Para mí todo empezó en la segunda parte. Me perdí el trallazo de Filipe, que respondía a la carambola que representó probablemente la única aportación atacante del Sevilla en todo el partido. Yo mientras me iba sumergiendo en Málaga capital, mendigando un puto parking. El lugar donde pude ver el partido fue un burguer de estos que están de moda ahora, con pizarritas, bombillitas sin lámpara y precio rollo Foster's Hollywood. Pillé el wifi como un sediento gringo en una cantina de la frontera pide un trago y todo fueron buenas noticias...
Porque al minuto de conectar vino el fallo de cálculo de N'Zonzi, el mismo que el año pasado por estas fechas nos marcaba en el Pizjuán. Vietto, me alegro por él, había filtrado un buen pase y el bachiller Carrasco, el Maluma rojiblanco, solo tuvo la portería entre ceja y ceja. Cuando es así sin más, solo cosas buenas salen de sus botas. Sobre todo me flipó la celebración ahí metiéndose en todo el meollo del fondo sur. Buen marcador mientras comía como un cerdo sin dejar de prestar atención a mi minihombre. Luego entraron los Correas de ambos equipos. Pero poco cambió el percal. El Sevilla y su extraña equipación trataban a puño descubierto derrumbar un muro de búnker. Sumémosle a ello la segunda bomba rojiblanca. Ataque de banda a banda, con Griezmann rescatando la jugada dentro del área. Filipe ve que si le pega con la zurda va a ir a la escuadra de nuevo así que cede al galo que fusila al bobo de Sergio Rico. El partido murió clínicamente en ese momento hasta que el árbitro quitó la respiración artificial. Luego me enteré que hubo cachondeo con Vitolo, precisamente con la que he traído yo a cuestas con contratos, ofertas y su puta madre. No hubiera querido estar en el lugar del canario en esos días, solo digo eso.
En el Metropolitano a.k.a. el circo romano (Simeone dixit), el Atleti sigue imbatido y cuenta sus partidos por victoria. Ganar con esa solvencia, usando distintos jugadores y con el gran partido de San Mamés entre medias, da fin a una semana de ensueño. Ahora vuelve Europa en forma de Chelsea (Diego Costa vino de avanzadilla pero para quedarse). Queda menos para ir dando cierre a un septiembre brutal de exigencia y que ya veremos cómo termina en cuanto a resultados. Ojalá la segunda parte de DC en el Atleti sea mínimo como la anterior y yo mientras me plantearé el incorporarme a los partidos en el segundo acto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario