martes, 13 de febrero de 2024

Nunca vienen solas

Las desgracias. "Morata se ha roto el cruzado". No lo quería creer, y por suerte fue menos. Encima hay que dar gracias no te jode... Yo estaba dispuesto a aguantar, a motivarme a su debido tiempo la víspera de cada partido de este truculento febrero pero... La situación es poco halagüeña con la lesión de Álvaro. Solo se me ocurre Griezmann como pieza más clave que él. Y ahora tenemos que ir a remontar a Bilbao y a aguantar a Milán sin él... No hablemos ya de los compromisos ligueros, donde tenemos que estar con un ojo en nuestros padres hijoputativos a ver si como anoche, pinchan en Almería y nos llevamos una alegría. Febrero se las trae, y yo asumo el reto, que me acuerdo de no tener más que liga hace un año, pero sin Morata en ese descanso forzado en forma de lesión... me hundo a poco que lo pienso. Me recuerda a cuando se lesionó Suárez en los últimos partidos de la liga 2021. Volviendo a Sevilla, siempre fue tierra hostil, apenas vi el partido, pero contaba con un empatito al menos. Con esa mentalidad pues así nos fue. Allí siempre que perdemos es de esa guisa, con fallando ocasiones claras, por la mínima, y sucumbiendo a los espasmos de raza palangana. Por si acaso, a animar a partir de ahora al resto de españoles en Europa, por si caemos a la quinta plaza (está dificilísimo quedar entre las dos mejores ligas) no quedarnos sin Champions como nos quedamos sin diecinueve para este mes clave. Desde ya me pongo la máscara de optimista, lo prometo.


Venían también dos copas internacionales, y llegó el fin de la fiesta. Dice Alberto Edjogo que alguien dijo que la Copa de África no es una competición, sino una celebración. En cualquier caso me la he gozado como nadie. Partidos con desenlaces siempre sorprendentes, cada vez con menos tópico malo, y con la misma pasión de siempre. Hasta he practicado mi francés con las rentransmisiones. Al final Costa de Marfil, tras estar enterrada hasta los ojos, resurgió en cada ronda para dejar a Nigeria sin un trofeo que a tenía su nombre. Sin desmerecer a Nsue, Mokoena, Mwabali o Secko Fofana, que están un puntito por encima, también se disputó la Copa de Asia, cosa inaudita. Allí brilló la aventura jordana que, tomando el relevo de la gesta tayika, se plantó en la final. Allí unos penaltis a la argentina otorgaron a una clínica Catar un triunfo que empezó cuando derrotaron en semis a la durísima Irán.

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