Se empieza a notar la presión a estas alturas. La escarcha se atrinchera entre las barbas descuidadas de la tropa. El viento sopla con una fuerza que uno cree caerse a cada movimiento. Los oídos zumban y solo quedan víveres para unas cuantos partidos más. Las guerras se ganan con soldados cansados. Ya habrá tiempo para chuparnos las pollas. De momento, el que más y el que menos perdió unos cuantos meses de vida con el desgaste mental de este partido. Se atragantó especialmente la primera parte, donde la franja de la camiseta del Elche formaba una zanja imposible de atravesar. Por si esto fuera poco, vimos a un rival que no se andaba con chiquitas arriba y que de no ser por Tibu (26 partidos sin encajar) nos habría pintado la cara. Buen partido de los ilicitanos, a los que espero volver a ver el próximo año a pesar del duro calendario que les queda. Además los entrena un gran y agradecido técnico como es Fran Escribá. Que yo recuerde, de la parte baja de la tabla es el equipo que más nos los ha puesto de pajarita junto al Levante, al que aún hay que rendir visita.
La segunda parte, sin experimentos arriba, fue de acoso y derribo, más a empujones que a puñetazos. Así llegó un penalty light, por no decir Zero (unas veces dan otras quitan). El 9, señalaba con su mano Cholo para que lo tirara Villa: se equivocó. Espero que lo fallase porque la pena era dudosa (aunque cuanto más lo veo más me parece penalty), porque si no me empiezan a preocupar los fallos en esta faceta... Tras ese punto de inflexión, nuestro Almirante quemó las naves agotando pronto todos los cambios en una medida poco común. Como suele ser habitual, acertó. Con Raúl García todo es más fácil. Y luego fue Sosa quien culminó su buena actuación con un centro al segundo palo, (el 2) como bien indicó Simeone. El argentino se la jugó al rojiblanco par y allí anduvo Miranda alé alé alé para cruzar la pelota al primer palo. Últimamente me encantan las celebraciones en los goles. Aquí se cuece algo grande... Y una vez más, recurso de platino el del balón parado. Un arma tan lícita como otra cualquiera. Más valerosa si cabe porque el rival es consciente de que va a ser atacado de antemano. En este baile de dígitos el Atleti anotó el segundo con un tanto sobre la bocina, esta vez sí fue penal. Don Diego se reconcilió con los once metros y sumó su gol 27 en liga. Nótese que esta temporada es la más goleadora de la historia del club con 109 tantos y subiendo.
El de hoy fue un sufrimiento extraño, una zozobra de más a menos. Porque el equipo, al contrario de otras ocasiones, ha mejorado con el paso de los minutos hasta arrinconar a un noble Elche. Una muestra de lo poco que va quedando para el desenlace liguero es que este ha sido el penúltimo partido en casa. Las finales no se juegan se ganan, y ya solo quedan tres. Próximamente entre levantinos (VCF y Levante) seguirá el juego. Pero antes, como viene siendo habitual, nos despedimos teloneando una nueva noche para la historia. Llueva, nieve o truene, ojalá el próximo martes vuelva a ser martes santo. Con Courtois o Aranzubía, con o sin Arda, apretaremos todos juntos para terminar relatando otro cantar de gesta.
GUAPO |
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