lunes, 15 de mayo de 2023

Si nos confiamos somos muy malos

Sería el sol, que escucharon la canción de la autóctona Blanca Paloma por la megafonía y se durmieron, quizá la relajación de atisbar las vacaciones, y seguro que también un poco de subestimación al dignísimo y gallardo Elche llegando como segundos... Pero el ridículo es el mismo. Los del Caniggia Beccacece (espero que este especimen siga el año que viene entrenándoles y les ascienda de nuevo, porque me cae de cine ese equipo), nos pintó la cara. Los árbitros también tuvieron una sonrojante actuación, a la altura de la nuestra. Y es que contra todo... y contra nosotros mismos también. No nos metemos en la cabeza que esto también es muy Atleti, palmar contra el colista, resucitar muertos, fallar penaltis, caer cuando tenemos todo de cara... La cruz de este bendito equipo. Y que para mitigar ese mal endémico, jamás de los jamases, hay que bajar la intensidad, ya lo digo en el título. Ya se me ha pasado un poco el cabreo, pero si lo hubiera escrito esto ayer, yo es que a Grbic lo cambiaba al descanso tras su inconcebible fallo. Para una tranquilidad que tenía sin Oblak y va el croata y desentona más que sus compatriotas en Eurovisión. Una pupa más en la piel, que para en seco una racha excelente, con la herida vendada pero sin curar de sabernos fuera de todo en enero, pero que bueno, nos hacía disfrutar de buen juego y resultados. Espero no ver otro partido así de aquí al final, porque a mí sí me importa ser segundo (independientemente de quien lo es ahora), al equipo en Elche, parecía que no.

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