miércoles, 29 de septiembre de 2021

Tocar el infierno con los pies

Anoche estos cabrones sacaron lo peor de mí. Normalmente la tomo con el rival, al que culpo por perder tiempo, porque su portero haga el partido de su vida, etc., pero sabiendo los abtecedentes y viendo el apabullante inicio del Milan y cómo nos desbordaron hasta la expulsión (eso ya me lo chivó el Bati, al que tuve en modo cordón umbilical) solo sentía impotencia y una preocupante ausencia de incredulidad en lo que veía. Yo tengo bula para no sentirme juzgado por nadie, porque soy el mejor seguidor del Atleti de la historia, así que reconozco que le eché un buen puteo al equipo, porque espero mucho más de ellos aun siendo realista. Lo bueno es que luego a veces suceden estos desenlaces y se le queda a uno cara de Theo Hernández, es decir, de muy bobo.

Lo cierto es que incluso con ese maná en forma de superioridad numérica, punto de inflexión absoluto en este partido, yo ni quería saber nada del mismo, porque una derrota era poco menos que quedarnos fuera de la mejor competición que jamás existió, si no que le pregunten al Sheriff o en la acera de enfrente. Precisamente el himno de la Champions, que activó algunas zonas erógenas al oírlo con tanto ímpetu de las gargantas rossoneras, me pilló recogiendo pizza de un italiano. ¿Sería transalpino o solo forzaba el acento? ¿Sería del Milan? ¿Lo sería al que vi por la mañana con una cami del 22 de Kaká en la piscina? El tema es que pronto volvieron los fantasmas y encima ya íbamos perdiendo con el gol del Roke Leao ese. Estaba harto de esa mala imagen porque no alcanzo a saber el porqué de la misma. O quizá porque todas las razones que supongo (falta de físico, falta de Koke, falta de sincronía, posible falta de minutos en muchos integrantes del puzzle) golpean ahora, que se supone que tenemos la mejor plantilla y tal. Además estaba de vacaciones. Sabía que este partido iba a ser clave pero casualmente me escondía en este pintoresco lugar que es Mojácar. Nada nuevo el que sea yo una maricona a la hora de hacerme el muerto (pero no en la Playa de los Muertos) y mirar a mis responsabilidades no futboleras cuando pintan bastos, pero es que uno cuando es padre va de vacaciones a refrendar su servidumbre y a estar pendiente del niño. Eso es así (con voz de Maldini, que el hijoputa decía en previa poco menos que si empatábamos era un hito, aunque viendo los primeros minutos no le faltaba razón).

Echando un poco para arriba la lupa, volvamos a la mañana del partido. Como siempre en estos viajes, uno encuentra fuego amigo. En esta ocasión, nada más plantar la toalla del Atleti, el socorrista me preguntó por lo obvio, y en esa reconfortante fraternidad hablamos de la época de nuestro Atleti que nos había tocado vivir, y de lo bien acostumbrados que han de estar los nuevos cachorros rojiblancos. Quizá eso es lo que me pasa a mí, que siempre lo veo todo desde el prisma deformado que mira desde el peor foso de la historia del club, vivido en mi época de mayor fervor, y uno ya atisba miedoso el principio del fin de este maravilloso viaje a la vuelta de cualquier córner. Quizá carezcamos de ese colmillo optimista de las nuevas generaciones, pero yo ya no puedo cambiar.

Me incorporé a la retransmisión al volver al apartamento, al igual que el gran AC Milan a la Champions (mi eterno equipo en la liga master de los buenos iss pro), con el fin de rendir pleitesía a los muchachos tras haber tratado de ayudar en sus cosillas al mío propio. Sé que se lo merecen mejor que nadie, que no haya equívoco. El caso es que llegué cuando la tragaperras ya estaba caliente y cayó el premio del empate. Doble si se piensa en el porvenir de el hombre del traje gris y su mutación, espero que inmediata, a l'enfant terrible. Y triple si uno ve buen rollo por parte de João para con el franchute. Eso mola. Pero para franchute, aunque ya quisieran ellos que fuera francés de Francia, Don Thomas Lemar. Arsène Lupin para los amigos. Siempre saca algo se su chistera. Luego un titubeante Lodi fue el que dio la asistencia, pero en la génesis estuvo nuestro mejor jugador más delineante.

Ahí ya apenas quedaba tiempo. Demasiao que habíamos salvado los muebles de una clasificación que se preveía y ve infernal. Pero aún tuvo tiempo el ACM de ponernos el culo prieto por dos veces. Luego el penalty. ¿Sería posible cagarla en un penal de nuevo con todo lo que nos jugábamos? La diferencia está en el tirador. ¿Cómo va a ser igual que lo tire él a otros también grandes jugadores que no son El Goleador? Bastante convencido de que lo enganchaba y así fue, casi sin querer, al mismo tiempo de una llamada espoileadora de las que me gustan a mí, porque si me llama alguien del Atleti en ese instante no va a ser porque lo marró. Luego el ortomano del turquito se encargó sádicamente de hacernos sufrir mucho más con su alargue pero finalmente, en el estreno de esa equipación tan Crash Dummy, volvimos a ganar al Milan en su campo, como aquel lejano y cercano al mismo tiempo 2014. Ojalá esta victoria signifique la mitad del cambio de rumbo que supuso en su momento aquella.

lunes, 13 de septiembre de 2021

Lemar y sus amigos

Vuelven los colegios, el maratón de cumpleaños en mi familia, y volvía la liga tras la típica salida en falso. Yo me había hasta bañado en la playa por primera vez, para así exhorcizar este triste verano. Partido peligroso siempre el de la vuelta del parón, de los que parecen un duelo de videoconsola, con esos fallos humanos que la CPU nunca comete. Verdad, Savic? Pero dios me libre hoy de criticar a nuestro 4° capitán. A Mario, últimamente Horrible, Hermoso también. Lo cierto es que en cualquier caso ellos sabían a qué jugaban y nosotros no. Es lo que tiene este activo letargo y el meter a Griezmann con calzador. Y ojo, que estoy supermotivado con que haya vuelto, eh? Pero lo cierto es que RDT es muy bueno, y el Espanyol es el rival cabronazo por antonomasia, si no miren el historial. Ese primer gol de su temporada era más que merecido y meritorio, y ambos planteles habían puesto de su parte para llegar al vestuario así. 

