Tras una primera parte para olvidar el Atleti cosechó un sacrificado punto que le basta y le sobra para mantener avivado el inexpugnable círculo de fuego respecto a sus perseguidores Champions. Para mí, suficiente.
Pero cualquiera que viera la primera parte sin haber visto la mayoría de partidos del Atlético este año se extrañaría de las posiciones de cada equipo en la tabla. Se vio al inicio un Valencia cholesco, y no por la marca de batidos levantina, sino porque salieron decididamente a por el partido como solemos hacer nosotros: presionando arriba, ganando cada uno contra uno y multiplicándose en el campo. Gracias a ello pudimos utilizar lo que tanto gusta a los periodistas con ínfulas de ingeniosos en estas fechas: la palabra 'torrija' para referirnos al espeso juego que desplegó el Atleti, sobre todo en los primeros tres cuartos de hora. Afortunadamente la poca lucidez de la que disponemos, en forma de turco paticorto y culón, brindó a Falcao tras dos estilosos recortes un gran pase que el colombiano remató con ese escorzo tan suyo para empatar. Rememorando así otros goles que al Valencia ya le había marcado por muy temprano que se levanten los juntaletras deportivos, porque la Europa League también es una competición en la que se contabilizan los tantos anotados. Lo digo porque casi ninguna noticia de las que mencionaban el dato de que Falcao no había marcado al Valencia recordaban este hecho.
Volviendo a Arda Turan, se tuvo que retirar al poco tiempo tras una acción fortuita. Se marchó con sus dos partidos internacionales a las espaldas, su barba de tres días y el aplauso del público. Su asistencia se antojó clave, ya que esa jugada fue lo único que hizo el Atleti en la primera parte, y de paso evitó amargarme la sabrosa Paulaner que degustaba mientras tiraba de streaming. El Valencia fue inmensamente superior y Courtois demostró, cuando menos, estar a la altura de Don José Francisco Molina y otros grandes arqueros contemporáneos de la hagiografía atlética (lástima de apenas haber visto yo en activo a Abel Resino). Por primera vez me hizo dejar de considerar el thibauting una gilipollez, y de paso evitó una doble ocasión mayúscula.
Afortunadamente la segunda mitad tuvo otro cariz y se contrarrestaron ampliamente las fuerzas. El Atleti ganó a los puntos este segundo asalto y dominó sin brillo. El partido fue un soberano coñazo en el que hubo más encontronazos y despropósitos de árbitro y jugadores que buenas jugadas. Entre que al Valencia le empezó a valer cada vez más el punto y que el Atleti no tiene fondo de armario (véase solo un cambio utilizado y fue RG8 por Arda, la noche y el día), demasiado que no perdimos tras empezar como empezamos.
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