lunes, 11 de diciembre de 2023

Confiados

"-Llegaré a las 7:00 a la gasolinera del Hospital. 7:00-7:10... Te aviso cuando salga. Me he puesto una alarma para no olvidarme las gafas...
-Vale, ya nos vamos en mi coche y llegaremos pa las 12:30-12:45. Qué guapo, illo! Por finnnn!
...
Música de culto, música de todo tipo de fondo, porque no hay partidos antes para escuchar en la radio. Lejos queda aquel insufrible derbi de septiembre de 2019, cuando no se sabía qué era la pandemia. Desde entonces no piso un campo. Por mucho que sea normalmente horroroso, este horario nos venía perfecto para nuestra subida y bajada express a Madrid en medio día. Encima un rival asequible, que bastantes huevos le he echado yendo a derbis y demás huesos duros... Aunque el Atleti y cada atlético sabe la trampa de la ley innata que nos hace penar lo que no está escrito contra este tipo de adversarios (recién ascendidos, con bajas, colistas, con problemas internos...). Un oponente que oposita a batir al Sporting de los 13 puntos (me lo tragué el documental acto seguido), que viene de caer en Copa ante el Barbastro, que ni un geógrafo como yo sabe dónde está hasta que no lo ha mirado. Ya le vale a los de Huesca: primero eliminan al Antequera a lo Real Madrid y luego el puto Barbastro ese encabrita más si cabe al demonio que hace que nuestros jugadores hagan cosas extrañas en estos partidos y a su vez da unas alas invisibles a cualquier jugador que haya pasado desapercibido o se haye hibernando tiempo ha. Baptistao mismo me vale. Yo una vez le vi marcar en el Calderón en directo con la camiseta del Atleti. Volviendo a la llegada, aparcamos guay, almuerzo guarro en el mismo bar de la otra vez que fuimos al Metropolitano, y aunque pensaba que iba a llorar de emoción, no lo hice, pero sí que lo saboreé muchísimo, valorando cada paso, cada fotograma, el momento que iba a vivir, porque esta vez sí que no sabía cuándo se iba a repetir. Todo empezó bien, incluso me dejé llevar y canté el gol de Antoñito, pero enseguida me arrepentí, fuera de juego. Lo sabía, eso me pasa por celebrarlo. No queda otra que acatar, sin confiar mucho, con esta tecnología de las líneas que se publican cocinadas 10 minutos después, por mucho que sí me lo pareciera que lo iban a pitar. Los goles que sí celebré por este y por el anterior anulado fueron los de Morata y Correa, que andaban faltos de confianza o al límite de perderla. Así que ni que yo hubiera elegido los goleadores, vaya. Solo me faltó, por pedir, uno de Llorente, qué desparpajo, qué despliegue físico sustituyendo al raro Molina, por dios. Eso nos hubiera hecho llegar al descanso quizá, solo quizá, sin esa cara indescifrable que nos decía que confiábamos en ganar, de hecho por eso habíamos decidido venir, gastar tiempo, dinero y desgaste emocional en vivir esto de nuevo, se iba a sufrir. Pero mejor no pensar las veces que un rival que no tiene nada que perder nos tortura incluso hasta la muerte. Esta vez el conato de rebelión duró sesenta minutos. Y aunque por un lado estamos refrendando lo de que lo que el año pasado eran empates o derrotas en este son victorias, se pasó mal. Alegrón por la victoria y por lo poco que iba a pesar la vuelta con este sufrido triunfo en el zurrón. Encima luego Parka-Girona, a quitarse puntos entre ellos..."


Y una polla! Que no fui. Pero sí que con la tontería de haber coqueteado con ir, lo viví como si lo hubiera hecho, solo ese tímido intento que hicimos hace unas semanas sobre ir al Atleti me hizo sentirme así, no me imagino ya yendo de verdad... Confío que sí, que alguna vez más pronto que tarde se dará. Confío, al igual que los nuestros se confiaron y dieron esperanzas al Almería, o el once indálico como coño se diga ahora. Confiados también había otros en que hoy Antoine descansaría aunque fuera algo. A esos os digo que aún os quedan varios lustros de callo rojiblanco en vuestra psique. Este Atlético bifacial es lo más normal, incluso en otros tiempos era por mera incompetencia, cuando el domingo fue por exceso de confianza, la verdad sea dicha, aunque joda y exaspere en el acto. Nos volvimos a deslizar por el agudísimo filo, pero no caímos al lado marrón, sí al giallorosso... Mira que yo prefiero la Roma a la Lazio, de siempre, y tengo una camiseta de ellos de cuando estuve allí, pero: ¿A qué coño viene una bandera romanista en el estadio de mi equipo? Si un día nos eliminan de alguna competición la sacamos también, ¿no?... En fin, de todas formas cualquier ayuda será poca el miércoles, el único lugar donde no vale el partido a partido, el lugar del plan del que habla el Cholo aunque jamás se lo confesaría ni a Gustavo López. Nos espera la Lazio y yo aún me acuerdo de la primera final europea que pudo ser y ni llegué a ver. Va por ti, Jugovic.

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