Pero entró Lemar, el Camarón de Guadaloupe que ha mutado a Megalodón. Aparte de la agitación que lideró en el segundo tiempo, fue el autor de un gol justa e injustamente anulado a la vez. Thomas no se merecía esa mierda de línea gorda, puta mala pata.  Me jodió un montón, y al equipo, que había vuelto en tromba, también. De hecho yo sigo en fase de aceptación de esa decisión a sabiendas de que es dolorosamente acertada. Pero esos fueras de juego son irrisorios sea cual sea el color. De hecho en la Premier han cambiado el reglamento al respecto, y precisamente el Leeds-Liverpool revisaron y concedieron un gol similar. Lloros aparte, tomen nota. La primera reacción del francés con cara de bueno, principal damnificado tras ver como pa una vez que marca no lo dan, fue de palmas de ánimo para todos. No obstante ahí se aplanó el alza. Ya sabemos el impacto de un gol, no digamos ya la montaña rusa emocional de uno anulado. Es como yo anoche cuando me desperté de una pesadilla donde me despedían por bajo rendimiento. Algo así debió experimentar el Espanyol. Rival durísimo fuera y sobre todo dentro. Otro equipo que me empieza a caer gordo por cierto... Pero es que fueron máximos culpables de la desesperación que sufría en segundo plano. ¿Yo qué le hago? 

Así que lo dicho. La marabunta arriba dejó paso a una fase de toma de impulso donde se igualaron las fuerzas. Pero paulatinamente la apisonadora volvió. El empate lo marcó un auténtico jabato, alguien cada vez más habitual adyacente a esos apelativos, Yannick. Gol de rabia, de "por mis cojones" que esto entra. Como los que yo metía en uno de mis escasos picos de rabia. Cómo me gusta este belga espartano y sexy a la vez, con la "mirada de los mil metros" incluida. Luego seguimos picando, daba igual quién, porque para el Jay-Zimeone más que "99 problems" hay 99 soluciones, y por fin Thomas (alguien se acuerda de Partey?) celebró a gusto en ese mismo minuto. Yo a estas alturas desconfiaba hasta de mi sombra y ni lo hice, pero vaya si me alegré. Encima ver la cara de tonto que le quedó a Diego López y la queja de estos cabrones que perdían más tiempo que el Atleti en Múnich no tiene precio. Eso sí, a mí el alargue me pareció excesivo para los cánones actuales, así que no me pongo de acuerdo ni con los atléticos ya. Ni falta que hace.

Últimamente, entre los goles in extremis y que me vi el documental que ha salido en Amazon Prime sobre el campeonato, siento que seguimos en esa ola de optimismo loco, pero ahora con el polizón Antoine en el barco... Por ahora démosle de comer aparte al colega de Lemar, al que seguro perdonaremos si no lo hicimos ya... En fin, como si la temporada pasada no hubiera sido suficiente, otra palada de tierra más sobre el mito del "pupas", pero todos sabemos que la sosa cáustica que desintegre ese mal solo pasa por Europa, y pallá que nos vamos Wanda mediante el miércoles.

lunes, 30 de agosto de 2021

Lo imposible

Qué casualidad que precisamente viera esa película el finde de uno de los partidos con desarrollo más inopinado que recuerdo en 26 años viendo fútbol. Por cierto, qué guapa es Naomi Watts, joder...

El "Nunca dejes de creer" es 99% márketing y el 1% restante va para los atléticos respetables como yo. Veía imposible sacar ni siquiera un punto cuando el reloj señalaba 94:00 y el desquiciante Rulli se disponía a implantar de nuevo deseos de muerte y sufrimiento para su persona en el cerebro de cada aficionado del Atleti. Ahí, con el orgullo del gran juego mostrado endulzándome el amargor, me fui a dormir sin siquiera confirmar el marcador en la cama. Por eso me perdí cantar ese inefable gol en propia puerta en directo, pero el subidón que me ha provocado enterarme hoy de que finalmente empatamos es poco menos reconfortante. El puto Villarreal, que siempre ha dado guerra, ha cambiado paulatinamente de ser un equipo que "juega bien al fútbol" a un equipo rocoso y duro de pelar independientemente de su calidad agudizada cuando tienen el balón. Si no que se lo digan al Manchester United o al Chelsea. Así que como todo desquiciante rival que se precie, me hicieron sacar lo peor de mí. Al pobre Emery a.k.a. maricona vasca debieron pitarle los oídos por mis improperios mientras se dice que pateaba una y otra vez las paredes del pasillo de vestuarios. No me cae mal, pero me cansa de verlo toda la vida en rivales directos, así que se joda.

Por cierto, casi siempre se nos olvida el efecto demoledor de los goles en pos del dominio, controlar el juego, ser el que propone más y demás subterfugios. Pero a veces es todo tan simple y rápido que asusta. En este partido llegaron los cuatro goles cuando menos se esperaban. Esa efectividad de un rival no la he visto más que en un par de derbis en el Calderón (04/05 y 06/07). El mamón del Danjuma ese, que tiene pintaza, ya nos la había liado tiempo atrás con el Brujas. Y Yeremi Pino hizo que jamás olvide su nombre dentro de la miríada de jugadores nombre-apellido del Villarreal. Si es que los muy cabrones por poco se llevan pa Castellón los tres puntos...

Volviendo al Glorioso, me perdí gran parte del primer tiempo, pero lo que vi fueron los mejores minutos de la temporada. Suárez por fin celebró ante la hinchada, aunque le veo con mala cara no sé por qué, como hinchado precisamente... El indio Correa sigue con sus fogonazos. Llorente si bien tiene la mirilla desviada sigue full de mango. Cunha tuvo tiempo para demostrar que al menos es peleón. Lemar sigue liándola con gente, y yo que me alegro por nosotros y porque con esa cara de buen chaval se lo merece. Kondogbia es un portento (y chapeau a que eligiera jugar con su Centroáfrica, lo cual le honra porque en Francia podría). Nuestro Peaky Blinder Trippier, nuestro mojabragas Carrasco, Nuestro Capitán Resurrección... Me entusiasma esta plantilla me cagontó... Ojalá no haya más cambios y/o heitingada asociada ("Nunca dejes de creer que va a haber una") y podremos estar bien altos.

