At. Madrid 1-0 Hapoel Tel-Aviv (UEFA) - Sólidamente blandos

No necesitó mucho el Atleti para doblegar al equipo israelí, si bien el encuentro fue más competido que el de la primera vuelta. Un tempranero gol de Raúl García en el minuto 7 y a bajar el pistón. Ese tanto llegó en una gran jugada de Adrián, que aunque falló al menos dos ocasiones claras de gol da la sensación de volver a ser peligroso cuando pulula por los últimos 15 metros. El asturiano la colgó tras irse de su par y gracias a la cantada del guardameta Apoula Edel, que dejó el balón muerto, el narigón navarro anotó de gran disparo (Emre le asistió de cara muy bien).

El meta israelí merece mención aparte, es el prototipo de portero africano, quiero decir: poco ortodoxo, despejes extraños, alérgico a blocar, cantadas al salir y grandes reflejos que a veces acaban por compensar los defectos anteriores ¿verdad Kameni? Es cierto que dio sensación de inseguridad, pero también le sacó luego un mano a mano a Adrián que era gol o gol. En el África negra ha de pasar como en Brasil, que hay poca vocación para ser portero, y los que salen, tienen alma de jugador de campo que se pone de portero hasta que le metan un gol en la pachanga. Para aumentar la nota exótica, el colega tiene pasaporte armenio a pesar de ser camerunés de nacimiento, casi nada. Tras homenajear y criticar al bueno de Apoula, continuemos.

El encuentro en sí no me pareció muy aburrido, dio la sensación de que el Atleti podía matar el partido en otra jugada, pero lo cierto es que los judíos a punto estuvieron de empatar con un cabezazo de córner que vi dentro y una jugada del 12, Ben Haim, que me pareció ya en la ida el mejor de ellos y ayer noche me lo confirmó. El Hapoel pecaba de blandito con el balón en los pies, con facilidad para perderla, y el Atleti de blandura por no saber qué hacer con él para machacar. Jugadas lentas y poca imaginación. Este equipo adolece de falta de frescura y dinamismo en los últimos metros, nada nuevo bajo el sol. A veces esta carencia se suple con el remate de Falcao, la magia de Arda o con más intensidad si el rival es de más enjundia. Aún así, en días como ayer me pregunto dónde estaríamos con un técnico menos exigente que Diego Pablo. No paraba desde la banda para motivar a sus jugadores. En un equipo profesional se supone no haría falta, pero por suerte o por desgracía así es.

Tras el descanso los israelitas trabajadores salieron más enchufados, conscientes de que podían rascar algo ante el anodino Atleti. Fallaron en el intento porque de nuevo Ben Haim, el 12 de ellos, se tropezó y no pudo tirar bien y porque Asenjo salió tarde pero a tiempo de tapar. Ese error y la salida Koke dio otro aire al equipo, que si bien no sentenció, ya no dejó de dominar. El Cebolla no tuvo su noche, pero cuando empezó a entenderse con un inconmensurable Domingo Cisma llegaron muchas aproximaciones peligrosas. Emre más participativo que en Valencia, que no es muy difícil. Raúl García en su máxima expresión: pelea, nulo por la banda, poco toque, grandísima llegada e instinto goleador. Y en la defensa, Cata tuvo algunas intervenciones solventes y no hubo fallos flagrantes. Estos minutos que tiene Pulido pueden venirnos bien en el futuro. Por desgracia, dada la estrechez del resultado, actuación testimonial de Pedro y Saúl ni salió.

Al final otro susto en un córner, pero sabemos vivir al filo de la navaja, y sudando lo justo hemos dejado la clasificación como primeros muy de cara. Por fortuna, ser blandos con el Cholo significa hacer lo mínimo y sacar la victoria. 

 Ideas sueltas: 

• Ser 1º: Ahora nos vale un empate ante el Viktoria, que valga la redundancia, empató en Portugal ante la Académica. Es importante ser primero, porque como bien me corrigió el otro día el dueño del blog De Rojo y Blanco, hay rebotados de Champions tanto para los primeros como los segundos de grupo (tomad nota comentaristas de Cuatro). La ventaja de ser primero en este caso es que esos rebotados serán los cuatro de peor coeficiente, y además se juega la vuelta en casa. Aunque lo de la vuelta en casa para mí no es tan fundamental, porque si te marcan en tu campo estás jodido en un alto porcentaje. Sea como sea, siendo el Atleti, y defensor del título, no se necesita mayor aliciente para liderar la tabla.

• La cabeza de Diego Costa: nos es que el brasileño fallara un remate con la testa, es que se le fue. En una jugada justo antes de ser sustituido agarró del cuello a un contrario, cayendo en la provocación o lo que fuera. Menos mal que el árbitro no lo vio, ¿se imaginan esto en un partido más importante? En una entrevista hace poco me pareció más maduro, pero por lo que se vio ayer aún no ha cambiado. Por desgracia sigue siendo un Manny Rivera.

• El Ramo: otro vez pasó la del ramo de Pantic. Esta vez fue Pantsil, el extremo derecho ghanés, el que lo apartó de malas maneras. Probablemente no lo sabía, pero yo me encuentro un ramo de flores y no lo quito de manera tan despectiva, y menos en un saque de banda que no le estorbaba. Este Pantsil seguro que se quedó con la copla del vídeo que le puso el entrenador del Atlético-Académica y tomó nota de Clayton. Esto sirvió para calentar a los escasos seguidores que tuvieron la gallardía de ir a este partido. No hay mal que por bien no venga. Y no hay color respecto a cómo lo apartó en la segunda parte otro jugador del Hapoel, que sin embargo provocó feos cánticos en contra de su país. Señal de prohibido patear el ramo YA, y que en el sorteo inicial el capitán les informe a los rivales del riesgo de multa. 

• 50 con Simeone: genial trayectoria del técnico, que lleva 35 victorias en media centena de encuentros. Lo digo ahora: en las buenas y cuando vengan las vacas flacas, yo siempre te bancaré Cholo. Gracias por devolverle los testículos y la identidad a este equipo. 

• Jueves negro: ¿por qué demonios tiene que jugar el Atleti en su campo con la equipación de fuera? En mi vida había visto tal sacrilegio. Conociéndolos, a lo mejor era una medida de marketing de los in-dirigentes para incentivar las compras en el Black Friday.