domingo, 8 de octubre de 2023

La dualidad del hombre

No escribiría esta sarta de cuánticas contradicciones si no fuera por una alerta de posible lluvia, que me ha hizo bajar a coger los trapos, y ya de paso hacer una recena oyendo AtléticoPlay y pensando qué podría escribir, porque la ocasión lo merecía a pesar de mi pereza. La bebida, un botellín de tinto de verano que metí en el frigo con recelo por el tema de la cábala de marras. Repito, alerta de lluvia del 60%, como estoy yo en mis mejores noches, seguramente más que aquel día donde se suspendió el del Sevilla. Pero da igual, los del Atleti estamos acostumbrados a vivir en alerta permanente, con estrés continuo, y eso que esta realidad no deja de ser un simulacro: pelear la liga a mí se me antoja algo encomiable, durísimo, casi quimérico con el percal actual. Pero de ahí a claudicar... (porque esos dos puntos de la victoria al empate son un abismo), ¿y qué decir de la ilusión que genera el verte en la pomada durante este reconfortante paroncito?... Eso sí, nadie duda que se nos lesionarán algunos jugadores, incluso no sería descabellado que alguno que viniera jodido del anterior lo vuelva a hacer. Nos alegramos por las victorias, pero nos sentimos sucios por el juego (eso va por el del Feyenoord) y el impacto arbitral, como contra la Real, aunque dependiendo de donde uno vaya encuentra gasolina o extintores. Las manos del Nuevo Testamento, que diría Relaño. Yo propongo que las dudosas chorras estas como las de Morata ayer sean libre indirecto y las claras o que corten ocasión de gol, sean penalty, como la que marcó Antoine para mandar a dormir al fantasma que nos visita tantas veces en este lance. Si llevo mi propuesta a la FIFA, seguro que la ponen, pero cuando se aclaren con el reparto del Mundial 2030. Yo digo que me alegro si nos benefician, pero al ver material colchonero ya estoy alieando y, ¿quién le hace ascos a una ayuda arbitral para soltarse el nudo del esófago en un final apretado? Pero la falta de costumbre de que la balanza se incline ligeramente, aunque haya una decena de afrentas para lanzar en el "y tú más", hace que me quede un poso de bendita culpabilidad. Ya rezo yo un padrenuestro a San Samuel Lino si eso, a ver si Llorente parece dopado de nuevo o si Nahuel deja de perder balones. Pero ¿y si por el camino deja de ser un genial asistente y llegador? No obstante, por encima de ese caballeroso y estúpido sentimiento, luzco una pátina de alivio y una gran capa de orgullo por el espíritu de supervivencia de todos nuestros ajados cuerpos, y porque pocos darían un duro por esta gran racha,  borracha de pasión porque el estadio este año anima como siempre fue. A mí lo que sí me pueden quitar es el himno a capella del inicio, y menos con música entre medias, porque no funciona. Si fuera espontáneo en un partido de alta enjundia verás como ningún rival criticaba, porque no oiría nada, porque la efervescencia y el acudir a la herida, como la del final ayer cuando el equipo lo necesitaba, es en donde se nota la mejor afición del mundo. Otras veces también digo que ni de lejos lo somos, eh. La dualidad del hombre, ya lo dijo el recluta bufón.



Gran rival la Real, un equipo noble y que va de cara, al menos su entrenador. Entiendo las quejas de Oyarzábal, yo también las tuve cuando te fiché lesionado en el comunio, pero sé lo que quieres decir. Espero que Sadiq a partir de ahora siga tus pasos en el campo el muy desgraciao, que solo ha marcado un gol con el brazo al Atleti. Eso fue hace un año ya, en otro día donde las tintas arbitrales ahogaron los méritos de un equipo, que actualmente tiene un partido menos pero anda, nunca mejor dicho, paradójicamente más exhausto que el resto, ya sea por planificación, por falta de ella, por las lesiones, o porque todo es demasiado complicado. Es la primera vez que llegamos a una parada de éstas y no la maldecimos a pesar de llevar cuatro victorias en liga, así estaremos de fundidos, insisto, todos los del barco. Esto es el Atleti... Cansa y te deja con ganas de más. Sigue tapándome la boca, por favor, y a ver si yo dejo de infravalorar absolutamente todo lo que tenga que ver conmigo, cuando a la vez tengo a un optimista luchando a brazo partido en mi cabeza deseando salirse con la suya, máxime cuando mi equipo es un desprendimiento de mí, y por ende soy yo, entonces pienso de ti como lo hago de mí sin escapatoria alguna. No hay más que ver el tema existencial de mis crónicas desde el año de la liga inclusive. Siempre en torno al carpe diem, al "podría ser peor", pero mirando de reojo al futuro y escudriñando hasta el vómito cualquier mota en el cómo se consiguió, porque ya no esperaba más días de vino y rosas. Volviendo a lo nuestro, la guerra civil del año pasado siempre puede volver, los porteros seguir revoloteando nuestra área en los descuentos, las malas rachas de resultados apoderarse de nuestros corazones, más lesiones, difícil pero no descartable, así que valoremos más esto, como el Cholo quedándose a saludar. Valora más esto, imbécil (yo, no Simeone), o al menos no lo desprecies si sufres tanto, subnormal.


