jueves, 29 de enero de 2015

Malos tiempos para la épica

Voy a ser objetivo, aprovechando el alivio que supone haber evitado escribir esta crónica desde una silla de hospital y desde el teclado del móvil, con lo bien que estoy ahora tras haber visto un capitulito de Mad Men y ponerle una coma a un día duro, como casi todos. Anoche quedé triste, decepcionado, avergonzado, y no por el resultado, sino por algunos hechos puntuales que se produjeron en este partido de vuelta de copa. Con lo que prometía con el golazo de Torres... El Niño sigue callando bocas con unos pocos segundos... Su gesto besando el césped en la vuelta del hijo pródigo no tiene precio, solo por eso me valió la pena ver el primer tiempo, porque la segunda parte solo la seguí por teléfono. Si piensan que era por el resultado adverso, me conocen muy poquito. Este primer tiempo fue vibrante, lo disfruté a pesar del varapalo del marcador. El Barsa fue letal a la contra, pero el Atleti fue combativo (en el buen sentido) y mantuvo el mentón alto hasta el descanso. Toda eliminatoria está realmente jodida cuando juegas la vuelta habiendo perdido sin haber marcado fuera. Si encima se juntan tres grandes futbolistas como los tres delanteros que se han apañado los fosforitos, pues poco hay que hacer. La clave fue ese 1-1 rápido, donde no sé cómo cojones entra el balón, el cual creí que paraba Oblak, que sigue con claroscuros pero al que veo titular el año que viene. Este, me temo que poco más jugará a no ser que la cague mucho Moyá. 

Luego estuvieron las decisiones arbitrales, de un señor con unos apellidos que no evocan nada bueno acá por el Manzanares: "Gil y Manzano", casi nada al aparato. Pero la culpa la tiene esa femme fatale, esa zorra impía llamada Compensación. Ella hizo que el árbitro, último responsable, no pitara una flagrante falta sobre Juanfran por la banda que era amarilla minutos antes, a su vez hizo que luego pitara un surrealista penalty sobre el propio alicantino, y finalmente que este señor no pitara una mano bastante evidente que hubiera supuesto un punto de inflexión considerable. Yo pienso eso, que tiran mucho de compensación en cuanto huelen que han cometido un error. En el descanso llegó la expulsión de Gabi, que no sé qué leches le dijo al árbitro ni en qué tono para que le expulsase... Nuestro capitán dejó manco al equipo, mucho más de lo que lo estaba sin Godín ni Tiago. Luego lo de Arda, que no sé cómo cojones se le fue el pistón de esa manera tan grosera tras hacer minutos antes un control de genio de barrio. Te quiero turco, pero si de mí dependiera te metía tres o cuatro partidos. Yo no entro en lo que sancionen o dejen de sancionar a otros jugadores, pero no me gusta que uno de mi equipo cometa esas atrocidades que ensucian un escudo al que idolatro. Aún así, perdonado quedas otomano, que no se repita (aún recuerdo cuando calmaste a Diego Costa en un derbi mítico). Hubo tiempo para las ya tan típicas regañinas entre Raúl García y el resto del mundo, que no me gustan nada tampoco. Hay que tener temple coño... Entre unas cosas y otras hemos dado carnaza a los oportunistas de turno, que esta vez vuelven a tener argumentos para darnos bien. Solo queda seguir hacia adelante, felicitar al Barsa, no sin antes decirle a Neymar que se cree mierda y no llega ni a peo. De donde no hay no se puede sacar, y es una lástima que tanto talento quede emponzoñado por su actitud de niñato, porque si un tío calmado como Fernando Torres llegó a encararse con él por algo sería... No obstante, el mayor insulto es la ignorancia. Estos pavos se crecen cuanto más se enciende la gente contra ellos joder... La coneja Jordi Alba es otra que tal baila, pero no nos desviemos, que hoy el centro de atención son los míos, que son los que me importan y que no supieron perder. Eso me jode un huevo, más que caer eliminado de una competición cuyas acciones estaban empezando a subir. Hoy, en un ambiente en el que pocos sabían que era del Atleti, con una puta tele con los manolos esos insidiosos en el cogote, he tenido que capear el temporal. Por suerte o por desgracia, la gente opina sin conocimiento de causa, cegada por sus colores y/o con una opinión ultrasesgada por los medios. Tuve que aguantar a un madridista desprendiendo ácido antibarcelonista y absurdeces de árbitros comprados, diciendo además que el ciclo Cholo había tocado a su fin. Y a un señor que decía que le habían robado el partido a mi equipo. En esos momentos en los que uno se siente como un extraterrestre en medio de tanto terrícola, lo que menos podía sospechar, fue lo que este hombre hizo después, sacar orgulloso su teléfono con una funda rojiblanca donde rezaba "Bendita Afición". No coincidía del todo en sus razonamientos, pero ahí surgió esa extraña conexión de Sra. Rushmore que me alivió por un momento. Al final, durante ese almuerzo en el que estaba a la defensiva debido a esa conversación de fútbol forzada por la tele, poco tuve que defender a mi equipo, apenas entré al trapo y cuando lo hice, fue con mi verdad por delante y reconociendo lo que no está bien. Porque yo me creo más objetivo que nadie del universo, aunque intuyo que por el simple hecho de creer eso, ya estoy siendo sumamente subjetivo. Yo y mis mierdas... Menos mal que esto no para. Próxima parada, Éibar, a ver qué nos encontramos por Ipurúa, me temo que nada bueno. No te rindas Atleti.



