jueves, 13 de octubre de 2022

Círculo de Brujas

Así se llama el rival local de estos flamencos (Cercle Brugge) y es que qué mejor nombre para describir este doble partido de fase de grupos, donde se ha repetido la historia con los belgas. Porque nos han vuelto a joder, como en el 78, como en el 92, como en cierto modo en 2018... ¿O somos nosotros solos los culpables de esa amarga redundancia? No quiero verlos más a estos hijos de puta del Club Brugge Koninklijke Voetbalvereniging, que son nuestro Levante europeo. Si alguna vez me vuelvo a pillar una cami de un club belga, será del bueno del Cercle, y me acordaré de nuestro Vietnam personal contra los otros. Un rival, eso sí, al que nada hay que reprochar: valiente, sin complejos, pletórico e imbatido en Champions mientras en Bélgica solo son terceros (el Bayer también iba de culo en su liga). Quizá ellos ven en Champions una motivación que para nosotros se ha tornado en subestimar al rival, con la posterior ansiedad por ir con el agua al cuello. De todas maneras me da a mí que se van a pegar la hostia del siglo con absolutamente cualquier rival con el que se topen en octavos, lo cual no hablaría bien de nosotros, sobre todo si no los acompañamos. Allí estarán con un entrenador con look de comisario divorciado de provincias, capitaneados por Hans Vanaken, master of naming, y con el Jutglá ese cojonero, que tiene cara de gordo, como Reguilón... Y luego está Mignolet, que siempre me sonó a portero malo y a ver quién es quien se olvida de él ahora, con esa pinta de ser el primo de Zumosol de Kevin De Bruyne... Lo mas gracioso es que incluso pudieron ganar, por algo lo de mi manida máxima de "podría ser peor". Porque en el penalty de Nahuel vimos toda nuestra vida pasar a cámara lenta en ese cortometraje de pesadilla con final feliz (¿dirigido por Hans Vanaken?, es que vaya nombrazo, joder). Las ventajas del VAR, que por una vez nos vino bien. Madre de dios de la que se libró Molina, cuyas acciones, dentro de su mejora, nos hacen recordar con escalofríos al Guilherme Siqueira más radical... Solo falta que marque un día de estos para confirmarlo. Y precisamente de eso suelen ir estos partidos del ocaso del Atleti simeoniano: goles de invitados inesperados que suelen ser el caballo ganador que corona las más angustiosas épicas. En la víspera me encontré en el suelo un cromo de Hermoso, "lo que Hermoso te da, Hermoso te quita", pero demasiada truculencia gastada en el no penal como para pedir más milagritos. Creo que esa heroica es inversamente proporcional al empuje y dominio que mostremos. Hoy fuimos demasiado superiores para ganar así. El equipo no jugó mal, le echó huevos también, apenas hubo sustos para lo magnificado del rival y se fallaron numerosas ocasiones... Griezmann, nuestro franco jugador franquicia, y Angelito Correa (qué importantes cuando no carburamos), secundados por un obstinado Lemar, me maravillaron en la primera parte, pero no fue suficiente: demasiado esfuerzo en la elaboración y poco veneno en los remates. Por cierto, nunca había visto tanto a Reinildo en ataque, y he de decir que me pone bastante.

Luego el Cholo trató de cambiar de broca con Morata, Cunha y compañía. Desde el año pasado con la gestión del declive de Luis Suárez (quién lo tuviera a veces), parecen más rigurosas administraciones de minutos que cambios para el bien del partido, sin embargo ayer fueron más imprevisibles que nunca. Morata canonizó a "Miñolet" de la santa faz. Me la suda que João no saliera, y no quiero oír hablar de castigos ni tonterías, porque si no no se explica lo de De Paul, que parecía Grizzi de puro querer enjugar su grave indisciplina. Matheus es mi ojito derecho y ya marcará. Me da igual también la abulia de Carrasco, aunque yo ni tengo capacidad para notarla de lo saturado que estoy... Ya nadie es tan importante, ni el propio técnico, ni yo. Se siguió intentando sin éxito, quizá sin suerte también, por qué no decirlo, pero ni con los belgas con uno menos y puestos de Tripel Karmeliet hubiéramos ganado. Nos quedamos sin nuestro Delirium Tremens, que ya casi damos por hecho de tan mal acostumbrados. Empezamos jugando de día pero en la cancha fue de noche todo el rato. Tiene huevos que quizá en el partido que peor hemos jugado sea el único que hemos ganado del grupo. Este Atleti...

Quedaba el descuento y mi niño me pidió saltar en la cama elástica. ¡Qué coño! Que le follen al partido, aunque hasta saltando en ese círculo redondo veía el escudo del puto Brujas. ¿Que no? Ahí dejo la foto. Con poca esperanza pero tenía la oreja pendiente de algún alarido del comentarista mientras daba atención filial, pero éste nunca llegó, sino los anuncios a mayor volumen, un puto clásico audiovisual.

En tardes como la de ayer, qué raro fue ese horario, se me quitan las ganas de volver a Europa en general, que es al fin y al cabo para lo que competimos en liga. Un malcriado, un aficionado de mierda seré... Ya recapacitaré y me tomaré mi sopa aunque sea fría. Más dinero, más problemas, doy fe de ello. No obstante, sufrimos sobre todo por nuestro mal desempeño en los partidos anteriores de la liguilla, porque hoy, por muy patético que suene, ni tan mal... A algo que habrá que agarrarse para la próxima, aunque sea por no ir a la maltratada Europa League. Esta vez salió Aris, salió Apoel, salió Qarabag... Salió fatal. Adiós a ser primeros de grupo, aunque eso suene a lujo impensable desde la semana pasada, e inalcanzable desde 2017. De todas formas, tratemos de esquivar la debacle ganando a Xabi Alonso y al Oporto en Do Dragão... Un grupo que era fácil, un Atleti que es difícil de ver.

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