jueves, 29 de agosto de 2024

Ya estamos

Este triangular con catalanes que se nos atascan comenzó a pedir de boca, con golazos en momentos clave para batir a un Girona que estará esta tarde en el sorteo de Champions (consuelo, pero poco). Todo prometía con el fulgurante inicio del segundo encuentro en casa en tres días, ahora ante el Espanyol, que no era nada del otro mundo, de hecho colista y recién ascendido, por mucho conservas Dani de patrocinador que lleve. Ya conocemos de sobra a este insulso y exasperante rival, pero aún mejor conocemos a nuestro Atleti, que es su propio y principal enemigo. La pelotita dijo "no" y el Cholo la cagó en los cambios en todas las formas y modos, y al final sufrí por la falta de operancia arriba. Una pena, porque se debió ganar igualmente. Ahora estamos como casi siempre a estas alturas: con el agua al cuello a las primeras de cambio. No se trata de ganar la liga, no soy tan tonto, pero sí de aguantar un poco al menos. Máxime con este plantel ilusionante pero con más ruido que nueces de momento. Costado izquierdo con solo un lateral que ni siquiera es carrilero, centro de la zaga siempre con titulares con más años que el sonido. Aparte, Llorente no puede ser siempre el salvador y Griezmann está para cuatro pinceladas, que ya es algo.

Al igual que no lloro por la posible no roja a Gazzaniga (le perdonaron por ser negro?), solo menciono las pérdidas de tiempo para recordar que ninguna vez en mi vida vi que se aplicara la norma de los seis segundos. El otro día dijo Alfredo Relaño que era por el pavor de los árbitros a los libres indirectos. A eso y a más cosas. A ver si en vez de las ridículas pausas de hidratación (solo aceptables jugando a las doce del día en pleno agosto en Écija) se castiga directamente a los que lo hacen, con por ejemplo que el "infractor" pierda la posesión en forma de córner. Y que sí, que el Atleti también pierde tiempo, que sí. Ayer empezó a hacerlo pero de una forma más trascendente y frustrante. 

No sé si por el nuevo formato de mierda o por el disgusto de un partido que se debió ganar, pero me enteré de los rivales bien entrada la tarde. Me molan. Reencuentros con viejos desconocidos como Vermeeren o Saponjic, la brasa del 93' en Da Luz, cuitas pendientes de saldar con alemanes, contacto con Checoslovaquia, empacho de redbull y catadura del PSG en el escenario de la final olímpica de 2024 previa visita del Lille. Al menos tendré donde elegir para mis análisis históricos de algún equipo. Hay que esperar, pero no sé a qué. 

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