domingo, 1 de octubre de 2023

Otra vez

Inicio fulgurante en lo poquísimo que pude ver del partido — Hoy sí lo ves ¿eh? Maricón de mierda... — pero lo que son las cosas, perdonamos y, tras la pasada jugada de El Sadar, que tras ver y remirar pues yo con tanta parafernalia casi que hubiera dado gol, nos viene la ironía a ver (el karma no existe, tan solo mi difunto gatito Karma pisó la tierra) y este Cádiz color meconio se nos pone por delante. Para ahondar en la herida, con otro goleador debutante más, que ni merece la pena nombrar. Algún día le preguntaré al cabezón de Míster Chip si el Atleti es el equipo al que más jugadores han marcado su primer gol en Primera División... De eso me enteré en el restaurante en una pantalla con Gol T subtitulado (recuerdos jiennenses), pocas formas más tristes se me ocurren de hacerlo, máxime con la cara de gilipollas que se me quedó cuando llegó el segundo poco después. ¿Qué mierda era ésta? Al lado de mí había un bigardo con pinta de ser del Atleti porque, ¿quién coño le va a prestar atención a ese contenido sin ser colchonero? ¿Un bético? Bastantes de ellos había visto en Huelva en estas recurrentes y pintorescas vacaciones (blablacareamos a una amena chilena jugadora de rugby que me preguntó de qué equipo era y luego a un mozambiqueño, como nuestro Rei-Nildo, afincado en Andorra). En ese desfile hotelero de camisetas, similar al de los sanfermines, curiosamente no cacé a ningún cómplice de credo (excepto una señora mayor en el Muelle de las Carabelas). Así que estoy seguro que ese tío era atlético, aunque no intercambiamos ni una mirada, porque no hacía falta. La cosa pintaba peor que Shakira rapeando, pero estaba seguro que ese marcador era excesivo, de que ya había salido de alguna de éstas, y además enseguida llegaron las plaquetas en forma de goles para sanar esta brecha. Arcángel Correa, al que estoy seguro que le abrumaría mi apodo de humilde que es, hizo que lloviera menos con un sutil cabezazo tras una jugada dechado de fe, con sesentipico minutos por delante. El Cádiz, cayéndome muy, muy bien, tiene jugadores que equilibran la balanza, como el gili de Roger Martí, el mamarracho de Iván Alejo o el Alcaraz ese, que por poco nos jode en Pucela la liga; incluso Fali, y ojo que eso sí que puede ser una "impopular opinion" de esas. Lo cierto es que algo me decía que con ellos no pinchábamos. El típico equipo que te da buena espina, a pesar del zampabollos de Sergio, entrenador como la copa de un pino, y que sigue martirizándonos siempre, como ya hizo de jugador. Encima no da ni un minuto a Darwin, que ya es historia en mi plantilla de Comunio. Afortunadamente, a lo derbi, el FotMob solo me daba buenas noticias y en un santiamén ya había empatado Nahuel, que perder balones también, pero como Angelito, tiene gol. Éste fue todo reventón y corazón, la vuelta al recreo del colegio. Todo correcto. Ya llevábamos La Pinta, La Niña, y la Santa María vino de nuevo de Correa, que tuvo la sinvergonzonería de marcar otro forzando su dolorida rodilla, tras una jugada de tiralíneas y con ritmazo. Bien valía ese gol los buñelos anticipados del crío en la feria, mientras me recordaban que el Antequera había ganado. No he ido allí en seis años pero me tiro el rollo. Yo además, creyéndome el ombligo del mundo y el ser más insignificante a tiempo compartido, me preguntaba si mi limosna desinteresada (no como la de Lisboa aquella mañana) habría puesto su granito de gol. Se añadía así otra noche loca al Metropolitano junto a las de Éibar, Getafe o Valencia. Qué lejos queda ya aquella otra con el Kun y Forlán ante el Espanyol, allá por 2009... Este gen ganador me encanta, como esa expresividad para transmitir tranquilidad a los jugadores del Cholo cuando a él está a punto de darle una embolia. Hay motivos para estar contento, pero qué duro mantener esa Línea Maginot europea, más aún si se quiere seguir soñando con pelear la liga, porque ahí la sensación de ir con el gancho es constante, no se permite ya el más mínimo traspié. Yo sigo pensando que el equipo no anda fino y él se empeña en taparme la boca con victorias y goles de todos los sabores imaginables. Que siga así, por favor, aunque sea a costa de sepultar mi entrada sobre el Feyenoord, aunque ellos ya asoman por la Avenida Luis Aragonés.