miércoles, 5 de abril de 2017

Tamborrada de derbi

Si hace un mes nos dicen que íbamos a estar terceros con tres de ventaja y un partido menos que el Sevilla y a doce puntos de nuestro rival de anoche, pocos se lo hubieran creído (yo no). Nueva y merecida victoria para continuar con este abril que no ha hecho más que empezar y que se hará largo o corto según los resultados. De momento, pasan los días volando. A pesar de alguna fase de falta de conexión en mi router wifi y en el juego del Atleti, a la Real no le conté ni una clara ocasión. Sin embargo, en las fases de pegada por nuestra parte, el partido pudo terminar mucho antes. Por desgracia, Torres no pudo marcar dos goles cantados en la misma jugada, y de paso me recordó a mi último partido oficial, en el que tuve una jugada similar, más de un año hace. No quedó ahí la cosa y Carrasco, Griezmann, Correa, Giménez!!! e incluso Filipe tuvieron ocasiones para haberles doblado el goal-average a los gipuzkoanos. Hablando de Filipe, está bendecido últimamente, y creo que detrás de ese oportunismo hay órdenes de arriba. Eso se ha tenido que entrenar. No son normales esas irrupciones con toques de fútbol sala así como si nada. Gran noticia si aparte de los automatismos de rigor surgen nuevas acciones como este pico de participación del brasilero en ataque... 


¿O será otra cosa? Sí, sí. Va a ser eso: este lo que está es resentido y al enterarse de que Theo, el nuevo Sergio Ramos, se va al Madrid, lo que quiere es destacar para irse a la acera de enfrente a competirle el puesto. Ha llamado a Florentino dicéndole que ya jugó en el Castilla y que él hace lo que sea, que se opera la nariz y se rapa para evitar parecerse a Modric y todo. No aguanta más en el Atleti y está descontento. No hay más que ver la celebración de su gol anoche, arrugándose el escudo del Atleti con cara de enfadado y pateando una valla publicitaria del Calderón... Llámenme paranoico, pero ahí hay merengue.

En el párrafo de arriba no me ha dado ningún aire, sino que ha sido un ejemplo de chismorreo nada lejano a los que pueden encontrarse cuando se acerca un partido contra el Real Madrid. Hay que vender periódicos (a un euro) pero a cualquier precio. Afortunadamente los nuestros están por encima de esta mierda y no hacen caso a las gilipolleces de cada semana de derbi. Que si "Oblak se va al Manchester United porque De Gea se va al Madrid", que si Arturo Vidal dice que "el Atleti se echa atrás al contrario que el Madrid"... No desestabilizan un mojón, pero tienen la habilidad de tocarme los cojones sin leerlas: yo lo único que hice fue venir a trabajar y pagar en una gasolinera con portadas. Si apenas entro en los periódicos para pillarles fotos como esta, ¿a que sale seductor el Cholo?


Volviendo al partido contra la Real Sociedad. Un día nos va a costar un disgusto el no rematar al rival en esos remates excesivamente desviados o al muñeco. Ese es el único pero de anoche. Por lo demás, no se sufrió más que la mala actuación del árbitro, que desquició sobre todo a los donostiarras. El buen hacer de los laterales es un termómetro muy válido para calibrar el estado de un equipo, y en el colchonero últimamente está con el mercurio por las nubes. Gracias a deus que tengo a Filipe en el comunio. En cuanto a los cambios, nos vamos acostumbrando a la forma de afrontar los finales, y la entrada de Giménez en el centro se va convirtiendo en un clásico contemporáneo. Otro clásico inmortal es la faceta de animador del Cholo, especialmente desatado ayer consciente de lo que nos jugamos. A veces pienso que la gente debería animar de por sí, y que no tendría que hacer falta que Simeone hiciera esos gestos para espolear al respetable. Luego cuando voy al estadio entiendo que es difícil coordinarse y abstraerse del silencio preocupado que te dan los nervios. Dijimos así agur a la Real, a los juguetes rotos Granero y Canales, al porculero del Yuri Berchiche ese y a su entrenador, que no sé qué cojones dijo en la previa que la gente le tenía tantas ganas, así que se joda por lo que sea que hubiera dicho en contra nuestra. Ahora a continuar con el pacto de agresión contra los cervatillos. Y ojo avizor, que algo me dice que no será la última vez que nos los crucemos esta temporada.

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