Pero volvamos a mi desliz. No fue un abandono despectivo, sino resignado tras haber apoyado al equipo y creído en el empate en todo momento. Pero empecé a ver a la gente irse. Más visible aún con lo del aforo limitado, y quizá eso en mi subconsciente me hizo apagar el partido 42 segundos antes del milagro del empate. Y ya sé que es solo la tercera jornada pero... Qué empate! Dónde va a parar irnos al parón FIFA colíderes que con la rabia de haber perdido un partido tan desequilibrado como este. Bastante nos aojaron ya los azulejeros sacando un empate. Eso sí, algo haremos mal cuando tiramos 16 y no rematamos ningún córner. Y de los fallos en defensa... Mejor dejémoslo en un lapsus colectivo y olvidemos, porque los tres del centro fallaron en los goles amarillentos. Lo dicho, la Watts es un primor, pero me quedo contigo, Aissa Mandi. Si tienes nombre como de pornstar y todo. Seguimos en la lucha.



domingo, 22 de agosto de 2021

La ley del mínimo esfuerzo

Está feo decirlo, porque en estas victorias en realidad el trabajo es igual o superior que cuando se gana sobrado. Pero lo cierto es que el Atleti tiró del cholismo más funcionarial para amarrar, gracias al Correa más resolutivo, un triunfo ante otro rival que se suma a la moda de los tres centrales. En nuestro caso, por suerte o por desgracia, con Kondogbia haciendo de zaguero. Al final desde el minuto uno andamos siempre con jugadores en puestos que no son los suyos. Sin embargo Saúl, el más envuelto en esas justificadas carambolas, parece paulatinamente más entonado. No lo digo muy alto por si acaso, aunque sí digo con la boca llena que por mí que se quede. ¿Dónde va a estar mejor que aquí? ¿Y quién nos va a mejorar esa polivalencia? Yo confío en que deje definitivamente atrás esa abulia y acepte los cambios de contexto con humildad y carácter. De hecho, me da a mí que ya no viene nadie de fuera, ni siquiera el delantero. Los que sí volvieron fueron los fieles al Metropolitano, en el que ya llevamos cuatro años, que se dice pronto. Sin duda el momento más emotivo fue escuchar el "Partido a Partido" mientras veía en el stream muteado (el puto Bati sigue haciéndose la loca con prestarme la clave) a Koke ofrecer la copa con la gente en las gradas. Más vale tarde que nunca, como la felicitación de mi compadre David desde Singapur, que no sabía quién había ganado la liga... La ida contra el Liverpool era el último recuerdo que tenía de ver afición en el estadio y por ello me arrancó una emotiva sonrisa, solo enturbiada por el extraño aforo reducido. Luego en Niza van y se lían a hostias encima que cabían todos... Del partido no mucho más que decir. Pero démosle el mérito que merece al gol de Angelito. Ese savoir-faire, a lo Carrasco contra Ter-Stegen, y esa definición sin temblarle las canillas a la altura de Torpedo Müller... La ley de la calle diría yo, es la que impone el de Rosario. Está muy bien eso de que en las diez últimas jornadas llega la hora de la verdad y tal, pero estos partidos iniciales son también muy importantes para cualquier objetivo. Es una mierda el estar luego con la lengua fuera cuando vienen las otras dos competiciones y empiezan a caer soldados. Así que, esto no es otra ley, pero seis de seis es incluso mejor que follar:



lunes, 16 de agosto de 2021

La liga sigue igual

Casi tres meses han pasado y, Eurocopa y JJ.OO. mediante, todo parece seguir igual en la liga. El exigente partido con el que tocaba arrancar de nuevo no permitía confianzas. El Celta es uno de los rivales que más nos suele complicar, porque son insolentes y descarados como pocos. Esta vez los nuestros se empeñaron en quitarme los miedos con un comienzo mandón y refrendado con golazo de Correa. Luego vino la carambola de la mano, que si juego peligroso de Aspas, que si rebote, que la mano del día anterior... No sé, a mí me parece demasiado manoseo del bueno de Llorente. Mala pata con esa pelota danzando de un brazo a otro pero no me parece tan descabellado que lo pitara el Manoera este más malo que el tabaco holandés. Lo que sí que no me gusta es que, aparte de que el Atleti siga a buen ritmo en el campeonato, también parezca que nada ha cambiado en cómo se ponderan las tarjetas según uno lleve una equipación (me gusta más la segunda que la primera, pero muy fea tendría que ser esta última para no hacerlo) u otra. Siempre me da la sensación de que sale mucho más barata una entrada en la acera de enfrente que en la del campeón. Es de una de las pocas cosas que me entero bajo el nebuloso prisma con el que veo siempre los partidos de los nuestros. A veces pienso que tan solo con escuchar la radio o ver el resumen a posteriori sería feliz. Pero siempre lo pienso cuando vamos ganando, así que es una gilipollez fruto de los efluvios del triunfo.

Marcó Aspas, que estuvo hasta en la sopa el hijodeputa, y menos mal que hubo reacción de equipo grande con un nuevo gol de Angelito a gran pase de Saúl (me encanta cómo algunos se fueron con él y cómo él mismo lo festejó). Y ya en serio, dejémonos de que si "Correa no es jugador para el Atleti", o la mucho más prepotente afirmación de que "no tiene cabida en una plantilla que aspire a todo". Somos como somos, y Correa es uno de los nuestros, con sus fallos y altibajos trufados de maravillas. Si el Atleti fuera un jugador, tendría su cara, a lo mejor sus tatuajes y piercings no, pero su comportamiento y actitud, fijo. Luego, mientras me sumergía en el apasionante mundo de las depuradoras de piscina, me perdí el baile de cambios, la C. Tangana final y cómo Aspas perdonaba una ocasión claríiisima y también encabritaba a Hermoso, que de bueno que es se cabrea sin disimular con la asquerosa de Hugo Mallo y de paso se/nos ha buscao una ruina a corto plazo. El Celta es otro equipo que se puede ir al guano a partir de ahora... Si ya olían mal con su grito de guerra Hala... Me voy a quedar solo... Y nada, que a mí me han dado una gran alegría los chavales, gasolina para echar la semana, porque no las tenía todas conmigo para este comienzo. Eso sí, por quejarme de algo, ya que estoy, me fastidia no saber si alguno de los titulares luego se pirará o quién coño vendrá para mantener fresco a Luis. Y lo de los laterales me da pavor. Es una de las partes más importantes y la que más solemos descuidar y remendar con desgana. Yo tenía hecha la idea de que Trippier se iba, que Saúl también. Esperemos que no se les ponga cara de Heitinga de aquí a septiembre o que si no haya tiempo de reacción. Pero bueno, que mu bien, joer. Inicio de campeón, ahora Elche. A ver si lo puedo ver sin un desfase de dos minutos entre la radio y el rojadirecta sin sonido, como si fueran los tiempos del Kun y Forlán. De ti depende Bati. De mí y de ser un tacaño y no ponerme una parábolica o el Movistar? En absoluto, en absoluto.

lunes, 24 de mayo de 2021

Morfina para la eternidad

Las flores de jacaranda pisadas mientras me dirigía solitario de vuelta a casa eran metáfora de lo que teníamos que hacer esa tarde, que por desgracia apareció de sopetón tras la desgracia del martes. Un día lloviznoso que me trajo la peor noticia posible. Él no fue Correa, pero siempre será mi Ángel. Nunca jugará como Suárez, pero me hizo llorar como Luis. Porque es que perder a Simón sin llegar a tenerlo entre mis brazos hizo que el "Partido a partido", que como siempre este año escucho antes de cada batalla, fuera emotivo hasta el paroxismo. Sentimientos a flor de agua. ¿Cómo iba a ser de otra forma con la que llevo encima en esta dichosa liga? Encima otro comienzo con traspiés. Esta vez casi tropiezo y me caigo por la borda a pocas millas de la orilla, pero Bati me rescató con su "goool" espoileado. La culpa mía por estar mandándole mensajes sobre si el Valladolid perdía tiempo y demás despropósitos. Felizmente arribamos tras al menos cinco o seis amagos de zozobrar. El gol de Llorente en el descanso del Bilbao, penal ante el Alavés,  la machada del Granada, el palo del Elche, la firmeza del Sevilla en Vardebebas o el aplomo contra Osasuna. Aún así la nave llegó a puerto con Othere y Übbe exhaustos y "malheridos de tanto remar contra el huracán". Floki, a la sombra de Neptuno, esperaba con sonrisa desgastada en la orilla. Fin a una epopeya sin parangón en la que todos internamente creímos por mucho que a veces desesperáramos. Los miembros de esta plantilla entran por la puerta grande en la hagiografía colchonera. Y nosotros también, qué coño! Al día siguiente de la victoria de nuevo la misma lluvia de aquel fatídico martes para ir a comprar, como manda la tradición, el periódico del triunfo. "Has de ser como la mañana del día que te conocí". "Una estrella pequeñita pero firme". Todas las letras de la radio me recuerdan a él. No olvidaré nunca esta liga porque siempre estará ligada a ti, hijo mío. Pero gracias Atleti querido por mitigar en parte este dolor, si bien no pude disfrutar apenas, estoy seguro de que el llanto cuando pitó el árbitro hubiera tenido demasiada hiel para contarlo siquiera. Para mí el día más feliz de esta liga, sin saberlo, fue el día que le ganamos al Athletic en casa. Ahí tenía todo lo que necesitaba. Daría lo que fuera por volver a ese punto y tratar de hacer algo para cambiar esta pupa tan grande que quizá yo, de tanto decir que soy el mejor atlético del mundo, he recibido a traición para desterrar esa mierda de mito que, al menos esta vez, para ínfimo pero reconfortante consuelo, dejamos a un lado.

domingo, 16 de mayo de 2021

La penúltima


Osasuna significa salud, pues estos hijos de puta mermaron la mía y me tuvieron por momentos avocado a la desesperación más absoluta. Me hicieron ver la semana que se me avecinaba como una grandiosa tempestad de mierda. La ojeriza que les vuelvo a tener no puede ser más fundada. Otra vez un portero feo y larguirucho haciendo el partido de su vida. Otra vez como contra el Levante, pero más sangrante si cabe, porque los navarros en la primera que tuvieron nos hicieron a más de uno cuestionarnos si el destino podía ser tan insoportablemente cruel, que diría Calamaro. El día anterior había visto el documental de Historias de los Playoff y ahí salía el cabrón de Budimir, y vaya cabezazo que sacó, no lo paraba ni dios, literalmente según vimos en el VAR. La conclusión más terrenal que saco es que a pesar de la cara de tonto con los dos goles anulados y la de muerto viviente que se me quedó en las decisiones, acertadas esta vez, el vídeoarbitraje tiene que ser defendido y mejorado. Tan solo unificar criterio con las manos y ser un poquito más laxos con los fueras de juego de pelo y medio y sería la rehostia. El partido en sí había comenzado como la seda, ocasiones, empuje, desparpajo. Correa, Trippier, Llorente, Yannick... todos enchufados pero también los palos y el desgraciao del portero ese que ni quiero nombrarlo. El gol parecía cuestión de tiempo pero tras el descanso, incluso tras la puta pausa de rehidratación, se atenuó un poco. Aún así, parecía una broma del más sádico de los guionistas ese gol de Osasuna cuando además ya teníamos la presión del gol en San Mamés. A mí se me iba la vida, desde las dos de la tarde estaba con libélulas en el estómago, fantaseaba con un pinchazo blanco y ganar, y poco a poco el destino me mandaba señales inequívocas de que no, más que nada por el cero uno que veía en el marcador. Con toda esa gente animando fuera que me los ponía de punta. No podía ser. El empate lo tenía clarísimo que llegaría. Ni lo celebré, pero era consciente de la buena inercia que volvía a suponer. El disperso Lodi se redimía para más beneficio del gol. Aquí necesitamos a todos: Herrera, João y Moussa Dembélé, el cual pienso que tiene más potencial del que hemos visto, y ojo que no nos tenga un regalito de despedida preparado. El que no sabemos si se despedirá, sería casi tanto crimen como no ganar la liga que el uruguasho (con permiso de mi Josemari) no oyera al Metropolitano cantar un gol suyo, es Luis Suárez. Un jugador que durante un lustro consideré el tercer mejor jugador del mundo y el mejor delantero, por muy cabrón que me pareciera. Gracias Lucho; gracias por tanto, Uruguay. Yo atisbaba ese gol, siempre creía en mi cárcel de la exasperación en una fianza en forma de tanto que me liberase. Ese gol fue un dechado de rabia y de satisfacción por no haber dejado de confiar. Por volver a la vida por enésima vez. Esta vez los jugadores tiraron más de mí que yo de ellos. Genial el Cholo pidiendo tranquilidad. Además mi niño, que en principio se asustó el pobre al oírme gritar como un imbécil, se lo tomó bien. Le gusta jugar con el autobús del Atleti, aunque con Indi no tiene mucha afinidad. Él fue el único testigo de mi desesperación, si es que pudo llegar a percibirla, porque mientras jugaba con él a tirarle almohadas, me puse con mucho sacrificio una máscara de bonhomía que es la que él se merece por la falta de atención de otras veces. No era justo que pagara mi zozobra durante el partido en forma de ignorancia y me alegro que así fuera. Si además jugar con él me servía para templar el estrés, pues bendita simbiosis. Todo salió como el más sádico, pero colchonero, de los directores de cine hubiera diseñado. ¿Ganar la liga hoy? Pon la penúltima, en esta caso la IPA del Lidl con la foto del indio que mencioné en mi anterior post, y a esperar. Esta liga no puede decidirse de otra forma que no sea en el último hálito.

