domingo, 2 de marzo de 2025
El picorsito
Hace tiempo que no lo siento, pero empiezo a olerlo. Estos cabrones se empeñan en dejarme por cenizo a mí, que he dejado ese mal vicio arrinconado a fuerza de proezas sostenidas en estos años y refrendadas con mejor aguante físico y fichajes en esta temporada que empezó tan rematadamente mal. Precisamente en Heliópolis tocamos fondo, aunque odio esa expresión: siempre podría ser peor. Y allí mismo se nos brindó la oportunidad de dormir líderes y se consiguió en una de esas victorias que se consiguen cuando pasan grandes cosas. Me da igual que luego nada cuaje, este camino, que me estoy perdiendo disfrutar en parte por mi desgana personal y por no torturarme más, está siendo envidiable a futuro. No recuerdo ni cuándo a estas alturas estábamos vivos en las tres competiciones. Ni goleadas europeas. Ni noches de infarto a tanta altura. Ni jugadores tan diferenciales como Julián. Ahora han llegado los ogros, Pili y Mili, los dos mejores equipos del mundo en el siglo. El reto es casi imposible, como siempre, pero la ilusión de seguir vivo a cada envite y el orgullo por el equipo... Si es que ni me hace falta verlo para sentir lo inefable que es ser del Atleti (y el Antequera que empató ante el Atleti de Torres en lo que habría sido un recuerdo imborrable de verdad de haber ido). Así que lo dicho... Ni hablo del partido tan difícil de anoche ante el Bilbao. Yo ya empiezo a notarlo, a ver si dura hasta el último día de mayo. Lo que sí tengo claro es que la siguiente parada será la más dura, la más asquerosa y la más cercana. ¡Vamos, Atleti!

Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario