sábado, 25 de marzo de 2017

Los zorros de las Midlands

Si hay algo que hemos de aprender de nuestro futuro rival en cuartos de la Champions 2016/17, es su nombre. Si lo pronunciamos como lo haría un arrogante guiri en los aledaños del Calderón ante su quinta Mahou, sería /lɛstər/Nos ahorramos así una sílaba, lo cual no haremos a partir de aquí para glosar las andanzas de este peculiar equipo de la Inglaterra profunda. Vamos por partes:

ahí nació el L.C.F.C.
El club fue fundado en el cobertizo de un jardín por unos colegiales afines a un club religioso allá por 1884 (precisamente mientras escribo me tocan a la puerta los testigos de Jehová). Volviendo al tema, tomaron el nombre de Leicester Fosse, referenciando en su primera denominación a la larga avenida que recorre de norte a sur la ciudad en su margen izquierda, y donde aún se encuentra el lugar de fundación. Poco a poco fueron disputando amistosos hasta llegar a formar parte de la F.A. No el Frente Atlético, sino la Football Association. En 1908 jugaron su primera temporada en la máxima categoría de la época, aunque descendieron esa misma campaña. Tras la crisis sufrida con la Primera Guerra Mundial, se remozaron y cambiaron su nombre al definitivo Leicester City F.C. En los años veinte el equipo obtuvo un segundo puesto, que fue hasta hace poco su récord en liga. Allí destacó Arthur Chandler, su all-time record goal scorer. Después de unos convulsos años treinta y una nueva gran guerra, no se estabilizarían en la Division One hasta los sesenta. Entre media varias finales de FA Cup perdidas: 49, 61, 63 y 69. Dos de ellas a manos del Tottenham. Pero precisamente la gran temporada de los Spurs en 1961, donde hicieron doblete, permitió a los Foxes jugar su primera competición europea. Fue en la recopa de 1962, ¿adivinan quién la ganó? ¿adivinan quién les eliminó? Un tal Atlético de Madrid.

Concretamente en primera ronda, aunque ellos jugaron una preliminar, jugamos esta eliminatoria con ida en Inglaterra. No he encontrado vídeo, pero sí una crónica de la magnífica hemeroteca de ABC. Ante un veloz y envalentonado adversario, los nuestros arañaron un postrero empate con gol de Mendoza para batir a un tal Gordon Banks. Griffa anduvo renqueante y Jones y Adelardo ni siquiera jugaron. Según la crónica, se pasó fatal, pero el despliegue físico les pasó factura a los británicos y al final el empate fue una bendición. La vuelta, tres semanas después en el Metropolitano, fue harto distinta. De ella sí hay contenido gráfico, resumen aquí. Tras fallar un penalty, terminamos ganando 2-0 en el segundo tiempo con goles de Collar de penal y de Jones. El Ala Infernal conseguía así dar el paso inicial para lograr nuestro primer entorchado europeo. En las filas de los ingleses ya estaba Graham Cross, el jugador que más partidos defendió la camiseta azul. El Leicester siguió a caballo entre primera y segunda, ganando su primer título nacional en la Community Shield de 1971, con otro portero del montón como Peter Shilton. A finales de los setenta emergía en la ciudad una figura mundial como Gary Lineker. Hasta su marcha al Everton, anotó 103 tantos para la Blue Army, como son conocidos estos fieles y numerosos hinchas. En plena vorágine del hooliganismo, en la ciudad destacó la Baby Squad, muy cosmopolita ella, y cuya cabeza de bebé aún se deja ver, aunque no tiene nada que ver con el pasado. Hubo que esperar unos años para la penúltima época existosa de nuestros amigos, que fue cuando un joven Martin O'Neill se hacía con las riendas del banquillo. Ascendió al equipo y lo asentó en la Premier League. El título llegó en 1997, una Copa de la Liga ante el Boro de Juninho que les daba acceso a Europa tras más de treinta años. 

Y de nuevo, como el "destino es un maricón" que canta Sabina, las bolas nos emparejan con ellos en primera ronda. Este cruce ya sí que lo recuerdo yo. Qué tiempos esas eliminatorias en Antena 3... Me ha encantado rememorar. En la ida en Madrid, con 2500 hooligans y un Calderón con escasa entrada pero en el apogeo del Frente Atlético, los ingleses sorprendieron con un gol de Ian Marshall. El Atleti de esa época era un despiporre económico, con Antic aún entrenándolo y con figuras como Vieri y Juninho escoltando a la vieja guardia del 96, que daba sus últimos coletazos. Su punta de lanza era un joven Emile Heskey, en la portería el futuro conocido de la liga española Keller, al que ya se le veía el cartón. En la reanudación empató con justicia Juno, vengándose así de su derrota en la final de copa. Acto seguido un penalty transformado por Vieri nos daba una exigua ventaja para la vuelta. El partido está completo con previa y todo 1T y 2T (IMPAGABLE). Como anécdota estrella a Prodan, que en paz descanse, le rompen la camiseta dos veces. Los ingleses se quejaron de la pena máxima señalada, aunque en mi opinión Geli se la fabrica bien y punto. Pero ni mucho menos esta iba a ser la única polémica del emparejamiento. La vuelta la afrontaron con motivación, y el Atleti con dudas de juego. Ambientazo en el mítico Filbert Street, adonde íbamos por segunda vez. La previa mostraba el entusiasmo de los british con una inefable portada de la previa oficial. En ella Ian Marshall aparece sujetando una gamba ante un platasso de paella (precisamente almuerzo hoy esa comida) que no lo salta un hooligan. 