ANEXO: unos cojones que no caben en la mano
Hablando de manos, ayer, en un día aciago para los colchoneros, con la detención de Ansaldi incluida (ponte las pilas y vuelve ya macho), me arrancó una sonrisa el saber que la selección española de balonmano había pasado a semis del mundial, derrotando nada menos que a Dinamarca. Un deporte venerable éste, y de los pocos que me despierta cierto orgullo nacional. Seguiremos atentos a Qatar 2015.



domingo, 25 de enero de 2015

Uno para todos

Que el Atleti de Simeone es un equipo en su máxima expresión es un axioma, pero luego están los partidos en los que brilla con luz propia alguno de los pupilos del argentino. El mosquetero Antoine Griezmann, en este derbi madrileño, fue el protagonista de cabo a rabo. Llevaba tiempo sin ver un partido completo de los nuestros, tenía casi síndrome de abstinencia, si bien mi metadona había sido, como mucho, ver fragmentos de partidos. El hecho de enterarme a la mañana siguiente justo antes de entrar al trabajo del resultado de la ida de copa contra el barca habla por sí solo... De esta manera, saboreé más la victoria justa y con un brillo muy focalizado de este Atlético de Madrid, que en la primera jornada ante este mismo rival ofreció una lamentable imagen. Hoy, cinco meses después, he de decir que me está pareciendo una temporada cojonuda. 

