórico es Cor van der Gijp, de mediados de siglo. Aquí también lío, porque otras fuentes dicen que es el ya mencionado Kindvall. Por si acaso, mencionemos a los pistoleros más conocidos, como Willem van Hanegem en los setenta y, acercándonos ya al fútbol en HD: Dirk Kuyt y John-Dahl Tomasson. 

Los ochenta y noventa la cosa "decae" un poco, pero siempre hay copas nacionales que llevarse a la boca. En total tienen 16 ligas (de ellas 11 Eredivisie) y 13 KNVB Beker. Y a mediados de los noventa conocí yo al Feyenoord, equipo que siempre me impuso mucho sin saber muy bien por qué, quizá el nombre y el de sus jugadores. Uno de mis primeros recuerdos fue el camino del Zaragoza hasta ganar la Recopa del 95, y ahí estuvieron los holandeses con el melenudo Larsson y el simpático Ed de Goey. Más adelante consiguieron romper la maldición y ganar su segunda UEFA en su propio estadio, De Kuip, un asiduo del PES. La consiguieron ante el Borussia Dortmund en un alegre partido por 3-2. Posteriormente cayeron ante el Madrid en la Supercopa de Europa a pesar del golazo de Van Hooijdonk de falta. Cómo las colaba el colega. Van Persie, Van Bronckhorst... Roy Makaay que también dejó huella postrera allí... Y así hasta nuestros días, donde últimamente volvieron a asomar la cabeza por Europa llegando a la primera final de la Conference League, que si por algo me gusta es porque brinda la oportunidad a clubes históricos de rascar algo de plata. No obstante pudo ser y cayeron ante la Roma.

Equipo animoso, con gran apoyo en la geografía neerlandesa y que en su ciudad rivaliza con el Sparta (me crucé a unos aficiones de ese equipo por Sevilla en navidad) y no olvidemos al Excelsior, tercero en discordia local. Volviendo al panorama mundial, y para concluir, he aquí un club histórico, perteneciente a ese selecto club de los Hamburgo, PSV, Celtic o Aston Villa, que tienen algo que nosotros tanto deseamos sin haber hecho tanto ruido, pero que alberga grandeza por los cuatro costados de su estadio. Pronto lo visitaremos por segunda vez, aunque hemos llegado cuando el niño del Feyenoord ya está bien crecidito. La primera y única hasta esta Champions fue un amistoso en Rotterdam en agosto de 2021, en el que hubo hostias y perdimos 2-1. Que ocurra lo primero, vale, pero lo segundo que no vuelva a pasar.



martes, 26 de septiembre de 2023

Sin complejos

Tercer derbi triunfado en casa en liga con el Cholo, esto es: 2015, 2022 y el del pasado domingo. Si buscamos antes, hay que remontarse al siglo pasado. Así que nos sobraban los motivos para ganar, entre ellos evitar retirarnos de la liga en septiembre, y también sobraban para desconfiar en un contexto tan complicado. Tanto bullying histórico en forma de resultados, desgracias arbitrales y, por qué no decirlo, malas actuaciones del equipo partidos de tal fuste tan a menudo, hacen del derbi un partido en el que la cábala, el sudor frío y el pellizco estomacal mellan incluso los corazones como el mío, a prueba de lisboas y milanes (a veces me pregunto cómo sobreviví emocionalmente esos caminos y otros tantos), pero con la fe inquebrantable. Y más sabiendo que, cuando yo genuinamente sé que el Atleti está mal y que sinceramente veo la cosa chunga, los nuestros sacan la cara. En Roma se atisbó, y aquí por fin bastó para ganar al peor rival de cualquier deporte. Para ganarles, como decía el gran Rubén Uría, no hay que salir al 120%, conseguir renta y bajar al 60%. Mejor mantenerse estable en ese máximo rendimiento, con un plan, y con contundencia y una pizca se suerte quizá se dé... Eso pasó mientras yo no llegaba a tiempo de recoger unas pizzas. El primer gol desde OndaCero. "Hemos marcado muy pronto", le dije a mi interlocutor, y durante la cena narrador, madridista él. El segundo de Griezmann hizo me entrara el picorsito, incluso dije alguna bravata de que sí podría ser. Como cuando se fue la visita íbamos ganando y la presión era enorme, decidí dejar el móvil aparcado, fruto de la esperanza de ganar, creyéndome el ombligo del mundo y al mismo tiempo un poso de ser el más cagón del globo. Como un burro amarrado a la puerta del baile. Pero salió bien. Cada cuarto de hora bajaba sin saber muy bien cómo había llegado hasta allí, y todo era grato. Ese 3-1 valía millones. Y luego el final. Alegría contenida. Subidón light, porque no estuve allí, y sufrí menos, qué coño. Entonces aunque no fuera por miedo, ni vergüenza, ni mucho menos por darle la espalda al equipo, sino por ayudarle (os sorprenderían nuestras estadísticas cuando me ausento del derbi por un motivo u otro), tengo una alegría más serena y tántrica, de menos voltaje, y estoy saboreando todo en consecuencia de ello. Cada programa, puede que a 1.5x, la rueda de prensa magistral de Simeone, y por supuesto, voy hasta a ver el partido, que la ocasión lo merece. Tengo hasta el jueves... Donde habrá que despertar en Pamplona, si no, esto habrá servido de mucho menos y volverán las preocupaciones. No quiero despertar, incluso un paroncito de selecciones me pedía yo ahora. Es tan difícil ganarle a estos cabrones, y encima llorándonos (Belic-gan sigue asiduo a liarla en el descuento lesionando a Angelito), que la alegría me invade sin complejos. De hecho llevo ya dos camisetas del Atleti puestas en la semana como terapia, porque por miedo a ser considerado oportunista, la visto con rectitud más bien en las derrotas, cual muestra de orgullo. Pero, ¿más orgullo que hoy? Además, ¿quién es nadie para dudar de mi atletismo? Ni siquiera yo puedo hacerlo. Rompen las olas en la Caleta de Málaga, voy a hacer footing inmerso en mi crisis de los trentitantos, con una camiseta de cuando estuvimos en el infierno, porque lo que más importa es lo jodidamente sexy y bella que me queda cualquier camiseta de nuestro Atleti. Voy a echar el pulmón luciendo la rojiblanca como penitencia por no verlo. Va por vosotros, equipo, y también por mí. Fuera complejos  siempre que se pueda.

martes, 19 de septiembre de 2023

De Alisson a Provedel

Primer tiempo para olvidar, y curiosamente aparece el gol de Barrios, últimamente tan en el candelero. Pero sigue la plaga y al volver a engancharme al partido tras el descanso, esta vez definitivamente, ya está lesionado, como Witsel, De Paul, Lemar, Koke. Para el siguiente Llorente y Saúl si eso... No sé si es el profe o la mala suerte, pero es de risa, como el gol del empate. Tras adoptar invisiblemente la cara de tonto, le he dicho a mi mujer, sin duda y con rabia: "Esto es el Atleti". Porque sé mejor que nadie que lo es. Siempre habrá tiempo para ganar, para estar en el otro lado, pero esta montaña rusa conlleva también momentos agudos de patetismo como éste, en que un portero llamado Ivan Provedel, nacido en Pordenone y de madre rusa, nos empata en el último segundo de un testarazo cuando mejor estábamos, haciendo honor al himno y habiéndolas tenido para el segundo, donde ese hijoputa también estuvo fino parando (Oblak también hizo su atajada nuestra de cada día, y eso me pone contento), pero, ¿a qué venía ese epílogo cruel? Victoria que habría sabido a gloria, y para encauzar una clasificación que sabemos que costará, como no sabíamos en aquel 0-0 en este mismo recinto allá por 2017, donde Alisson fue Provedel, pero al menos se quedó en su portería. Esperemos que no se repita el desenlace de ese grupo con romanos. Ahora desoigo los tambores de derbi, al igual que desprecio la última cerveza del frigo o el último cacho de tarta de mis 36, pero por estar en forma más que porque la situación no lo merezca. Atleti de mi vida, podrías haberme regalado esos tres puntos, y ahí quizá me la habría bebido a tu salud y sin hiel, me cago en la puta.

domingo, 17 de septiembre de 2023

Algo más que una derrota

De un 0-7 a otra goleada (para mí 3-0 lo es) en forma de caraja levantina, como tantas veces en el Ciutat, como hace poco ante un descendido Elche, o como en el propio Mestalla a primeros de siglo. Fueron (en la victoria tampoco uso el nosotros) briznas en el césped. Cada balón dividido de un solo dueño, con la vergüenza que da eso. Convirtiendo a Hugo Duro en Falcao y a Baraja en Simeone. Pinta mal ésto desde todos los prismas, peor que esa horrorosa equipación.

lunes, 4 de septiembre de 2023

nada

Veinte días sin Atleti. Más de treinta en Jaén, de la que me voy como casi siempre que abandono un lugar, encariñándome y con un poso de tristeza. El último domingo fue lluvioso: "esos putos días de septiembre"... Seguramente no habría más que podido seguirlo por el odioso Gol Tv, pero me jodió mucho que sin apenas llover se nos haya alterado de esa forma. Máxime cuando es todo fruto del despropósito y no está demostrado que quieran fastidiarnos. Cualquier confabulación fríamente puede sonar absurda, pero da igual, así somos los del Atleti. El lomo curtido lo suficiente para desconfiar de todo y de todos a pesar de paladear el champán a veces. El hecho es que sí, este partido nos deja cojos de puntos hasta sabe dios cuándo, y esta vez beneficia al rival, a buen seguro pertrechado cuando le toque volver. Mi conversación con un atlético de esos que siempre hay en cualquier lugar del mundo en la cafetería debajo de la que ha sido mi casa por un mes largo lo decía todo. Tres semanas sin Atleti. Volviendo al domingo: nada. Canadá, de la que hasta hace unos días no conocía ni a un jugador, ganó por inercia y también contribuyó a lo plomizo del día. Yo lo tengo claro: la selección de básket y la de balonmano, y luego si eso la de fútbol. Se nos va Yannick, y a cambio nada. No viene un cinco, sino un cero. Se va el niñato a un rival directo, donde seguro que hasta defiende, aunque eso es lo de menos. Para echar más hiel en este amargo día, cagada en el comunio poniendo al expulsado Catena por Djené... Y ya de paso el Antequera perdió contra el Real Madrid B. "El final del verano" del Dúo Dinámico siempre de fondo aunque apague la radio de mi cabeza, pero aún queda. Septiembre también tiene cosas buenas, y más que tendría si hace dos años hubieras venido tú, hijo mío, aunque a veces me olvide momentáneamente de ti, y ese sentimiento sea peor que la nada.