El ya demolido estadio del Leicester recibió a los suyos lleno hasta la bandera. Muy peculiar era este campo, sobre todo su fondo sur, llamado The Double Decker (autobús de dos pisos). Tras no abrirse el marcador en el primer acto, en la segunda parte López fue expulsado. Pero a los pocos minutos, en una inconcebible decisión, el señor colegiado va y expulsa por doble amonestación a Parker por sacar una falta antes de tiempo. Con decirles que ese árbitro, Remi Harrel, fue enviado al gulag y no arbitró más en Europa... Esa desproporcionada decisión sin duda influyó en el resultado, que finalmente fue de un 0-2, con sendas contras rematadas por Juninho y Kiko. Esta derrota aún la tienen guardada los ingleses, se lo digo yo que he leído comentarios en los vídeos del partido: tienen aquí un resumen. Sin desperdicio las declaraciones de Martin O'Neill, cabreadísimo con el árbitro. Estos vídeos que les linko valen su peso en oro, bendito youtube que estás en la nube. Por cierto, hay gente que sostiene que O'Neill se enamoró del Atleti, lo cual no dejaría de ser único.


Continuando con la historia de nuestros rivales, el gran noirlandés les llevó a dos nuevas finales de la Copa de la Liga, competición fetiche de los zorros. Una la perdieron con el Tottenham (su bestia negra nacional) y la otra la ganaron en el año 2000. Entonces O'Neill se fue al Celtic y el Leicester cayó en picado, convirtiéndose de nuevo en un club ascensor que llegó a descender al tercer escalón del fútbol inglés. Dejaron atrás el Filbert Street, por donde ahora cruza la avenida Lineker, y se mudaron unas yardas más abajo, al coqueto King Power Stadium. Pero en el fútbol a veces brotan orquídeas entre el césped cuando más árido es el sol. Esta historia, LA HISTORIA, la conocerán la mayoría de futboleros que estén leyendo esto. Pero volvamos a la 2014/15, donde de vuelta a la Premier, el Leicester está prácticamente desahuciado. Una apabullante racha de siete triunfos en los últimos nueve partidos obró el milagro, que pocos meses después fue tornado en mera machada, mas no hay que olvidar. El artífice desde el banquillo de esta permanencia, Nigel Pearson, salió de malas maneras, todo ello aderezado con un vídeo en el que varios jugadores de esa plantilla bromean con putas asiáticas. Sin duda un mal marco para lo que poco menos de un año más tarde iba a ocurrir. La primera decisión de la directiva, cuyo jefe es un multimillonario tailandés, fue traer a Ranieri, el mismo con el que bajamos a Segunda nosotros. Tiene narices lo que puede representar una persona dependiendo del escudo. Parecía un equipo para lograr la permanencia, era un equipo para lograr la permanencia, pero lo que contra todo pronóstico lograron de la mano del italiano y de un once para memorizar, fue la mayor proeza que conozco en la historia del fútbol, que si de algo sé es de eso. Agarrados al 4-4-2 y con Schmeichel; Fuchs, Huth, Morgan, Simpson; Albrighton, Drinkwater, Kanté, Mahrez; Okazaki (ó Ulloa) y Vardy, ganaron la Premier dejando atrás al Tottenham, que tantas finales les había arrebatado antes. Justicia poética al alcance de tan pocos... El paralelismo con el Atleti del Cholo campeón de liga dos años antes es inevitable, aunque lo de los ingleses tiene aún más mérito si cabe.

Hay un magnetismo especial entre estos dos clubes, tanto que ha superado al de las bolas calientes. Ni de coña me esperaba vérmelas con ellos en cuartos tras los precedentes recientes contra RM y Barça. Habrá que re-vérselas con los zorros, cuyo lema es "Foxes never quit", algo así como "Los zorros nunca abandonan". Por cierto, este apelativo felino se debe a la gran tradición de caza del zorro en el condado. A los nuestros les tocará hacer de perros de presa y al cholo de viejales ricachón con escopeta y gorro de caza. Los ingleses, perfectos desconocedores de quiénes somos, ya que allí solo existe la Premier, parecen haber recibido nuestra bola con optimismo, buen síntoma sin duda de cara a la eliminatoria. Siempre es un placer ver a nuestro equipo por Europa, y si es en la casa de un equipo tan especial como éste más aún. Antes que el himno de la Champions, sonará el perenne "Post horn gallop". El que no estará aunque también parecía inamovible será el romano Ranieri, al que los jugadores, a tenor de los resultados recientes, le han hecho una cama double king size, con la desaprobación de la hinchada eso sí, la cual idolatra al italiano. No es para menos. ¿Habrá que vengar a Ranieri y al Sevilla no? No será por falta de gladiadores.

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