sábado, 15 de mayo de 2021

Parar de soñar

Eran 3 partidos, como el número de vasos de su cordón umbilical. Éste, por ser el más inmediato y por el rival, era el más difícil. Pero para dificultades las mías para ver el partido. Cámbiese usted de compañía de internet para esto. Así que a escucharlo por la radio. En el caso de la retransmisión radiofónica es diferente, no hay tregua. Aquí no valen los paseos absurdos en derredor de la emisión cuando hay un saque de puerta o una interrupción cualquiera. Uno desconfía de cada declamación del locutor, si bien el equipo jugó a favor de obra y todo fueron buenas noticias: goles y paradas. Luego me dejé llevar mientras Bati me pasaba minuto y resultado, todo muy retro como pueden ver... Aunque yo, lo que es visualizar, solo el final del partido. Entré a ver a la hora de la verdad, en los minutos horarios, en las jugadas interminables de ataque del rival, donde cualquier desplazamiento del contrario parece el germen del acabose. Pero no, victoria de campeonato, en el sentido más figurado de la palabra. 


Porque me sorprendió, con casi estupor, ver demasiado confiados a muchos atléticos tras el partido, supongo que porque estaban esperanzados en un pinchazo en Granada que nunca ocurrió. Os conozco, hijos de puta, y sé que estáis poco a poco convirtiendo a los pamplonicas en superhombres. Todo normal si es vuestro caso. Pero que conste, yo también soy optimista sabiendo lo que ya hemos pasado. Pero precisamente por eso sabemos que cualquiera te complica. Ya nos la lió Osasuna en el Centenario. Confiemos en que eso eran otros tiempos. Hay que ser el Besiktas o el Lille (ojalá no os gafe) de España. Pero partido a partido. En este caso dos, pero porque el Madrid juega a la misma hora. Uno no es de piedra, y he vuelto a comprar alguna garguería para el susodicho encuentro. Me gustó que al girar el botellín, que había elegido tan solo porque la chapa no la tenía en mi colección, éste llevaba un indio en la solapa. Buen augurio... como si no supiera yo que eso no vale una mierda, eh? 
El haber llegado más vivos que nadie tras todo este periplo nos empodera para soñar despiertos, para paladear en el más estricto cuartucho de la imaginación, cómo sería ese momento de llegar a producirse, porque no sé a vosotros, pero olvido proporcionalmente a lo intenso y emocionante que fue el momento. Espero volver a sentir pronto esa sensación, como la de ser padre de nuevo, fantaseando con llamarle como el jugador que marque el gol decisivo, o ¿por qué no Jan? Mis nuevos gatitos se libraron de esa quimera nominal. Está la emotividad a flor de piel, el picorsito ya se siente, esto nadie lo para. Aquí estaré como siempre, velando armas antes de cada partido. Eso sí, por si acaso, mientras escribo esto me estoy tomando un ginto, que mañana nunca se sabe.

lunes, 3 de mayo de 2021

Conductores suicidas

Apenas vi el partido por una chapuza en casa: cerrar un hueco y cambiar una ventana. 
Yo era un mero peón de rojiblancas, pero fue mirar más de treinta segundos al móvil, que proyectaba el partido en medio de pellas de cemento en lo alto de un escalón, y marcar Llorente. Nada hacía presagiar lo que el bueno de Marcos cometería una hora después... Lo poco que vi y lo mucho que oí fue suficiente para constatar que el partido tuvo dos partes tan desiguales como las torres del escudo de "esta espídica ciudad" ilicitana. 

Pero yo anduve tranquilo. La ventana poco a poco iba anclándose, como el triunfo del Atleti, y entonces de repente, en plena discusión sobre cómo rematar la faena, escucho al locutor informar del penalty. Fue como una puñalada de hielo. Otra vez "deslizándonos por el agudísimo filo de la navaja", haciendo el gilipollas con los cambios, otra vez mandando señales de "embotéllame" al rival; Diego Pablo, por diosssss, que te vas a dar conmigo. Esta vez parecía demasiado para escapar, así que enseguida, no sé ni cómo, bloqueé el móvil sin que nadie se percatara mientras ni oía lo que decían, maldiciendo internamente, ridículo y sucio por sentirme tan triste por el puto Atleti. Menos mal que cuando todos se fueron abajo vi una notificación que pocas veces me dio más alegría, y ganas de vomitar y llorar e incluso se me soltó la barriga. El mensaje simplemente decía: "BIEEEEN DAMI BIEN". No había que ser muy listo para saber que significaba que otra vez nos habíamos vuelto a salvar...

Porque los nuestros se metieron en la mente de un soldado con PTSD, pero el disparo suicida en forma de penalty fallado por el rival, tan solo rozó la cara, provocando una pequeña laceración donde debería haber quedado una ensalada de sesos que abonara el fondo norte del Martínez Valero. Para ser tan pupas, que nosotros mismos lo pensamos a veces, nos estamos salvando más de una vez en una ruleta rusa que cada vez tiene menos huecos en el tambor (uno de ellos lo gastó Jorge Molina el pasado jueves). Pero me temo que esto ha de tener consecuencias a corto plazo: "La suerte nunca se olvida", que decían en Malviviendo. Por si acaso no nos podemos guindar siempre así, y para no "deslizarnos al lado marrón" la solución es aguantar jugando a por todas un puto partido entero.

