domingo, 2 de diciembre de 2012

R. Madrid 2-0 At. Madrid (J14) - Demasiado poco

Poco me habrán visto decir o escribir "este año sí", concepto al que le puse zapatos de cemento y duerme en lo más profundo de mi mente hace años. Poca esperanza tenía en ganar en el teatro del Bernabéu, ya saben, allí donde desde un tiempo a esta parte solo se oye un tío con un megáfono y cuyas gradas pueblan un 50% de turistas que están más atentos de la foto de su ídolo en el videomarcador y de cuánta batería le queda a la cámara que del partido. Aún más poca, si pensamos que el Real Madrid viene de perder la semana anterior, lo que hará  que vengan más enchufados. Mourinho les habrá amenazado con instrumentos de tortura medievales como se atrevan a dejar escapar puntos de nuevo. Pero poco menos cierto es que el Atleti viene con unos números que  asustan, y está a 8 puntos de su rival, lo cual es mucho, aunque los medios afines te quieran hacer ver que  es no poco, sino nada. Poca será mi desilusión de producirse la derrota: total, este año, al igual que en la última década, hay una diferencia mayor entre plantillas, objetivos, presupuesto  que las que había cuando el  eterno rival del Real Madrid no estaba a 500 kilómetros, sino en su misma ciudad. Sobre el papel, lo normal en estos tiempos es perder la mayoría de veces, ya me gustaría a mí...

Pero no por ello estoy menos nervioso, deseando llegar a mi casa tras cenar con la señora para ver el partido descargado de rojadirecta. ¿Pero no ves el derbi en directo, calzonazos? Vaya atlético que estás hecho... Lo que usted no sabe es que las veces que he seguido ese procedimiento, han sido las dos veces que el Atleti ha DEBIDO ganar al Real Madrid en los últimos años: en el Calderón en la 06/07, con el gol anulado a Perea, y en el Bernabéu 08/09, con el gol en off-side de Huntelaar. En ambos casos se alinearon los astros para que no ganásemos, y por ello arrastramos la condena que durará al menos 13 años y medio, mejor dicho 4928 días (pregunten por un tal Hasselbaink). En ambos casos logré llegar a casa sano y salvo tras los quehaceres de pareja, sin conocer nada sobre el resultado final, disfrutando del partido, que no del marcador final. Dado que este año vamos tan bien, volví a repetir el "ritual" de estar ajeno al partido hasta que terminara para verlo luego. Porque a pesar de que el escepticismo está en primer plano, quieras que no piensas que es el momento, que son muchos años... Esta vez casi consigo mi objetivo, pero por lo que se ve, la camarera del Fosters era "muy futbolera" ella, y le gustó confirmar el resultado del partido a voz en grito con su compi mientras servidor se disponía a pagar. Soy tonto, pero no tanto como para taparme los oídos como si de un amago de desmayo se tratase con la tía pegada al cogote para coger el platillo del dinero, así que me empapé del resultado. 2-0. Me dolieron los martillos, los yunques y todos los huesecillos del oído. Me había ahogado cerca de la orilla. Plan chafado, y doble jarro de agua fría al confirmar mis peores presagios tanto en el montante como en el resultado. Aún así me puse a ver el partido esta mañana como un campeón. Ni que decir tiene que de haber ganado el Atleti lo hubiera visto esa misma noche, tres o cuatro veces, y hubiera dado un grito de liberación que ni el mismísimo Raphael (reverencia). Estaba dispuesto a aderezarlo además, con un gin-tonic en copa de balón en cristal de Bohemia, señorialmente. Pero por desgracia lo más cerca de Bohemia que voy a estar es cuando vea el Viktoria Plzen-Atlético del jueves por la televisión.

Hasta aquí el apartado de excusas y de contar mi vida por la cara, que para nada afectaron al partido de ayer y mucho me temo que les importan igual de poco que quién es el peluquero de Coentrao. En él, nuestro Atleti, que en un gesto de grandeza de su afición había sido arropado en un pequeño entrenamiento por 21000 fieles (eso no es ganar el partido caracórner), salió al campo con convicción, al menos de inicio. Poco fútbol, pero a los puntos el Atleti se llevaba el asalto del primer cuarto de partido, con ocasión de Radamel incluida tras gran jugada de Diego Costa (luego me ocupo de ti majete). Poco después, en una mano nerviosa de Arda, Cristiano Ronaldo, el cara-de-pala, gran jugador y millonario, mete un golazo que minimizó nuestro ánimos, y lo que es peor, también de los jugadores. Aún así, hasta el descanso hubo poco fútbol, pocas ocasiones, por no decir ninguna, y un juego igualmente pobre por ambos equipos, si bien el Atleti era todavía reconocible. El golpe
aún no había hecho su efecto, pero al enfriarnos es cuando más duelen a poco que te entren dudas, como lamentablemente pasó.


