Si me dicen un año, automáticamente lo asocio con la temporada de liga que fue o, si es par, con el Mundial o Eurocopa del mismo. Esos eventos son una suerte de hitos en mi vida. Demarcan épocas personales y situaciones para el recuerdo. Son sin duda los eventos que espero con más ganas, aunque luego por el camino nos damos cuenta de que, como en todo, la novedad paulatinamente da paso a la indiferencia y la desmitificación. Hace poco leí un post en la que el autor hablaba de ver el Mundial partiendo de la base de que los primeros partidos (por muy perrunos que sean) son innegociables, y luego cuanto más nos acercamos al final, por un motivo o por otro, dejamos de tener esa capacidad de atención volcada todo el mes en el verde. Ese proceso es perfectamente aplicable a mí, pero eso no quita que la Copa del Mundo deje imágenes para el recuerdo, las cuales paso a enumerar en esta retrospectiva crónica de la primera fase.
1ª JOR. Todo empezó con el penalty infame del árbitro japonés, que demostró no tener personalidad, o ser muy malo, o tener el bolsillo lleno, o las tres cosas. Se me quitaron sensiblemente las ganas de seguir enchufado al Mundial, pero ¡qué coño! Si me había gastado el dinero como un pijo para verlo en cualquier parte ahora no podía desertar. Además empezaba fuerte con un España-Holanda. Todo seguía donde se dejó en Johannesburgo, y confiaba en la Selección, a pesar de no tenerlas todas conmigo. Yo tan solo pedía que pasaran de fase, porque ¿qué más les íbamos a pedir? Después de todo lo que esta gente había conseguido... Pero tras el vuelo sin motor de Van Persie, que igualaba el partido en uno de los goles psicológicos más evidentes de la historia, todo se torció, y la torçida brasileña contempló cómo su odiadamente querido Diego Costa hincaba la rodilla seguido por todos sus compañeros.
Van Gaal y los suyos dejaban a España conmocionada, por no decir en coma. Me alegro por él, que siempre es ridiculizado por gente que no tiene ni puta idea de fútbol. En ese mismo día, México confirmaba mis expectativas, y a pesar de escamotearles dos goles a todas luces legales (grupo de Brasil, vaya usted a saber), vencían a Camerún, que ya hacía presagiar que se la iban a volver a pegar, como literalmente veríamos la siguiente jornada. Golpe duro para la vigente campeona, ¿habría más sorpresas? No hubo que esperar mucho porque al día siguiente Costa Rica daba un navajazo en el costado de Uruguay. Cuando todo parecía de cara para una de mis selecciones apadrinadas, aparecía el primer pelotazo de la siempre ninguneada CONCACAF. Por su parte, ingleses e italianos ofrecieron un espectáculo digno de la Copa del Mundo, en un sensacional encuentro en el que tras él aún creía en los ingleses pero me maldecía por haber apostado a que Italia quedaba fuera. De esta primera jornada rescatar también los esperanzadores debuts de Colombia y Costa de Marfil, el zozobrante inicio belga, el trámite necesario de Francia, y el gol de Seferovic que dejaba tocadísima a la simpática Ecuador en el descuento. Argentina me quitó las ganas de trasnochar tras su tempranero gol ante una Bosnia, a la que aún veía con opciones de pasar. Por último, la para mí sorprendente goleada sin despeinarse de los cabezacuadrada ante Cristianogal. ¿A quién cojones se le ocurre apostar porque los alemanes se quedan fuera en la primera fase?
2ª JOR. No por acabar sin goles dejó de engancharme el Brasil-México, un partido que creía que iba a volver a ganar la anfitriona a trompicones pero que al final derivó en unas atractivas tablas. Trasnoché como casi siempre para ver a Croacia, que se deshizo sin problemas de Camerún y sus clanes... Descorazonadora la imagen del fútbol africano en ocasiones, aunque por suerte siempre hay alguna nación que saca las castañas del fuego. En este caso parecía ser Nigeria, que me sorprendió derrotara a los bosnios, que para mí es la selección de la segunda fila de que más me ha decepcionado. En ese momento Costa de Marfil aún era mi principal esperanza nigga, pese a perder contra una Colombia que bailaba de felicidad con el permiso de las lágrimas del bueno de Serey Die, que encima perdió un balón clave para la derrota de su equipo. La férrea Argelia goleaba a una Corea lejos de la de los últimos años... ¿Y Ghana? Qué decir de la Italia de África... Nos había brindado dos exhibiciones de coraje y fútbol vertiginoso, pero ni contra USA ni contra Alemania (un partidazo) en el segundo, sacaban una cifra aceptable de puntos.
África aún era una incógnita, pero la que de verdad lo estaba petando era Ámerica... Uruguay vencía y eliminaba a Inglaterra, que tiene un no sé qué que me recuerda a la España de antes de empezar a ganar... Siempre tienen un equipo apañado, tradición, pero nunca hacen nada. Humo. Con los charrúas de vuelta en la pelea, Colombia clasificada, y Ecuador volviendo a la vida, el auténtico bombazo llegó con la derrota azzurra ante Costa Rica. Me quito el sombrero ante esta humilde selección, ninguneada por absolutamente todos. Algo parecido pasaba con Australia, a pesar de que era la primera en hacer las maletas tras dos encuentros muy buenos ante Chile y Holanda. Los mismos rivales a los que tenía que encararse la Selección. Porque ahora tocaba Chile, teniendo que ganar sí o sí o sí. Debía de haber un golpe encima de la mesa, un zarpazo que pusiera al orgullo españolito, y también a los simplemente seguidores de este equipo como yo. La gran mayoría creíamos, pero por el peor motivo que puede haber: porque sí, porque éramos España y los vigentes campeones. A los pocos minutos se confirmaron los peores augurios, mejor dicho, hechos que ni el más cenizo habría presagiado. A la puta calle en la jornada dos. Con un juego patético tras el segundo tiempo ante Holanda. No me dejó ni rabia ni la cara de tonto de otras veces, no sé si porque era totalmente justo o porque estamos borrachos del éxito pasado. Más bien lo primero, porque me pareció una pena y una vergüenza no defender de mejor manera el título, al menos sobrevivir hasta la última jornada por favor... Máxime en un Mundial tan bonito y con tantas alternativas, en el que me sentía como un esloveno o un hondureño. No obstante, el grupo era complejo, y como ya sabemos, no iba a ser la única grande en irse fuera. Una de esas no iba a ser Francia, que certificaba lo asequible de su grupo tras golear a Suiza. Bélgica a regañadientes también pasaba el corte dejando en alerta roja a Rusia. En otro de esos partidos perrunos y con pocos telespectadores, Grecia sacaba un aparentemente inservible empate ante Japón, con diez hombres durante gran parte del juego. Pero los helenos, tras ese cerocero, seguían vivos, muy vivos. No tanto, pero también, los portugueses, que ante una excelente selección yankee veían cómo Varela mantenía enchufada la respiración artificial. Por último Messi, que al final van a tener razón con lo de que se estaba reservando para el campeonato, decidió un partido que Irán no mereció perder, y menos de esa forma. La crudeza del fútbol: un deporte de equipo, pero con un alto componente individual, altamente propenso a tragedias y proezas, según el bando.
3ª JOR. Así llegábamos a donde todo se decide, donde comienzan a salir aviones de sueños rotos hacia todos los puntos del mundo. Croacia, un equipo al que por amor tenía especial cariño, fue la siguiente de la lista. México hizo buena su condición de "local" e hizo bueno el dicho de que los que llegan al mundial con suspense tienen un plus de peligrosidad. Mítico el kaiser Rafa Márquez, ayudando a los tricolor a pasar de ronda. Curioso el romance de los aztecas con los octavos. Siempre les espera allí un rival duro, pero es que aún siendo un buen seleccionado, jamás de los jamases afirmaríamos que de los ocho mejores del mundo. Veremos cómo desempeñan ante los holandeses, que dejaron a Chile bailar con la más fea pero la que tiene mejor culo: Brasil. España mientras tanto hacía un ejercicio de profesionalidad con una aceptable victoria ante Australia. Me quedo con el gol de Villa, uno de los artífices de los éxitos recientes, con ese punto de raza y de oportunismo tan necesario. Su golazo fue la mejor despedida para esta leyenda hispana. Habrá que ver con qué intensidad soplan los vientos de cambio en España de cara a la Euro 2016, a la que confieso miro de reojo con Koke como posible hombre clave. Pero no elucubremos tanto...
En el grupo de los campeones, Costa Rica confirmaba su morrocotudo liderazgo, mientras que Uruguay dejaba fuera a Italia en un partido bocatto di cardinale (pregúntenle a Chiellini). Godín, una vez más, decisivo. Mis respetos para los celestes, hay que saber jugar muy mucho para eliminar a los transalpinos. Son el equipo con más cojones con el permiso de los griegos. Ay los griegos... Sin hacer ruido, con mucho esfuerzo, y aprovechando las ventajas de una naif selección marfileña, se metía en el descuento en octavos. Costa Rica-Grecia, agárrense el coño... Si bien me alegro por los espartanos grecos, (si tengo una camiseta suya es por algo), me dio una gran pena la eliminación de les eléphants en probablemente la última aventura de esta gran generación, que ya sea por grupos difíciles o como esta vez, por fallos de niños, han quedado fuera. Mondragón hacía historia al ser el más veterano en debutar. Klose también está a un gol de colocarse como máximo anotador de la historia de las copas del mundo, y al menos ya ha conseguido igualar al gran Ronaldo. Francia pasaba sin despeinarse, y Suiza ganaba con fuerza a Honduras, vengándose del pasado campeonato. Lástima que quedase fuera Ecuador, los pequeños detalles... Argentina seguía ganando, esta vez con más movilidad, pero aún veo que son mucho ruido y pocas nueces... Se medirán a los helvéticos del veterano Ottmar Hitzfeld y que no se fíen mucho. A pesar de que es una de las selecciones sudamericanas que más antipatía me levanta, aprovecho para decir que es un espectáculo ver al público argentino llenar un estadio tras otro. Viven el fútbol como nadie, no se puede negar. A partir de USA 94, donde se vive cada vez más el deporte rey es en Estados Unidos. Un país que cada vez comete menos errores de novato, y que junto a Alemania ha pasado de ronda. Una pena por Ghana, a la que me hubiera gustado ver competir en octavos. Aunque dieron la sensación de poder doblegar a cualquier equipo al final solo obtuvieron un punto y un logro individual: el gran Asamoah Gyan se convierte en el máximo goleador africano superando a un tal Roger Milla (el pobre camerunés ha perdido sus dos records, ni eso se queda Camerún). Mientras las águilas negras decían adiós, Argelia, los zorros del desierto, tumbaban con un fútbol lleno de alma a Rusia, otra de mis grandes decepciones europeas. Portugal, siempre correosa y por la que apostaba en su grupo incluso por encima de los germanos, se ahogó en la desesperación de Cristiano, las lesiones y las lágrimas de Beto. Luto ibérico, esperanza americana, África mantiene el tipo y Asia ni estuvo ni se le esperó. Solo quedan 16: las sorpresas de turno, los aspirantes eternos y la escolta de cinco campeonas del mundo. Millones de personas les contemplan, que siga el espectáculo.
En el grupo de los campeones, Costa Rica confirmaba su morrocotudo liderazgo, mientras que Uruguay dejaba fuera a Italia en un partido bocatto di cardinale (pregúntenle a Chiellini). Godín, una vez más, decisivo. Mis respetos para los celestes, hay que saber jugar muy mucho para eliminar a los transalpinos. Son el equipo con más cojones con el permiso de los griegos. Ay los griegos... Sin hacer ruido, con mucho esfuerzo, y aprovechando las ventajas de una naif selección marfileña, se metía en el descuento en octavos. Costa Rica-Grecia, agárrense el coño... Si bien me alegro por los espartanos grecos, (si tengo una camiseta suya es por algo), me dio una gran pena la eliminación de les eléphants en probablemente la última aventura de esta gran generación, que ya sea por grupos difíciles o como esta vez, por fallos de niños, han quedado fuera. Mondragón hacía historia al ser el más veterano en debutar. Klose también está a un gol de colocarse como máximo anotador de la historia de las copas del mundo, y al menos ya ha conseguido igualar al gran Ronaldo. Francia pasaba sin despeinarse, y Suiza ganaba con fuerza a Honduras, vengándose del pasado campeonato. Lástima que quedase fuera Ecuador, los pequeños detalles... Argentina seguía ganando, esta vez con más movilidad, pero aún veo que son mucho ruido y pocas nueces... Se medirán a los helvéticos del veterano Ottmar Hitzfeld y que no se fíen mucho. A pesar de que es una de las selecciones sudamericanas que más antipatía me levanta, aprovecho para decir que es un espectáculo ver al público argentino llenar un estadio tras otro. Viven el fútbol como nadie, no se puede negar. A partir de USA 94, donde se vive cada vez más el deporte rey es en Estados Unidos. Un país que cada vez comete menos errores de novato, y que junto a Alemania ha pasado de ronda. Una pena por Ghana, a la que me hubiera gustado ver competir en octavos. Aunque dieron la sensación de poder doblegar a cualquier equipo al final solo obtuvieron un punto y un logro individual: el gran Asamoah Gyan se convierte en el máximo goleador africano superando a un tal Roger Milla (el pobre camerunés ha perdido sus dos records, ni eso se queda Camerún). Mientras las águilas negras decían adiós, Argelia, los zorros del desierto, tumbaban con un fútbol lleno de alma a Rusia, otra de mis grandes decepciones europeas. Portugal, siempre correosa y por la que apostaba en su grupo incluso por encima de los germanos, se ahogó en la desesperación de Cristiano, las lesiones y las lágrimas de Beto. Luto ibérico, esperanza americana, África mantiene el tipo y Asia ni estuvo ni se le esperó. Solo quedan 16: las sorpresas de turno, los aspirantes eternos y la escolta de cinco campeonas del mundo. Millones de personas les contemplan, que siga el espectáculo.
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