Otra inmolación frustrada, pero el equipo resiste en el liderato como las palmeras de Elche soportan las ventoleras. ¿Resistiremos en el Nou Camp? ¿Aguanteré yo, que me siento reo en la vigilia de su ejecución, siquiera la víspera del partido? Porque es que no puedo seguir así por mucho tiempo o me voy a morir, porque el combustible de esta máquina de sueños es mi vida misma, pero como dicho sueño es mi motor... Así que me jodo y acepto "hacer turismo al borde del abismo" más veces: cuatro más si hace falta; no una más. Todo sea por la esperanza infinita de este título y de no escuchar próximamente la canción que titula mientras me acuerdo del liderato perdido.

martes, 27 de abril de 2021

La gota malaya

Me siento en la necesidad de rescatarme a mi mismo buceando en esta zozobra para, paradójicamente, coger fuerzas y así alcanzar la orilla. Lo dejamos antes del parón de selecciones y nosotros seguimos parados, empeñándonos, a falta de ser tonto útil en esa farsa lucrativa que era todo lo que "no estamos orgullosos de ser", en recrear una Superliga en España, a coste de la pecheada padre. 
Un equipo ejemplar se ha tornado en el hazmereír sin siquiera haber aún claudicado por un factor tan difícil de gobernar como las dinámicas, que son las madres de las rachas y las abuelas de las plagas de lesiones, la inevitable caducidad de las defensas de tres centrales y demás putas mierdas. Se da ya por hecho que el Barsa se lleva esto porque el Madrid da por hecha su Champions, y encima el Sevilla es tratado como equipo honorable y pundonoroso en contraposición de nuestro esperpento. Apestados, ultrajados, burlados antes de ser apuntillados. No podemos negar que hemos dado razones con creces. En esta cuesta abajo desde febrero no nos hemos cansado de derrochar puntos hasta dejar la broma de los colchoneros y el colchón tornada en una esterilla de playa en la que echarnos a llorar de impotencia. Todo el mundo da por ganador a cualquiera menos a nosotros, desde los comentarios unineuronales del marca con los que me mortifico tras cada derrota a la gente que sabe de qué va esto y que ha visto muchas películas en forma de desenlaces futboleros. Esta agonía no es menos por haber experimentado crueldades similares, porque en nuestro exclusivo hocico también hemos saboreado rotundo éxitos, lo que duplica el dolor, porque sabemos lo que se disfruta un título. Siempre en el purgatorio es el destino del seguidor del Atleti. Tan lejos y tan cerca del resto. Nos preguntamos probablemente ¿qué necesidad teníamos de esto? De ver al globo perder aire en esta eterna prórroga lisboeta. Me pregunto yo: ¿por qué un tío que la cagó en una de las dos finales de copa consecutivas perdidas nos mete un golazo a balón parado y su equipo muerde cuando nos jugamos la vida? ¿Por qué mientras veo el partido odio al rival por ir a muerte en vez de culpar a los nuestros? ¿Podré seguir un partido trascendente enterándome de la táctica en vez de ver aturrullado una nebulosa verde? ¿Por qué siempre pienso que Marcelino me cae gordo pero que acabará entrenando al Atleti? ¿¿¿Ganaremos la liga que ya está perdida??? Preguntas sin respuesta excepto la última, que como mucho en cinco jornadas la tendrá, y que aunque que nos torturemos dando por sabida la respuesta no sabemos un nabo. Hemos de esperar estoicamente, velando armas con la fe por armadura como atléticos que somos. Por ese mismo motivo nos sabemos capaces de lo mejor y de lo peor, y solo queda agarrarse a esa tabla para llegar a Elche, que también estaba por ahí allá por 2014. Ya puestos prefiero ir valiéndonos solo ganar todos los partidos porque así se llegará antes al Gólgota, quién sabe si resurrección mediante.
Creo en mi propia fe, pero no sé si creo en ganar o tan solo es la ceguera de esta bendita pasión, del saber que pase lo que pase estamos gustosamente enredados en ella, por mucho que a veces desesperemos. No releáis, ni yo sé qué significa este sin sentido que acabo de soltar. Solo quería dar la cara como hice el lunes cuando paseaba a mi perra con mi chándal y mi camiseta reglamentarias. Me sentía como un profeta superior, o más bien un mártir orgulloso ante ese plebe romana imaginaria en sus cuádrigas motorizadas, deleitándome en pensar que alguno se percataría que acababa de ver a un atlético de pura cepa. El cilicio mental sigue presionando, y así será hasta que esto acabe, pero lo he aflojado un poquito tras zambullirme en este mar de lágrimas contenidas. Media hora menos para la próxima. Vamos Ama, vamos Bati, vamos Pepe, vamos Hermano de Tallinn, vamos Don Tomi, vamos todos ostiaaaa. Ya lo dice un hombre con el que me he encariñado sobremanera estos últimos partidos por su pureza al representar nuestro sino: "Enamorados del Atleti de Madrid"... Y a quien no le guste que nos la coma.




martes, 23 de marzo de 2021

Peligrosamente preparado

Estoy más perdido que Diego Costa, pero ahora que se aúnan parón de selecciones y mis vacaciones, tengo que hacer mi declaración de la renta particular por adelantado, que cuando vuelva el fuego en tierras sevillanas estaré de nuevo con mis propias mierdas (obviamente sin perder un ápice de esta epopeya de temporada, quemando paseo tras paseo con el crío al son de Atletico Play, Big Zeta o audios errantes con mi sobrino Bati). Pero como esta noche solo tengo una bala, dejo gustosamente a un lado la bochornosa eliminación ante el Chelsea, como dejé en el tintero la entrada sobre la historia del equipo inglés... De hecho, a la mierda el partido contra el Alavés también. 

Se ha pasado de que nos dieran la copa por adelantado a que ahora nos tilden de gafes y pechofríos, como si estos jugadores no hubieran estado ya en algunas como esta. Tan bien se hizo que el demarraje en forma de puntos fue tan espectacular que, a mí no me jodáis, no ganar la liga sería un mazazo sideral, una herida de años de curación... Por eso esa victoria ante los vitorianos fue tan importante, un rival de tan abajo que nos hizo ver el pozo por unos segundos; con un tanto de un Suárez descoordinado hasta el momento de su golazo, con ese penalty tan tonto de Rambo Savic, empeñado últimamente en dilapidar su infinito crédito en forma de absurdos lances con los brazos, y con el culmen de la catártica parada de Jan, mientras yo no lo quería creer, no quería mirar, mientras limpiaba el WC de vómitos de mi esposa totalmente desnudo y suplicante de no dejar caer un eslabón más de este sueño que yo no pedí, de puro miedo a que se esfumara, y que nos llamó a filas sacándonos de nuestra zona de comfort en el momento más inopinado. Esa atajada la celebré más que el gol de Granada, o el de Éibar, o el de tantas muescas a esta a todas luces inolvidable liga. Me sudó la polla que me oyeran en la casa de al lado, y eso que les oigo hasta de mear, que se enteren que soy del Atleti, que también está ahí er tío cuando nos eliminan los blues de Europa con su chándal de hace quince años con el escudo en el bolsillo pa recoger al niño del cole, no sea que duden de mi colchonerismo. Si es que ya lo digo yo: el Mejor Atlético del Mundo.

