jueves, 4 de enero de 2018

Prison Break

Como ya viene siendo habitual me perdí gran parte de la primera parte. Para cuando me sumé a la retransmisión la fiesta ya estaba agonizando tras goles de Godín, que llevaba 200 años sin hacer de las suyas en área contraria, y de Torres, un poquito adelantado él. Solo tuve tiempo antes del descanso para constatar una escaramuza entre aficiones en forma de cánticos, que como está la cosa no sorprende a nadie. Lo que sí me sorprende gratamente es el gran juego, sobre todo individual, que llevo observando en estas dos eliminatorias en nuestros rivales de segunda B. Ayer especialmente el lateral del Lleida, Moussa Bandeh. Iba siempre como apunto de caerse hacia adelante, batallando con su tamaño para hacer regates y movimientos más propios de alguien más menudo, y el tío salía airoso como pocos. En general, siempre valeroso el equipo de la Terra Ferma, tratando de buscar el gol sin éxito. Anoche esa palabra era rojiblanca, y se personificó en un hombre peculiar, competitivo como pocos, y que, más chulo que un dieciocho, anotó a pase de Juanfran sin importarle que en medio hubiera un ilerdense despistado. Entonces me acordé de la tibia abierta en Getafe, de la doctora serbia y su placenta de yegua y, por un momento, todos pensamos en la cara de gilipollas que se nos hubiera quedado si en ese gol DC se hubiera lesionado en vez de simplemente agenciarse una calcamonía del muslo de Julen. HAMBRE. Ésa es la diferencia que marca o lagarto, y que esperemos nos siga sirviendo tras haber estado en aislamiento con Vitolo estos meses. Además con la pinta que tienen perfectamente podrían haber salido del trullo recientemente...

Por cierto, partidazo de Augusto, ya iba siendo hora también. Por si el marcador no era ya abultado para los méritos, llegó el cuarto sobre la bocina (de churro para más inri). Y nada más que añadir, salvo que en este partido el Atleti hizo lo que tuvo que hacer en Elche. Paradójicamente, allí se tuvieron muchas más oportunidades y se acabó empatando. Aquí prácticamente a gol por llegada. Qué les voy a contar yo...



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