A pesar de lamentarnos por la oportunidad perdida, este partido me deja un poso de orgullo como pocos he vivido, no tan casualmente todos ellos desde que Simeone está al mando del barco. Aunque el gol inicial hacía presagiar el viacrucis de casi cada año, el equipo tuvo el espíritu del 17 de mayo y logró darle la vuelta. Si hay algo que me gustó, es que esta vez no esperamos agazapados al Madrid, si no que fuimos a buscarles y a ser protagonistas. Al menos hasta que duró el uranio enriquecido. Empate justo en un derbi que entra de calle en el podio de los mejores que he visto (since 1995). ¿Por qué? Por la entrega y la confianza que mostraron los nuestros. Tras el varapalo copero, tras la previa en la que nos pintaban como un espantapájaros a merced de los ciervos en estampida patrocinados por la BBC, se encontraron con un equipo de hombres. Fútbol aguerrido y duro, que antes era una alternativa al tiki-taka y ahora es visto como violento en un equipo con seres vivos como Pepe y Arbeloa. Iros a la mierda. Eso sí, excusas arbitrales ninguna. Como no debe ser excusa tampoco el presupuesto, porque entonces también tendría que serlo negativamente ante Osasuna y Almería. En lo que sí deben influir esas razones es para contextualizar la valoración que hagamos de los logros del equipo actual, porque al igual que puede que nos acordemos de ese balón desviado de Costa, de lo que sí que nos vamos a acordar durante lustros es del empaque de este Atlético de Madrid. Para mí, llámenme conformista, fue más importante esa lucha y entrega no exenta de calidad, que el marcador. Porque conforme va pasando el tiempo, más desaparece esa rabia por no ganar cuando lo tuvimos tan cerca y más emerge ese sentimiento, por desgracia no tan habitual, de que el Atleti se ha ganado el respeto y sigue siendo un equipo con mayúsculas. Esta última afirmación, por supuesto, sin siquiera valorar resultados, (muy buenos independientemente de cómo termine todo). Sin tampoco valorar resultados propios, tan solo es la admiración que me produce este equipo la que me hace seguir escribiendo en mi blog, así que hasta al menos el final de la temporada, mi Atleti se merece que deje a un lado mi desasosiego y haga un esfuerzo por exteriorizar mis inofensivas paranoias con él como centro. Ahora, aplicando metódicamente el partido a partido, los réditos de la batalla dejan a un Atleti en cuadro para su visita al Celta. Sin Arda, Costa y Godín... y el Mono Burgos y su libreta. Pero eso será otra historia. Rompan filas, hasta la siguiente contienda.
1 comentario:
yo tambien me siento orgulloso de este atléti, que pudimos ganar por supuesto pero que nos falta gasofa tambien es cierto, la salida a vigo es complicada pero confiemos en Alderweild, Villa y Diego para cubrir las bajas no suenan mal estos nombres verdad, por lo demas lo que dices de que nos tachan de violentos hay que joderse que bien lo dices con Pepe y Arbeloa en las filas merengues o los partidos ante el Barça deberian de ser mas objetivos al hablar de nosotros en fin aupa atleti hasta la muerte
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