La victoria en Villarreal tras la sangría de puntos o el gol de Llorente antes del descanso contra el Athletic de Bilbao, fueron puntos de inflexión positivos recientes, pero como esta parada de Oblak, ninguna. Con él, Suárez y Marcos por bandera, podemos llegar lejos tras el parón de selecciones, partiendo con una nada desdeñable ventaja de cuatro puntos: el problema es que sería pingüe bajo el prisma de cualquier otra temporada pero magra con los ojos de esta, que es la que importa. Y ahí reside el problema: es evidente que el equipo, incluso con todos de vuelta de la enfermería, no carbura igual, y que los enemigos, que ya están todos ávidos de puntos para cerrar objetivos, puede que hayan olido la sangre en vez de agachar las orejas a su paso por nuestra casilla. Haciendo uno como que no ve al Madrid, el Barsa, que parecía digno de lástima hace unos meses, ahora es el candidato total, y no puedo, por mucho que me joda, poniendo un ojo en el calendario, evitar pensar que tienen más papeletas que nosotros. Esa duda de fe tiene menos de psicología inversa y cábala de lo que a mí me gustaría. Pero pshé! Creo! A pesar de todo creo en este equipo, y no lo hago por lemas como el 'Nunca dejes de creer' ese de primero de hincha del Atleti que está ahora tan de moda, sino porque si creí en Lisboa cuando empató Ramos, si creí el día del no ascenso en Getafe, así como creí en la segunda parte de la final del Camp Nou de la 13/14, ¿cómo no lo voy a hacer ahora? ¿Qué menos que eso? Además es que es algo innato, y una puta cosa se nos tiene que meter en la cabeza a todos los que andamos zozobrantes: es normal sentirse así, joder. Nos guste o no, sabemos que son ocasiones únicas, y no nos movemos tan a gusto como nos gustaría en este piso del rascacielos. La clave está en que si lo diéramos por perdido no estaríamos así. Lo que no puedo negar es el, obligatorio diría yo, correspondiente miedo a perder, máxime en esta liga. Siempre he dicho en la época reciente que ya había vivido todo en el fútbol, bueno y malo, excepto ganar una Champions, pero un desenlace como el que puede atisbarse si uno se pone pusilánime o con un puntito de pesimismo... Sería atroz, vil, inhumano, tanto que ese daño lo llevo sufriendo con carácter retroactivo desde este último mes. Eso sí, como la ganemos... Ay...

Es posible que no vuelva a escribir más hasta el fin de la liga, y ahí sabremos si hay un atlético o una atlética más en la familia, habré puesto mi banderín en la nueva furgoneta de padre que ha arrojado la toalla (¿no, Santos?), y por supuesto, habré dejado este miedo. Ahora parón de selecciones mis cojones: pensaba que iba a gozármelo como un oasis previo, pero mi mente ya está en Sevilla, velando armas en el Pizjuán, de hecho mientras me escribo esto me he zampao media bolsa de frutos secos que tenía maquiavélicamente guardada para el susodicho partido.

jueves, 7 de enero de 2021

Estopa

"Y si los dioses supieran que un tío del barrio les supera, 
[...]
si te descuidas, boberas,
vete pidendo ayudita a los druidas del parque,
si te pasas de listo no te enteras, 
si te pasas de tonto tantangaooo"

Al saber del emparejamiento con el Cornellá lo primero que me vino a la chorla fue la pegadiza canción "El Blade" del dúo barcelonés que titula hoy. Estopa también repartió nuestro verdiblanco rival, que merecidamente pasó de ronda entre un descalabro tras otro de los nuestros. Quizá anduvieron privando en alguno de los garitos de la canción, porque el cuadro humilde del duelo, aún jugando su partido y haciéndolo bien, necesitaba una dosis extra de alineación de astros, a la que nosotros contribuimos con confianzas desde el inicio. El once que saltó al césped artificial debería haber sido suficiente para pasar pero, ¿Qué cojones es eso de que ni siquiera viajen los pesos pesados? Giménez se confía también, se lesiona por el orgullo herido de ver que un "inferior" le gana el duelo, falta y gol. Ya lo decían en la retransmisión: el balón parado iguala las categorías... Discutible hasta cierto punto, pero no hoy. No sé qué coño pasa que nos la cuelan demasiado por arriba, joder. Al menos últimamente algo de daño hacemos en el de ataque, pero nos rematan en balón muerto mucho desde hace varios años ya. 1-0. Minuto 7. Encima las que tú tienes para bajarlos a la tierra no entran, y esto se convierte en una irritante carrera contra el tiempo en la que todos fuimos Savic y su desesperación. ¿Que no es suficiente ventaja? El pobre Ricard se vuelve tan torpe como El Langui (se parecen y todo) y es expulsado para, ahí sí que sí, ponérnoslo no ya en alemán, sino en mandarín. Pero a quién voy yo a culpar, si este deporte con su marcador corto nos tiene siempre preparadas estas maravillosas desgracias... 

