miércoles, 22 de noviembre de 2023

Una velita

Se acabó la fecha FIFA sorprendentemente sin damnificados en nuestro frente. Y eso que el aprendiz de Napoléon de Deschamps y el suertudo de Scaloni respectivamente estrujaron cada gota de sudor de nuestro rey sol, Antoine, y nuestra parejita De Paul-Nahuel. Yo me lo tomo como falta de respeto por los cambios que sí hubo de otros primeros espadas de otros importantes depositarios, que tuvieron menos minutos tras los últimos escándolos por lesiones gordas de jugadres de clubes gordos. La verdad, por supuesto, será que todo es mera casualidad, pero en un pensamiento atleticocéntrico como el mío, toda conspiranoia que apunte a jodernos o menospreciarnos me suena plausible. Por si fuera poco nuestro próximo rival no tiene a Muriqi por lesión con su país. De todas formas, por anular la mufa de esta situación favorable, que ya se sabe cómo nos va cuando sopla el viento a favor, los nuestros carga de minutos han tenido, así que ojito al fin de mes. No nos olvidemos tampoco del posible milagro de la vuelta del NFL de cristal Memphis o de San Reinildo, que cogerá tono para la Copa África a nuestra costa, pero yo me alegraré por él.

Más cositas... El hecho de que los mundiales ahora tengan 48 clasificados descafeina la fase de clasificación de Conmebol, y las demás pues quizá no tanto. Pero por centrarme en la Uefa, yo lo que haría, aunque me duela, sería quitar la Nations League y aprovechar esos huecos para espaciar las clasificaciones para los grandes torneos. Poco más se puede hacer (aparte de simplificar las copas y supercopas nacionales a nivel de clubes). De hecho, volviendo a los combinados nacionales, yo daría más visibilidad a las selecciones menores sin cargármelas tan pronto en las fases inciales, como por desgracia pasa en la AFC, que por cierto celebra copa de Asia en 2024 en las mismas fechas que África en invierno. Y también Eurocopa y Copa América en verano ahora que lo pienso... Pero ¿qué maravilla es ésta? No se puede renegar tanto de las selecciones, por las que todo jugador mata por ir, solo cuidar las formas de comer el pastel. Porque no se nos olvide que para jugar estos sensacionales torneos hay que clasificarse, como hemos de hacer año a año. Hacen falta buenas noches ligueras como la necesaria el sábado próximo para tener noches como la que acto seguido espera en la lontananza de De Kuip. Mientras, habrá que seguir gastando cera y gas de mechero para proteger tendones y músculos de los nuestros para evitar esgrimir esa excusa, porque significará vacas flacas.

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