lunes, 26 de septiembre de 2022

10 años después

Con el ritmillo de la canción de Calamaro de fondo llegamos a la colosal efeméride. Nada menos y nada más que una década con mi blog, que encima cae en mi onomástica y para colmo de bienes ayer nació mi hija Anjara.
En todo ese tiempo he vivido a mi equipo de una forma insospechada, tanto personal como en lo que al Atleti se refiere. Simeone nos trajo los años de nuestra vida, y ello coincidió con la época que más partidos vi in situ. Vivencias increíbles plasmadas en crónicas preciosas, aunque he releído alguna y me avergüenzo de lo que escribí. Recuerdos imborrables, bonitos la mayoría, incluso los más dolorosos, porque caímos con la cabeza bien alta. No hace falta dar más detalles... Porque también hubo triunfos, épicas victorias, todas glosadas convenientemente aquí, junto a magníficas entradas biográficas de los clubes que tenían el privilegio de enfrentarnos, la sección incomprendidos, la de los ilustres... un pedazo de blog, ¡qué coño!

Cuando empecé leía bitácoras excepcionales como por ejemplo el rojo y el blanco, pero había lo menos cinco o seis más muy buenas. Hoy solo leo Volveremos y a Don Tomi, un auténtico referente, si bien ahora lo que hay son muchos pódcast y canales de youtube (Big Zeta, Atletico Play, Rayas Canallas, De Padres a Hijos...) que copan mi tiempo libre y han salido al paso de la evolución natural de la comunicación deportiva. Entre dichos vídeos y audios de whatsapp con mi sobrino Bati y mi hermano de Tallin la escritura se queda en tercer plano. Porque este diario está en horas bajas desde que soy padre, que de eso hace tiempo ya, y lo que antes era un hábito inquebrantable se tornó en pasar de cuando en cuando por aquí, casi sin querer, cada vez menos, y siempre arrastrado por sobrecarga de ocio o remordimiento para con el Atleti... Pero de ahí a dejarlo, jamás. 

La vida me ha cambiado como nunca en este trayecto. Conocí personas que en mayor o menor medida dejaron su huella, dejé atrás etapas, conocí a mi actual mujer, tuve hijos, me enfrenté a problemas para los que no estaba preparado... La misma vida me ha dado cosas buenas, pero más de un par de hostias, aunque podría ser peor, como debemos aplicar a la realidad de nuestro equipo, aunque le exijamos (faltaría más). Él es un fiel reflejo de mi realidad, por eso me gusta tanto. Los problemas nunca acaban, da igual el nivel, siempre será difícil avanzar, pero con los pies en el suelo y con esta inefable pasión rojiblanca, seguiré sobreviviendo de la mano de mi equipo hasta que me muera. Partido a partido, como dice el himno de facto de Leiva y Sabina, y mientras si eso, yo te escribo, Atleti.

No hay comentarios: