martes, 14 de marzo de 2023

Demarraje de bronce

Por fin ganamos a estos hijos de puta en Montilivi. Son más difíciles que mear empalmado. Qué rival más duro, dignísimo contrincante el catalán, que nos acompañó en este partido de lunes: horario de equipo pequeño, y estrechamente relacionado con mi actual desprecio por la Champions y la Europa League. Ambientazo y partidazo, con un dinamismo que flipas. Rachas y ocasiones para ambos, y al final nos la llevamos cuando parecía que íbamos a empatar, para equilibrar las cagadas, sobre todo en casa, sobre todo en Europa, de partidos en los que hemos perdido puntos dolorosamente. Cuando pintaba peor, Simeone cambió la broca metiendo a Morata por Depay, y sin mejorar excesivamente, cuando yo ya dormitaba con doble remordimiento: porque le fallaría a mi Atleti y por perder minutos de sueño que luego podrían ser preciosos, al final llegó la recompensa inesperada del gol. Encima en el descuento, de córner, y además con suspense arbitral a nuestro favor. No me creo aún que los acólitos de Negreira dieran el ok con ese barullo en el área que también hubo. Del fuera de juego no tenía duda de que no era, y yo que me alegro por Correa (asistente) y Morata (goleador). Me enternece la alegría con la que este muchacho celebra los goles últimamente. Y me apena por un lado, la lesión del dios del fútbol Aleix Vidal, que me deja el Comunio tiritando, así como el poco tino que tuvo Memphis, que se parece a Álvaro como un huevo mío a otro, pero que es un pelotero de cuidao. Me entusiasma este cyborg mejorado con la planta de Mario Hermoso, al que yo renovaría. Y ya puestos, venga! Perdono a De Paul, aunque sea hasta final de temporada. Para todo lo demás, su ilustrísima Jan Oblak. Superhéroe donde los haya. Esloveno, to lo que te diga es poco. Tiene cojones que no fuera el MVP. Ya te valoraremos a tu debido tiempo, como se homenajeó al Cholo entre semana. Siempre se agradece esta faceta del club en la reverencia a las leyendas de un tiempo a esta parte. A ver si se arreglan las cosas internas de aquí a poco y me entran ganas de volver al estadio, que ya toca. Se hace más ancha la brecha con nuestros compañeros de viaje: Betis y Real Sociedad. Tienen que pasar por casa, pero aún queda tiempo para volver a coquetear con ellos, aunque yo me vengo arriba y ni descarto mirar a la peste del piso de arriba tampoco. No sé si será la cerveza (de Valencia, como nuestro proximo rival) que me tomé tras varios meses sin hacerlo que me ha dejao trastocao, incluso tanto como para volver a escribir. 



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