Como decía, Griezmann se está mostrando cada vez más como ese enfant terrible que sabemos que ha de ser. En el primer gol se aprovechó de típico fallo en salida de balón del Rayo de Jémez para anotar con sanfre fría. En el segundo, una gran peinada de nuestro alfil croata la culminó con igual calma. Igualito que yo vamos... Hay que ver como una portería se te puede hacer infinitamente pequeña o sorprendentemente grande. A partir de ahí, pasó lo que este año sucede con demasiada frecuencia: gol visitante que complica el partido. Trashorras, uno de los jugadores que más me llama la atención de los vallekanos, la clavó ante un Moyá que aunque imagino que sabría que era el único sitio por el que se la iba a clavar el rayista, no llegó. Por cierto, me comentan que partidazo de Oblak en copa y me alegro sobremanera. Tenemos dos grandes porteros hasta que se demuestre lo contrario. La segunda parte no contribuyó al empate, y los nuestros empujaron hasta sentenciar con un extraño gol, que es algo que creo no tenía este equipo: gol de córner en propia puerta. ¿Se imaginan que estaba ensayado para que saliera así? Luego salió Torres, el otro niño, que parece puede hacer buenas migas permanentemente con Antoine. No marcó, pero es cuestión de tiempo. Sinceramente creo que en el mercado de invierno el equipo ha salido reforzado. Aquí aprovecho para mostrarle mis respetos a Cristian Rodríguez, un jugador que ha exudado atleticismo desde que llegó y que me cautivaba con sus arrancadas, sus cebollazos y los cojones que le ponía a cada jugada. Suerte en Parma y que te vaya bonito vuelvas o no. "Cebosha: Uno di noi". Por otro lado, llega un jugador que siempre me ha gustado: Cani, sin haberle visto jugar, aportará más fútbol, cosa de la que no vamos precisamente sobrados. Y Fernando es Torres... Volviendo al partido, yo hubiera agotado los cambios, y los hubiera hecho antes, pero el Cholo sabrá. Fue un gustazo escucharle en una entrevista que ya había leído online en la que almuerza con Maldini, sus hijos y Gustavo López. Una verdadera gozada este tipo de charlas distendidas y con historias y opiniones de las que hacen a uno dar gracias por gustarle este deporte. Una nueva victoria, para seguir apuntalando la tercera plaza y seguir mirando igual hacia abajo que hacia arriba. En medio, un nuevo episodio, esperemos que no el último, de la Copa del Rey. Yo lo veo chunguísimo, pero remontable incluso si marca el puto Barsa. Otra noche mágica nunca está de más, y ya no digo nada que luego todo se sabe...


Anexo: Agvonavbare
Si hay un portero noventero al que guardo especial cariño es al nigeriano Wilfred, luego llegó Songo'o, pero el hecho de que fuera un portero de raza negra le daba un toque llamativo. Por ese motivo, me resultó fácil amarrar ese nombre en mi, incipiente por aquella época, base de datos futbolística. No me pregunten qué comí hace dos días, pero sí cualquier gilipollez desde la temporada 94/95 para acá, y les devuelvo el dinero si no les doy una respuesta convincente. Por terminar de agrandar mis vínculos con el protagonista de este anexo, recuerdo cómo lo reconocí en un capítulo de "Los ladrones van a la oficina" en el que hacía de Baltasar. Por último, uno de mis primeros cromos de colecciones Este de la temporada 95/96, la primera y última que tuve, era del africano, al que elegí para que mi vecino, que tenía ordenador con una cosa llamada escáner y otra impresora que sacaban imágenes de cualquier cosa en papel, me imprimiera en blanco y negro. Hoy, el Rayo, en otra de sus medidas que le retratan como uno de los mejores clubes de primera, y el más solidario por descontado, va a ayudar a traer a los hijos de un agonizante Wilfred, al que desconocemos los motivos, pero el fútbol no le terminó de dar para vivir como imagino vivirán los futbolistas de la actualidad. Un tío grande en ambos sentidos.


viernes, 16 de enero de 2015

En los genes

PREFACIO: el Glorioso llegaba a la ida con un once lleno de segundos espadas, el rival también. Era una incógnita el devenir del partido, pero cuando peor estaban las cosas, apareció una triquiñuela de RG8, con la complicidad de un desafortunado Ramos. De esta forma abría el Atleti el marcador. Por si fuera poco, el charrúa Josemari Giménez de soberbio cabezazo ponía más tierra de por medio. Ahí me empecé a poner nervioso, porque en los derbis me pongo nervioso cuando vamos ganando, y en una eliminatoria, un 2-0 es, más que un caramelo, un bombón Lindt. El hecho de verlo con dos madridistas, uno más fundamentalista (aún así te aprecio Nando) que el otro (familia política y todo), y un afable argentino que se mantuvo como la mencionada marca de bombones (neutral) me hizo que no disfrutara de la victoria como es debido. Soy tan gili que durante unos minutos sentí remordimientos porque mi equipo había metido un penal dudoso. Así soy yo... Tras dar porculo a mi sobrino madridista con la colaboración de mi sobrino rojiblanco y recibir a cambio imágenes que NO descargué en las que se intuía a Ramos cabeceando en Lisboa, comencé a recapacitar: que se jodan! Ahí me acordé del no-gol de Perea, del fuera de juego de Huntelaar, del agarrón de Raúl a Aragoneses, de la mano de Xabi Alonso, de la no-roja a Arbeloa en este mismo partido... Así que para la vuelta programé verlo en mi pueblo, Antequera, sin tufo avikingado, pero por motivos de trabajo decidí ir un bareto de mi actual localidad a ver al menos parte del mismo, porque un streaming no estaba a la altura de tal partidazo. Así procedí, solo, a lo McClane en Nakatomi, actuando como si me observaran sabiéndome especial: un pato rojiblanco en un estanque de blancos.