Así que la segunda parte fue para olvidar. El equipo deslabazado, sin ideas con el balón y desbordado en contraataque al mínimo descuido. Mediado el segundo acto, desajuste defensivo al cubrir una contra, y Ózil fusila de tiro centrado a Courtois. Partido sentenciado, visto que el Real Madrid estaba ahora en sus mejores minutos, totalmente en su salsa, encontrando espacios y mandando balones al palo. El pobre Falcao no encontró socios ni en él mismo, y como el resto, acabó desquiciado e irreconocible. Además, poco o nada aportaron los cambios, que no levantaron los brazos del equipo. Hasta el final se vio a un Atleti absolutamente impotente ante un Real Madrid que para nada bordó el fútbol (así no ganan la liga ni borrachos). Tan solo en la segunda parte, cuando tuvieron espacios y el Atleti perdió la fe, controlaron a su antojo. De hecho, me pregunto qué hubiera pasado sin que hubiera aparecido la genialidad de CR96 del primer tanto. Justísimos vencedores los merengones, todo sea dicho. Poco fútbol para ganarle al Real Madrid en los tiempos que corren, demasiado poco.

Eso sí, que los árboles nos dejen ver el bosque: esta temporada está siendo buenísima y ahora toca seguir adelante. Hemos perdido en los dos campos más duros que hemos visitado, en los que cuando haces un cálculo sobre los puntos que puedes perder los pones en rojo. Pero por mucho que me empeñe en quitarle hierro, por mucho que el rival esté un escalón por encima en todo menos en la clasificación, por muchas veces que se repita la historia, perder un derbi duele, desilusiona, amarga y jode. Lo malo es que cada vez más poco... Menos mal que quedan cosas como éstas para estar orgullosos, que no felices:



Ideas sueltas:
  • A doce: nuestro objetivo (al menos para mí), que es entrar en Champions, y ya que estamos terceros, se va consolidando. Estamos a cuatro derrotas de distancia del quinto clasificado. Las derrotas del Málaga y un desfondado Valencia mitigan un poco este nuevo bofetón. Y a pesar de la derrota el Pavo Real está a 5 puntos de nosotros.
  • FEO: Diego Costa se encaró con todo el que se puso por medio. Los marrulleros defensores madridistas se frotaron las manos ante el comportamiento del brasileño (que fue el mejor). Me da igual que Ramos (que para mí vuelve a ser un odioso cani aunque metiera el penalty ante Portugal) le llamara feo, que Alonso le buscase las cosquillas, que Pepe prostestara sus acciones como una monja. Es reincidente a más no poder, puesto que ante el Hapoel el otro día también le cazaron dando la nota. Insisto en esta entrevista a principio de temporada, por lo que se ve, la cabeza la sigue teniendo como antes. Es una pena porque es un jugador que futbolísticamente ha mejorado mucho. Pero aquí nunca te aplaudiremos por esas barriobajerías, te has equivocado de acera.
  • El gol se compra: lo pudimos ver con el tanto de Cristiano. Esa gran disparo rompió un bronco partido y allanó demasiado el camino al Madrid. Nosotros tampoco es que nos podamos quejar con nuestro colombiano, que prácticamente él solo nos ha ganado dos finales europeas (no me malinterpreten). Por mucho que tengas un buen entrenador, un buen orden defensivo o unas ideas claras, este tipo de jugadores franquicia te rompen los esquemas en un tris.
  • Filipe: la baja de uno de los laterales más en forma de la liga fue sensible. El Cata defendió bien, pero el equipo perdió mucha mordiente por las bandas. Volcados a la derecha, con Koke, Juanfran y Diego Costa no se dio con la tecla. Para el próximo partido ante el Deportivo no sé si estará disponible, pero el que no estará seguro es Miranda por sanción.
  • Estética: ¿Por qué narices se juega tanto con ese horrendo pantalón rojo? No me trae más que malos recuerdos. La final de la Supercopa ante el Chelsea la excepción que confirma la regla.
  • Graciosetes: ¿Los cánticos y pancartas humillantes de los lumbreras esos de los megáfonos podrían ser recompensados por el karma en forma de diarrea aguda para los susodichos? No deja de ser la salsa del fútbol, pero con alguien lo tengo que pagar.

2 comentarios:

Bruno_1 dijo...

Pudieron ceros 5 si no os llega a salvar los palos. saludos! http://elblogdebruno1.blogspot.com

Mistròc dijo...

De todas formas, el Atlético sigue por encima del Real Madrid. ¿Qué te parece si intercambiamos enlaces? Un saludo.

http://www.eltocapelotass.blogspot.com.es/