Un señor toledano, abonado 5xxx y harto experto en la idiosincrasia atlética se sacó esa frasaza que ipso facto pensé adoptar para mi crónica, a la par que ésta me arrancaba una risa floja e inmediatamente abortada cuando volví a mirar al terreno de juego, donde los nuestros hacían el mayor de los indolentes ridículos ante un justísimo vencedor que hizo lo que tuvo que hacer y aparte le echó más cojones. Volviendo al título, por si hay algún afutbolero o quien no pille la ironía, el huevo frito en este caso simboliza caricaturescamente al escudo del Real Madrid.
Y ya que del partido poco hay que decir, (ni he visto las repeticiones y poco me he metido en la prensa), y además siendo este blog como es: egocéntrico a rabiar, pues decir que mi nueva experiencia en la capital fue muy buena, excepto por el partido en general y el resultado en particular. El orgullo de llevar desremetida la camiseta del Atleti bajo la sudadera desde salir de mi piso, los bocatas de calamares, las cervezas y malabares futboleros en El Retiro con "vikingos" (porque eran daneses), el explicarles las cosas del Atleti, la despedida en plan amics per sempre, el ambiente previo, el recibimiento al equipo, el gol de Falcao, los cánticos en los que me dejé la laringe, esa sensación de "por fin estoy en un sitio en el que no doy la nota tragicómica por llevar la casaca colchonera", la charla atleticofilosófica durante el partido con el señor de al lado... todo eso, ni se paga ni se vende, simplemente se transforma en energía para seguir siendo un incondicional irracional seguidor de este equipo.
On the other hand, también saboreé esa impresión de ver cómo las gradas del Calderón se iban desangrando a la par que los nuestros alcanzaban las puertas de salida entre los típicos clichés de "lo mismo de siempre", "otro año igual", "no sé ni pa qué vengo", etc. O ese melancólico paseo de media hora a pata hasta el hostal, más solo que nunca, analizando tristón e indefenso las diferencias respecto a mi anterior visita, con la bufanda atada y aguantando estoicamente el absurdo aguaviento y frío de cojones que hacía, hasta que ya no había nadie más del Atleti a mi alrededor. El coger el tren en Atocha de igual guisa, esto es, con la camiseta desremetida dejando claro mi equipo, todo ello hasta llegar a mi home sweet home, esas sensaciones, digo, también hay que apreciarlas, ya que si de los errores se supone que se aprende, de las decepciones fijo que se saca algo de provecho. ¿Decepción perder un derbi a estas alturas? Sí, porque esta vez se daban decenas de atenuantes para que se diera el milagro (mira que me jode usar esa palabra) de vencer por fin tras casi 14 años, y para colmo lo iba a presenciar yo en directo joder! Pero NO, quizá el destino nos tenga algo mejor preparado, yo qué sé...
De todas formas, y sin quitarle hierro al asunto soltando un típico "hay más cosas en la vida aparte del fútbol" por mucho que nos llevemos palos un derbi tras otro, yo no me acostumbro: perder un derbi jode. Pero que levante la mano cada atlético que no tenga una mínima esperanza en la final de Copa a pesar del despropósito del pasado sábado y todos los factores negativos. Si hay alguno me preocuparía. El Atleti, al menos el que yo he conocido, por suerte o por desgracia, es capaz de lo mejor y de lo peor. No lo olvidemos. Yo ya estoy contando los días que faltan para el 17 de mayo... FE. Si no, ¿qué nos queda en la vida?
2 comentarios:
Buena crónica del partido. Y me alegro, que a pesar de que no ganara, disfrutaras del ambiente y todo lo que rodea a tu equipo, el Atleti :)
Muy buena crónica, nos acordamos todos de ti cuando nos enteramos del resultado
Publicar un comentario