 Llevaba esperando este momento varios días, en el sentido de que por suerte o por desgracia el trabajo me absorbe poderosamente y no he tenido el tiempo que hubiera deseado para descargar aquí, en mi mind palace, mis visicitudes con el Atleti como actor secundario con alma de principal, mínimo Morgan Freeman. Y llevaba esperando este momento varios años: ver a Torres, a.k.a. Fernando el Conquistador, enviar por mensajería dos paquetes en forma de balón en las dos porterías de la pocilga. Entre él y Griezmann (con un Mario y Tiago que destacaron sobremanera) se bastaron para despelotar a una defensa de chiste. En esta vuelta con aires cacareados de remontada, con enésima invocación del espíritu de Juanito (dejad en paz a los muertos por favor), el Madrid, un gran equipo, el club más poderoso del mundo en líneas generales, todo hay que decirlo, no consiguió ni acercarse a eliminar a un equipo que no es el mejor del mundo, pero es mejor que cualquiera, que dirían Sabina y Páez. Hace poco decíamos que a equipos colosos el Atleti le hacía frente mejor a partido único, así que fíjense en la evolución positiva de los nuestros, que en la Supercopa de España y en esta eliminatoria (además de la de la Champions ante el Barca), ha eliminado a Pili y Mili a doble asalto. Sencillamente espectacular. Que nos quiten lo bailao. Porque llegar a un bar exhausto, pedirte un Red Bull (Red Bull verdadero, no bebida energética marca blanca al mismo precio de un Red Bull), porque si te pido una Coca Cola y me pones una Hacendado no me cobras lo mismo no? pues igual con el Red Bull de los cojones... Pedirte un Red Bull, decía, (a este paso me van a pagar por hacerles publi) entre madridistas que veían el repelente y grimoso homenaje con tintes norcoreanos a su ídolo vociferante, y ver cómo segundos después se quedaban a cuadros con el 0-1, es momento Mastercard (nada, que hoy hago anuncios gratis y punto). Y es que se veía venir... entre esto del baloncito de gold-filled y el espíritu del bueno de Juanito que las cosas no les iban a salir bien (si hay algo de lo que me alegro de haber estado ajetreado es por no haber visualizado mierdas de tal calibre durante la semana, pero me han llegado en forma de diarrea auditiva, qué se le va a hacer). En esas va y comienza el partido, y cuando aún ni había apartado la mirada por primera vez de la pantalla, se va Grizzie por la banda, la mete a dentro del área, y en ese momento pensé que el pase era malo, pero The Kid remachó como un gran delantero que es, le pese a quien le pese. Tras celebrar con rabia el gol, yo y algún que otro valiente, incluso había un nota con una camiseta rojiblanca, el Madrid comenzó a cercar el marco de Oblack [sic]. Dominio asfixiante para el aficionado y tan solo exigente para nuestros gladiadores, que controlaban como podían las embestidas de un buen equipo merengue, que aún así no tuvo tantas ocasiones claras como posesión circundante. De todas maneras el gol de Ramos, con cantada del esloveno que salió a por aceitunas de noche, reactivó la zozobra, porque seamos francos, el RM es de los pocos equipos que te mete el miedo en el cuerpo con casi cualquier resultado adverso. No sé si es el ADN que se ha instalado en el seguidor atlético en la última década, pero yo no me fiaba ni un pelo. Así llegó el descanso como agua de mayo. No aguantaba allí más, e hice un semi-GilMa. Me fui a por lechuga al Supersol, descuidando adrede un buen pellizco del segundo tiempo. Ya dentro del coche (pasaba de gastar más dinero entre vikingas histéricas) oí estupefacto como el gol del becerro de oro (que conste que Cristi no me cae ni mal, me cae peor Messi fíjense lo que les digo) no era el 2-1, sino el 2-2. Ole los cojones de mi Atleti una vez más. Tras aguantar unos veinte minutos más, y enterarme de que entraba Arda, dejé de preocuparme por la eliminatoria. El turco saliendo a cerrar los partidos no hace falta ni que me lo enseñen para saber lo que hace... Mientras, ya en casa, picaba cebolla para burritos con el móvil al lado, y también hubo tiempo para que el mismo que protestaba por juego duro del Atleti en la ida mereciera la expulsión, además para que fuera aplaudido por el señorío de la capital. Hasta hoy no he visto el segundo golazo de Torres. Otra muesca más, este equipo lleva en los genes la competitividad, y poco a poco se están mutando los genes recesivos* del pesimismo en los derbis que se propagaron los últimos años. Pocos equipos, por no decir ninguno, aguantan tal tormenta de ataques casi sin despeinarse. Por desgracia hay gente que solo valora un subconjunto barroco y quijotesco del maravilloso deporte que es el fútbol, y que no ve jugar a los nuestros más que contra el equipo de la galaxia y con eso ya establecen verdades universales. De ahí me imagino que brotará ese mantra que dice que somos violentos, que no jugamos a nada, y demás sandeces. Son un mal necesario, y no hay que olvidar que si chillan tanto es porque ahora les estorbamos, pero son los mismos que se alegraban de las Europas Leagues. Afortunadamente, hace tiempo que aprendí que el mayor insulto es la ignorancia, o como mínimo la buena educación cuando alguien busca que uno entre al trapo. Incluso les doy la razón distraídamente cuando me dicen que los del Cholo son "donadores de patadas", o que son violentos. En resumen: "ladran, luego cabalgamos". No se sabe por cuánto a este ritmo, pero esta eliminatoria nos la merecíamos. Y ya está, que no se puede sacar pecho mucho más, que enseguida se lo hunden a uno, sino que se lo digan a los haters de El Niño. Humildad como reliquia.

