Confieso que llegué a odiarlos a veces, tanto a Betis como especialmente al Sevilla. Todo vino por la época en segunda en la que coincidimos los tres. Qué chorra tenía el Betis todos los partidos, y el Sevilla con el impresentable de Caparrós diciendo que éramos un candidato fijo. Para rematar nuestra incompetencia pensando que íbamos a subir simplemente por llamarnos Club Atlético de Madrid con una pésima planificación. Al final nos chupamos otro año merecidamente en el infierno, esa bofetada nunca la olvidaré, al igual que la final de Copa de 2010. Pero amigos, de ahí al antisevillismo que percibí en mi visita al Calderón y probablemente halle hoy en el Pizjuán, o la rivalidad enfermiza forero/bloguil hay tres o cuatro zancadas de Diego Costa.
A día de hoy me cae mucho mejor el Betis, pa qué nos vamos a engañar, me resulta más simpático, pero no por considerarlo el débil de la ciudad ni mucho menos. Ambos equipos son muy equiparables a pesar del salto de calidad que dio el Sevilla esta última década, y cuyos albores yo también presencié en directo, pero eso amigos, por suerte para vosotros, es otra historia... La de hoy es la que cuenta. En realidad estaré en el Ramón Sanchez-Pizjuán porque no pude ver la vuelta de los cuartos de Copa ante los Verderones. Un coche muerto, un padre encamado y un corazón pegándose con Loctite fueron los responsables. Pero me dije que si pasábamos y los Palanganas hacían lo mismo vería la vuelta de semis in-situ. Y así lo voy a hacer.
Como ya sabrán, me encanta la capital de Al-Andalus. Para mí Sevilla es algo más que su rivalidad RBB-SFC y mis esporádicas animadversiones por uno o ambos, es visitas a Isla Mágica y tragarme al llegar a casa un reportaje de la expo'92 tras la última, investigar el mapa del TUSSAM antes de ir porque no me acuerdo de las paradas, saber que la cadena de ropa Amichi estaba en el CC Nervión antes que en los de Málaga, estar acojonao por las fotos que se hacen a los coches en el centro, por los gorrillas en las afueras, visitar el Peggy Sue en Luis Montoto en Halloween, es regalar Agua de Sevilla, es el Starbucks de Archivo de Indias, la guasa de las aficiones cuando el canal+ hace algún reportaje en las previas, es "Sevilla/Musho Betis! comprarme pipas!" en Lo que el ojo no ve, sacar a colación la rivalidad MGA-SEV en el trabajo para armar follón de buen rollo y luego quitarle hierro diciendo que todos somos andaluces, que lo malo de Sevilla es que tiene muchos sevillanos, sospechar que Antonio Gala tenía razón en su frase, estereotipar a su ciudadano medio como ser con patilla cortijera, tonteo, semanasantismo casposo y polo fucsia o camisa rosa remangada tomando aceitunas en un sitio con emblemas de ganaderías como decoración. Es inolvidables visitas en la mejor compañía posible, es proyecto de visita futura en las que no se nombre ni de lejos la palabra fútbol. En definitiva, nunca malos recuerdos.
A día de hoy me cae mucho mejor el Betis, pa qué nos vamos a engañar, me resulta más simpático, pero no por considerarlo el débil de la ciudad ni mucho menos. Ambos equipos son muy equiparables a pesar del salto de calidad que dio el Sevilla esta última década, y cuyos albores yo también presencié en directo, pero eso amigos, por suerte para vosotros, es otra historia... La de hoy es la que cuenta. En realidad estaré en el Ramón Sanchez-Pizjuán porque no pude ver la vuelta de los cuartos de Copa ante los Verderones. Un coche muerto, un padre encamado y un corazón pegándose con Loctite fueron los responsables. Pero me dije que si pasábamos y los Palanganas hacían lo mismo vería la vuelta de semis in-situ. Y así lo voy a hacer.
Como ya sabrán, me encanta la capital de Al-Andalus. Para mí Sevilla es algo más que su rivalidad RBB-SFC y mis esporádicas animadversiones por uno o ambos, es visitas a Isla Mágica y tragarme al llegar a casa un reportaje de la expo'92 tras la última, investigar el mapa del TUSSAM antes de ir porque no me acuerdo de las paradas, saber que la cadena de ropa Amichi estaba en el CC Nervión antes que en los de Málaga, estar acojonao por las fotos que se hacen a los coches en el centro, por los gorrillas en las afueras, visitar el Peggy Sue en Luis Montoto en Halloween, es regalar Agua de Sevilla, es el Starbucks de Archivo de Indias, la guasa de las aficiones cuando el canal+ hace algún reportaje en las previas, es "Sevilla/Musho Betis! comprarme pipas!" en Lo que el ojo no ve, sacar a colación la rivalidad MGA-SEV en el trabajo para armar follón de buen rollo y luego quitarle hierro diciendo que todos somos andaluces, que lo malo de Sevilla es que tiene muchos sevillanos, sospechar que Antonio Gala tenía razón en su frase, estereotipar a su ciudadano medio como ser con patilla cortijera, tonteo, semanasantismo casposo y polo fucsia o camisa rosa remangada tomando aceitunas en un sitio con emblemas de ganaderías como decoración. Es inolvidables visitas en la mejor compañía posible, es proyecto de visita futura en las que no se nombre ni de lejos la palabra fútbol. En definitiva, nunca malos recuerdos.
