jueves, 11 de abril de 2024

Dulciagrio

Parecíamos incrédulos ante el arranque. Esperábamos así a los nuestros, pero no a los rivales, con esos cagadones atrás. Con esa pingüe ventaja soñábamos llegar a Alemania, pero en la segunda parte, aunque tuvimos ocasiones, estuvimos demasiado sometidos. ¿Avaricia? ¿Cansancio? ¿Buen juego del rival? ¿Fatal de fútbol? ¿De todo un poco? Yo qué sé. Pero este a Atleti siempre le temo cansado, como si cada derroche físico fuera un niño palpando a ciegas en un museo de cerámica. También me veo con pocas soluciones de banquillo, sin embargo el negrillo ese de nombre raro que sacaron nos la pudo liar, pero Azpi nos salvó y encima creo que se nos rompió. Gran partido de todos excepto de Morata (nuestra única opción en la vuelta es un cabezazo tuyo), incluso de Molina. El testarazo de Julian Brandt, que cambió en partido con su entrada, dio fin literal a esa coda final, donde hasta Terzic parecía el Cholo, y que pareció estar jugándose ya en el Westfalenstadion, con nosotros nuevamente incrédulos. Hagamos un esfuerzo y quitémonos no obstante los fantasmas a manotazos de los hombros, valoremos la victoria que yo al menos hubiera firmado al inicio (los días lo harán por nosotros si no) y transformando este miedo final en el cuerpo podemos conseguirlo. Por suerte solo hay que esperar menos de una semana para saber si somos semifinalistas. 

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