* no soy experto en genética, pero sé lo de los guisantes de Mendel y esa mierda. Que ningún experto en la materia me corrija. Gracias.

ANEXO: El Barça en liga y en copa.
No quería obviar el partido que hubo entre medias del derbi copero. El Atleti jugó mal los minutos que le vi contra un Barcelona que le pasó por encima. Esta vez la insípida equipación visitante hizo honor a su apariencia. El tridente Neymar, Messi y Suárez percutió justamente a los nuestros. A pesar de ello, es cuestión del gen simeónico, tan correctamente implantado en nuestros jugadores, el hecho de que el Atleti llegó a ponerse a un gol de nuevo, y plantó más cara de la esperada al descanso a un Barsa que sufrió hasta el final para certificar su justísima victoria. Eso sí, NO ME GUSTÓ LA ACTITUD MACARRA EN CIERTAS ACCIONES, COMO MANDZU MANDANDO CALLAR AL NOU CAMP, QUE NOS APLAUDIÓ EL DÍA QUE GANAMOS LA LIGA ALLÍ. ASÍ NO CROATA. HUELGA DECIR QUE CIERTAS ACTITUDES HAY QUE RELAJARLAS, QUE UNA COSA ES COMPETIR, QUE LO HACEMOS DE CINE, Y OTRA PASARSE DE LA RAYA. CON ESTO NO LE DOY LA RAZÓN A LOS QUE DICEN QUE SOMOS VIOLENTOS, SINO QUE MATIZO CIERTOS COMPORTAMIENTOS QUE NO SON DE RECIBO, SEA EL RIVAL QUE SEA. OTRA COSA ES QUE LOS DETRACTORES DEL JUEGO ATLÉTICO VEAN FANTASMAS DONDE NO LOS HAY. Ahora los hechos sitúan una nueva eliminatoria, que esperemos tenga el mismo devenir que la de tan grato recuerdo en Copa de Europa. El FCB también es un rival temible, pero hay que tratar de hacer la machada completa en Copa tras eliminar al Real Madrid. A falta de nuevos resultados, esta Copa me la está empezando a poner dura, esperemos que no haya gatillazo y que las palabras del Cholo se sigan cumpliendo: "a doble partido, los míos no temen a la muerte".