Por si fuera poco lo bueno de Sevilla, aparte de las memorias que albergo de ella y su belleza natural, ¿qué decir de su faceta cultural?: Alameda, Triana, Pata Negra, esas referencias que Chico Ocaña o Kiko Veneno le hacen como hijos adoptivos, su erreapé con mayúsculas con ese Dogma Crew, la maqueta del Haze, esos Tote & Shotta, ese Juaninacka, esos pasados SFDK, y encima esa discografía de Silvio que tengo pendiente de escuchar. Esas ambientaciones cinematográficas en "Nadie conoce a nadie", "Grupo 7", "7 vírgenes"... Esos Compadres con "El Mundo es nuestro", los cracks de "Malviviendo", es el colussokukletismo, es las descripciones de los libros de JR Biedma y, ¿por qué no decirlo? los pelos de punta oyendo el himno de El Arrebato o el del Betis a capela con el campo lleno. En definitiva, ARTE.
Ni una hipotética derrota hoy, ni la que ya presencié hace casi 10 años en el mismo escenario van a hacer que cambie mi parecer sobre Sevilla, quizá sobre el Sevilla FC, pero no de Sevilla. Porque hoy es diferente, hoy no voy de turismo, voy a sufrir como un cabrón, a dejarme la garganta por dentro, voy a ver al Glorioso en una de las peores plazas que ha toreado últimamente. A mi derecha tendré a la que para mí es en su conjunto la afición más fiel, ruidosa y grande de España, y estaré rodeado por otra gran afición que no le va en absoluto a la zaga. Como para perdérselo... ¿Motivación? Sé que no es necesaria, pero bueno: Stuttgart 1962, Glasgow 1974, Belgrado 1986, Bernabéu 1992, Valencia 1996, Roma 1999 y 2012, A Coruña 2000, Estambul 2010 y 2012, Lisboa 2010, Valencia 1996, 2010 y 2012, Anfield 2010, Mónaco 2010 y 2012, La Romareda 1996, Hamburgo 2010, Bucarest 2012, y lo que me dejo...
En esta primera previa que hago en el blog, de mi Atleti hablaré poco. Quiero hablar de él mejor mañana, confiando en que esté a la altura de tamaño partido, que en cualquier caso no ha de pasar por el Cata Díaz, que también, sino que ha de pasar por ser un equipo peligroso arriba y solidario en las bandas. Es casi imposible que ellos no marquen, y también que no marquen a muerte a Diego Costa. Falcao, incluso Adrián podrían echarle un capote a nuestro mejor jugador del momento. Y ese mediocampo tiene que morder. Tiago acuérdate de la final en el Nou Camp, pero sin lagrimitas: sudor y sangre. Al resto nos os digo ná, ya os tendrá firmes el Almirante Simeone y su rockero contramaestre.
Hoy quiero ver al Atleti de las grandes ocasiones, con la ropa de camuflaje, las flechas afiladas, el rostro impasible antes de que se abra el portón, la afición irreducible sea cual sea el luminoso, y quiero ver fútbol. Marrullerías, lucha psicológica y demás parafernalia también son consideradas fútbol en un partido de hambre y de hombres como el de hoy. Pero ante todo, quiero llegar a la final. ¿Quién no? El partido más bonito de la temporada, y encima sería contra los pavos reales. Hay que llegar o morir sufriendo mucho en el intento.
Para el viaje de ida no habrá problema, puede que incluso lleve a un polizón sevillano, o si no, siempre me queda mi amada música (hoy tiraría de Queen). Pero espero que la vuelta a casa sea placentera. Significará que hemos llegado a nuestra 19ª final de Copa, de la que tenemos 9 entorchados, ya quisieran muchos... Si no pues a joderse, ante todo amo el fútbol, y decepciones toco a más de una por día. Al filo de las 18:00 me voy para Nervión vía Malaka.
¡Vamos ATLETI!
3 comentarios:
Espero que una vez terminado el partido tu planteamiento sea "No vuelvo a venir pa na"
He dicho.
Aquí os estamos esperando! ;-)
Destrucción mutua si se pudiera.
He leído la pre y la poscrónica pero me veo forzado a comentar en la primera, ya que me siento aludido :P
Me hubiera encantado ser el polizón pero no pudo ser. Seguro que habrá oportunidad de hacer de anfitrión de mi ciudad, esa que a ti y a mi tanto nos gusta.
En cuanto a lo deportivo, poco tiene que hacer mi equipo contra el tuyo a día de hoy; está un escalón por debajo en calidad y efectividad. Pero volveremos. Pese a ello y pese a las más que mediocres campañas que lleva haciendo el Sevilla, el partido de ayer fue para terminarlo con doble aplauso: de la afición al equipo por darlo todo, por no dejar de intentarlo; del equipo a la hinchada por no abandonarlo nunca. Y por supuesto uno más en conjunto: al Atlético por ser digno y merecedor finalista.
Espero que lo disfrutaras y que sigas con el blog porque lo haces con cariño y pasión. Nos vemos el lunes compañero :)
PS: después de este recorrido por el audiovisual sevillano, recúerdame que algún día te presente a mi amiga Alba aunque hace tiempo que no la veo :P
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