Lo que menos me gustó de esta vergüenza fue la falta de ocasiones y la frustración que todos sufrimos por el exceso de faltas. De nuevo, olé por el UE Cornellá, debemos de superar ese escollo. ¿Tú qué harías? ¿Veis? Tengo que elogiarlos a cada lloriqueo, no lo puedo remediar. Me siento como una mierda mencionado ese apartado. Este tipo de partidos tienen ese componente de sucio odio al rival que nos martiriza. Los maldices por sus constantes pérdidas de tiempo, por sus calambres y lesiones típicas con salida en falso de los minutos postreros, pero por otro lado piensas: "¿Qué coño quieres que hagan los chavales?" Es una sensación similar a cuando el de un curso más pequeño te tocaba los cojones: si le pegas te puede llegar un hermano grande a devolvértela o también te pueden decir que te metas con uno de tu edad. En resumen, no habría ni que haber dejado que se plantearan la posibilidad de que podían ganar para evitar caer en esos dilemas. Fácil, ¿eh? Porque además el rival sí que tenía claro lo que tenía que hacer y no era nada cojo. Se agarraron a todo lo que tenían a su mano (y más que se pudieron llevar si hubiese habido VAR con el brazo de Ricard antes del gol). Eso además descarta la posible condescendencia arbitral, porque cuando estamos en la mierda en estos escenarios pensamos que el árbitro cree que es es divertido ver al grande en apuros así que no, no es jodida excusa válida. Encima los muy mamones se destapaban con excelentes jugadas de vez en cuando para terminar de exasperarnos. Lo dicho, una tortura de tarde noche en la que la única alegría fue el debut de los chavales San Román y sobre todo Mario Soriano. ¿Qué será de Grbic y Saponjic ahora?...

...¿No esperábamos esta emboscada? ¿Tenía sentido tanta confianza ante este rival, que estuvo apunto de ascender a segunda? ¿Precisamente nosotros, con la herida copera reciente, joder? Esto se convierte en tendencia peligrosa. La de la Cultu fue perdonable porque ahí fallamos un montón de ocasiones, ¿pero ésta? Casi que la equiparo a la eliminatoria a doble partido perdida con el Albacete. Otros tenían ya sus Alcorcones o Toledos, sus Noveldas y Figueres. Nosotros con retraso pero ya tenemos nuestros propias derrotas inopinadas para no ser menos. El atenuante del buen momento en liga no es más que una excusa de las que surgen al abrazar la almohada al borde del llanto. Qué liga ni pollas! El año que viene quiero otro duelo como este, pero ojalá tarden en repetirse porque será que habremos seguido como un tren en el campeonato doméstico y jugaremos la Supercopa a 4 cual patricios. Pero lo que es ahora, desde luego los muchachos se han esforzado en hacerme querer olvidar la Navidad, que esta vez estaba disfrutando de forma un tanto cursi para mi estándar, por el niño pequeño y tal. En esta ocasión menos mal que tenía el documental de Fernando Torres para aliviarme las penas, que me encantó porque me ha hecho entender muchas cosas de su primera marcha. Me encanta que hable tanta gente del entorno y del gran fútbol, menos el representante ese cuando critica al Cholo por no poner a El Niño. En general una muy recomendable pieza...

...Pero poco duró el buen sabor de boca, enseguida me volvió la canción de Estopa al tarro para alegremente recordarme la humillación sufrida: 
"Siempre sabes donde las dan y tu las tomas pero eso sí aquí en K.O.rnelláaa"

lunes, 4 de enero de 2021

Los dos abismos

Antes que nada pido perdón, porque mi arrogancia desde el gol de Marcos Llorente estuvo apunto de salir cara. Me confié, y por eso se fueron al limbo varias ocasiones para rematar este catártico encuentro. Tengo parte de culpa, como todos los que también lo diérais por hecho, en el exceso de confianza que reconoció Giménez en rueda de prensa. Aunque sé que no pero sí, me creo el centro del universo de mi Atleti, a muchos también os pasará. Estoy tan enfermo de él que es un ejercicio de devoción absoluta y no megalomanía, otra explicación no tendría en alguien tan humilde como yo, que por no agobiar se lleva un rapapolvo de no una, sino dos churreras en la mañana del partido. Hoy mismo he respondido con actos en un ámbito en el que mis acciones sí tienen repercusión, o al menos dejan paz mental, dando una mala reseña en google. Pero volvamos al plano adimensional que nos ocupa, a esta personificación que sufro, cábalas, gafes y contragafes mediante, me posee a veces. Una superstición fruto del miedo a que se evapore mi ilusión, que estrangula el sin sentido de que afecte en alguna medida el hecho de que yo diera por sentado el triunfo antes de tiempo... Y encima teniendo razón. Porque con los jugadores que esta vez aún aguantaban sobre el tablero, yo tenía fe en mi torre Koke, mi alfil João y en mi caballo Suárez para ganar esta partida, y eso que enfrente había peones experimentados como Laguardia (te expulsaron porque envidian tu barba) o el infravalorado Pacheco. Sí, he visto The Queen's Gambit, quería dejar huella, como lo ha hecho en mi, pero no puedo hacer más referencias a ella sin hacer más el ridículo, al menos no la recomiendo como hace la gente, yo solo recomiendo que no seáis tan hedonistas como yo y desconfiéis del triunfo, que veáis una trampa a cada vuelta de esquina, solo así construiremos la meta a la que queremos llegar.

Pero retrotraigámonos concretamente a la segunda parte, a esa rigurosísima expulsión fruto del VARiable, que miedo me da cómo nos puede afectar en el futuro ese caprichoso artefacto, y que se convirtió en el chupito de Thunderbitch que necesitaba el equipo vitoriano para ir arriba con todo. También ayudó que ellos metieron a sus dos delanteros titulares. Y por último que Felipe hizo corto y quitó las telarañas, y seguro que algún cacho de escarcha, de la escuadra derecha de Jan. Era un mazazo se mirase por donde se mirase. Encima era hasta justo dado el desarrollo del partido... Un patinazo en el hielo babazorro, otra trampa  como escarmiento divino al error arbitral, como en aquella jornada 1 de la 2015/16, donde el bobo ese de Manu García nos dio la noche con su golazo... Si queremos tener esa sensación de decepción, que en el fondo es un gustazo porque quiere decir que estamos bien arriba, más nos vale a todos, os maldeciré si no lo hacéis, desconfiar de todo, apoyar mentalmente al equipo, tener humildad y no hacer ni caso a los putos que nos felicitan por adelantado. De esa forma luego llegarán alegrías como la de esta ocasión, no siempre sera así, cuando los de arriba conectaron para arrancar un triunfo de obligado cumplimiento por el propio nivel de exigencia. Porque a estas alturas, nunca mejor dicho, existen dos precipicios, uno te proyecta a la ilusión más celestial, a un vértigo que te hincha el pecho y el otro nos espera atrás para descabalgarnos de un sueño que absolutamente nadie esperaba. Pero basta por hoy de precauciones. Ahora vuelta a la trinchera con la esperanza intacta, qué digo intacta, reforzada tras este sobresalto con final feliz, mira que levante la mano el que no se acojonó con que anulaba el gol por fuera de juego de Félix...