domingo, 4 de enero de 2015

Hogar dulce hogar

 Tras una espera no tan larga debido al ajetreo mental al que vengo sometido últimamente, el Atleti corroboró un día más en la oficina mediante una solvente victoria ante un nulo Levante, el cual sacó petróleo, platino y diamantes del único par de minutos que atacó. Pero antes los nuestros, mientras que otro de los nuestros era foco de atención desde el palco, ya habían puesto tierra de por medio con dos cabezazos de Griezmann (buena tête la del franchute) a pesar de sus cortes de pelo cuasi-indignos para un jugador colchonero. Arda brillaba como una supernova entretanto, mas el equipo titular a día de hoy, pareció un poco trastornado con el gol levantinista que acortaba distancias. Afortunadamente, justo cuando abandonábamos la tv para ir a la vuelta de la otra liga, la de fútbol-sala del pueblo, la voz del capitán del equipo en el que debuté, y al que seguro volveré en el futuro, como Fernando Torres al Atlético, avisaba del 3-1. Con Akenatón Godín la vida es más fácil, y así murió un partido de obligado cumplimiento antes de los Alpes que se avecinan en este enero más escarpado que nunca. Entre las flechas invisibles lanzadas por los autores de los goles y la vuelta de El Niño, tiene más razón que nunca el Cholo: Se recupera sentido de pertenencia. Pocas cosas hay más importantes que eso. 

Servidor arriba a la derecha, temporada 04/05. ¿A quién me parezco?

ANEXO: Welcome Back
Me alegro de la vuelta de Fernando, porque es en un momento en el que aún puede aportar mucho. Yo entendí su marcha, que también lógicamente llevaba tintes egoístas. Tras ello empezaron los títulos y las competiciones europeas casi cada año. Él mientras, no ganaba nada en el Liverpool, al cual dejó en la estacada para irse a un Chelsea donde ha logrado títulos que no creo que disfrutase como lo hubiera hecho aquí ni por asomo. En su estancia en Londres, ya algo me decía que iba a volver antes de lo previsto. Afortunadamente así ha sido. A mí, que le he visto en la época más oscura de mi equipo, me hace especial ilusión verle en un equipo campeón, y ya sueño con verle dándonos algún título. Se lo merece tras asumir con suficiencia un papel que le venía demasiado pronto, pero que supo llevar hasta el último día que estuvo con nosotros. Sin ir más lejos, recuerdo dos de sus primeros goles precisamente ante el Levante, en segunda y en su primera temporada completa de rojiblanco. Y de la temporada en la que se marchó, recuerdo igualmente un solitario gol suyo ante los valencianos que nos dio el triunfo por la mínima. Así podría seguir contra cualquier equipo de la liga, a los que a lo John McClane en Nakatomi despachaba en soledad. Así que los haters de Fernando se pueden meter sus estadísticas destructoras por el ojete hasta nueva orden (excepto mi bella mujer). No es perfecto, ni hace falta que lo sea. Esto es algo más que números, es uno de los motivos de ese sentimiento que nos hace ser indios en un mundo de yankees.