jueves, 1 de febrero de 2024

Y volver a ganar


¿Desde cuándo el resto de derbis en casa son tan difíciles? El partido fue un tan espeso como la miel del color del rival. Vaya equipación rara, como nuestra alineación. Dicho esto, llegué en el 55. Últimamente me dejo el móvil sin querer cuando salgo y juega el Atleti, y casi que mejor. Luego, como infiero fue antes, fue un despropósito cercano al de mi cena. Dos fogonazos, en vez de uno, por lo de las líneas de la fe, fueron necesarias para ganar un partido que me dejó reventado. Me satisfizo más por la funcionarialidad de los tres puntos, muy útiles a futuro, que por el éxtasis de la victoria en sí. Porque el VAR me tiene enfermo. Esos trazos raros a posteriori... Inevitable pensar que son a capricho o cuando menos aleatorias, para eso deja seguir siempre. Y no hablemos de esos contactitos que ahora hacen que se revuelquen como perras para que arriba piquen dándole palante y patrás, y entonces llamen al de abajo, que rara vez va a desdecirles. Esta vez el tonto de Pep Chavarría ese, paradójicamente evitó tirar nuevamente las líneas en el inexpresable 2-1, quejándose de nada. Ojo, no digo que nosotros no lo hagamos, eh. Simplemente es asqueroso, aunque es una treta implícita de un mal menor como es el VAR, comparado con las injusticias de antes. Nunca vamos a estar contentos, aunque yo cada vez lo estoy más de que Memphis siga a lo suyo. Y Griezmann. Y De Paul. Y Barrios. Y Reynildios (puto gilipollas fui que se me olvidó ponerte en el Comunio). Y muchos más. Febrero espera como Tyranosaurus con piel de lobo.

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