jueves, 25 de mayo de 2023

Infelices

Los dos hermanos pequeños, pobres, minoritarios, ya me entendéis, de las grandes ciudades de España, se enfrentaban en un campo que se nos da como el puto culo. Y será que como el Espanyol andaba con un pie en segunda, al final nos dio apuro y por eso les dimos un soplo de esperanza, haciéndoles parecer el Bayer Leverkusen en la final de UEFA que les empataron en el 88. Y es que no supimos gestionar una pingüe, independientemente de excesiva, ventaja de 0-3, muy gracias al bueno de Pacheco. Yo, no sé por qué... Cómo coño que no, claro que lo sé: muchos años siguiendo a este pazza Atleti (guiño al Inter que ganó anoche la copa), me espero cualquier cosa cuando todo parece controlado, por mucho gen Simeone que aún quede a estas alturas, la psique es la psique. Algo me decía que no debía de irme a dormir en el minuto cincuentipico para aprovechar que la niña ya lo hacía. Y bueno, fue trepidante al menos, si bien vergonzante a rabiar, más que la pantomima Vinicius, que hasta el cabrón que nos empató era su tocayo. Un equipo al que le honra tirar con todo nos acogotó entre Cornellá y El Prat, y tan solo nos empató. Están tan mal que ni nos remontaron en la última jugada, como mandarían los cánones de este guion de partidos. De hecho, tuvimos alguna en la que perdonamos el cuarto por exceso de confianza, el mismo motivo por el que los periquitos estos parecían jodidos halcones danzando por el área de un raro Grbic, que nos salvó de algo peor. Otra vez la segunda plaza a tomar por culo. Lo único bueno fue que me llevé un carro de puntos del Comunio, porque al final creo que ambos se quedan con cara de gilipollas, aunque al menos el Espanyol tendrá el orgullo intacto: no había más que ver las caras de sus aficionados, que llevarían sin disfrutar así desde que hace poco ascendieron a primera, ojalá vuelvan a experimentar esa sensación de "volver a" pronto, porque este año lo tienen como sus propietarios, en chinesco.



lunes, 22 de mayo de 2023

Siempre contigo

Era inevitable que este partido nos recordara al de hace dos años: palos, Sergio Herrera, Budimir, la zozobra, el borde del precipicio donde iba a descollarse el sueño de la liga, Lodi, el pase de Carrasco, Suárez quitándose la camiseta, mi grito por la ventana en el silencio de esa tarde de mayo de 2021 donde aún te teníamos en camino, hijo mío. No sé si, como tu hermano mayor, pasarías olímpicamente del fútbol, pero en mi cabeza tú hubieras sido futbolero, y tengo una camiseta con tu nombre que, si alguna vez voy al estadio, me la pienso poner, aunque para mí, como el de Simeone, será un traje negro. Los que sí fueron, y yo que me alegré el triple por la victoria, fueron mis queridos Nono, Amador, Pepe, Bati y el pequeño Darío, el último reducto de la cantera de niños atléticos a mi alrededor. Ojalá yo pueda ir pronto, aunque me conformo con ver un partido por la tele con gente del Atleti. Cada vez el listón más bajo en ese aspecto, si gran parte del partido tiré de Radio Marca paseando con el niño grande, y luego el final lo vi de refilón dando de comer a la niña chica, que también miraba.


Once años jugando Champions. Al mismo tiempo que no lo valoro como se merece, y pienso en cómo caímos en fase de grupos y nos descolgamos tan pronto de la liga, sé que esto difícilmente se repita en el futuro, como el Atleti de balonmano que redescubrí a través de una entrevista a Cecilio Alonso. Once años jugando Champions, cuando con catorce años me parecía la bomba jugar la UEFA, pero el equipo es prácticamente igual de competitivo a efectos de plantilla que en 2013. Seguimos peleando por las migajas del mercado, o trayendo a los jugadores que alguna vez fueron referentes en el ocaso de sus carreras. Así que no cambio al Cholo, denominador común de esto, por nadie, y tiene mi voto de confianza mientras le vea así, aunque echo en falta algo de autocrítica y veo exceso de reivindicación con lo logrado: no puedo evitarlo y lo digo. Ésta ha sido de momento su peor temporada, si bien se agradece que yo hace meses que me olvidé del Betis y de la Real Sociedad y empecé a pensar en ser segundo. Ahora el Espanyol, rival de los que me hace fruncir el ceño, al igual que los navarros. Aunque me inspiran últimamente cierta simpatía por Carlos Marañón de "Saber y Empatar", no queda más remedio que intentar cortarles un poco más la cuerda, y de paso que nos trajéramos a Darder. Qué jugador... 


En cualquier caso, tengo ganas de que termine esto. Ya ni me pongo el "Partido a partido" en los prolegómenos. Más pendiente de la F1, el WRC y el Comunio (menos mal que me lo maquillaron Yannick, Mario y Antoine) que de la liga ando, aunque me estoy enchufando más partidos de todos lados ahora que se acerca el desenlace. Ha influido mucho en ello que no estemos en primera plana europea desde noviembre para esta hibernación... 

lunes, 15 de mayo de 2023

Si nos confiamos somos muy malos

Sería el sol, que escucharon la canción de la autóctona Blanca Paloma por la megafonía y se durmieron, quizá la relajación de atisbar las vacaciones, y seguro que también un poco de subestimación al dignísimo y gallardo Elche llegando como segundos... Pero el ridículo es el mismo. Los del Caniggia Beccacece (espero que este especimen siga el año que viene entrenándoles y les ascienda de nuevo, porque me cae de cine ese equipo), nos pintó la cara. Los árbitros también tuvieron una sonrojante actuación, a la altura de la nuestra. Y es que contra todo... y contra nosotros mismos también. No nos metemos en la cabeza que esto también es muy Atleti, palmar contra el colista, resucitar muertos, fallar penaltis, caer cuando tenemos todo de cara... La cruz de este bendito equipo. Y que para mitigar ese mal endémico, jamás de los jamases, hay que bajar la intensidad, ya lo digo en el título. Ya se me ha pasado un poco el cabreo, pero si lo hubiera escrito esto ayer, yo es que a Grbic lo cambiaba al descanso tras su inconcebible fallo. Para una tranquilidad que tenía sin Oblak y va el croata y desentona más que sus compatriotas en Eurovisión. Una pupa más en la piel, que para en seco una racha excelente, con la herida vendada pero sin curar de sabernos fuera de todo en enero, pero que bueno, nos hacía disfrutar de buen juego y resultados. Espero no ver otro partido así de aquí al final, porque a mí sí me importa ser segundo (independientemente de quien lo es ahora), al equipo en Elche, parecía que no.