jueves, 27 de abril de 2023

CXX

12 años, 12 minutos y pico de muchas prórrogas y penaltis, casi siempre con el corazón a 12 pulsaciones. Muchos, muchísimos fragmentos de 12' si metemos el descanso, en forma de partidos de liga que son los marcapáginas mentales de mi vida. Desde ahí a los 12 segundos de juego transcurridos para darle la vuelta al marcador (del 45+2 al 47), que no injustamente, pero sí tontamente, marchaba en nuestra contra en este Athletic Club de Madrid vs Real Mallorca. El fútbol es el único deporte que admite estos deslices, de otra forma no se explicaría que este atigrado Mallorca, con la tranquilidad del salvado, fuera ganando, por mucha solidez defensiva que mostrara (es medio equipo de mi Comunio). Es curioso cómo en ese añadido de 12 segundos, tuvimos hasta tres embestidas para poder empatar. No comulgo del todo con el "Nunca dejes de creer" a ciegas, pero esta vez el equipo estaba tan metido que me daba más motivos que nunca para esperar lo mejor. Gol de Rodrigo Sex Paul, que por mí que se quede. La segunda parte empezó con igual efectividad y aunque me perdí el gol en directo, me alegré igualmente por Alvarito y por ponernos ganando tras el susto de Nastasic. Otro gran cabezazo en la misma portería. En el duelo de porteros balcánicos sin Oblak, éstos poco pudieron hacer para impedir el marcador. En el duelo de heridas en el tarro, el bueno de Abdón Prats quizá si ganó al simpático Ivo Grbic. Yo aún no termino de verlo como nuestro portero titular, pero tampoco se me ocurre alguien más potable cuando nuestro superhéroe esloveno se pire. Y falta lo mejor, el gran gol de Carrasco. Yannick, porque se quiera ir al Negreirona, por la labor del Cholo o por lo que sea, está mucho mejor. Le hizo un regate a Rajkovic que no recuerdo ni yo por dónde salió el belga y por dónde la pelota (el portero se quedó en el sitio). Algarabía, trabajo bien hecho, disfrute, paz. Menos mal que este aniversario no fue como el 110, cuando yo fui, aunque ese fue víspera de un triunfo mucho más grande días después. Orgulloso de ser de este equipo, con sus mierdas, como todos, pero absolutamente inigualable para mal, y sobre todo para bien. Te quiero, Atleti, aunque hoy me pondré la camiseta del Blackburn Rovers.