El partido se antojaba difícil, ninguna visita del Atlético de Madrid a Valencia es fácil. Mas pocos contábamos con un protagonista tan marcado como el guardameta valencianista. La rara avis de Diego Alves, porque es raro ser brasileño y elegir ser portero, y además bueno, nos tenía reservadas dos atajadas que nos dieron ganas de arrancarnos el pelo. Su arte para intuir y dar el pasito adelante en el momento justo ya era conocida, pero el carioca se empeñó en duplicarla contra los nuestros. Pase que el Barsa se haya decantado por Cillessen en lugar de él (aunque no lo entiendo), pero no sé cómo coño este tío no ha jugado más que un par de amistosos con Brasil en su carrera...
Volviendo a esa pesadilla que fueron ayer los penaltys, parece que de un tiempo a esta parte queramos eliminar de nuestro bagaje goleador toda jugada a balón parado, que otrora daba puntos a porrillo. De haberse perdido puntos en Valencia con las oportunidades desperdiciadas, el parón de selecciones sería aún más largo. ¿A quién no se le vino a la cabeza el fallo del ayer en el banquillo rival Siqueira hace un par de años en ese mismo escenario? Cada penalty presagiaba un punto de inflexión que nos conduciría a un empate postrero y merecido por manirrotos. No obstante, el trabajo en equipo y la fortaleza mental y física del equipo fueron suficientes. La mental para sobreponernos al primer penalty, Griezmann el primero, abriendo él mismo el marcador en la segunda parte. Luego se repitió la historia con Gabi, pero no dejamos que el Valencia nos encerrara y buscamos la contra afiladamente. Difícil tarea la que tenían los levantinos contra este bloque que es a día de hoy nuestro equipo. No hay más que ver las lesiones y fundimiento de varios de los rivales en la matinal de ayer domingo: y ahí entra el componente físico. Estos están como toros y lo mismo les da un Dépor, un Bayern o un envalentonado Valencia. Nada es por suerte, cuanto más se entrena y más se lucha por el objetivo más probable es sacar tajada, aunque antes del fin de la jornada nadie contaba con el premio tan goloso como el del liderato. Una puta gozada el fin y los medios. Por mucho que yo confíe en él, este equipo se supera para sorprenderme. Y aún es pronto para nada, pero para terminar rescato una reflexión que hice hace el año que ganamos la liga:
Da igual que ganemos bien, mal, tampoco importa el rival, las finales o los títulos ganados. Se espera casi por decreto que este Atleti caiga, se desprecian sus resultados y para el fútbol de a pie no es más que un grupo voluntarioso que defiende bien. Mientras así sea, podemos dar otro gran golpe.
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